Voluntarios para morir

Basado en un hecho histórico que conmocionó a España y en el relato que del mismo hiciera en su día el genial Arturo Pérez-Reverte, el conocido y afamado pintor Ferrer Dalmau acaba de finalizar el cuadro homenaje a La Legión Española con motivo del centenario de su fundación en febrero de 1921. La monumental obra es un impresionante 'retrato' de 1,80x1,40 metros de la gesta del 'Blocao de la Muerte', poco después del Desastre de Annual (septiembre de 1921), cuando un grupo de legionarios españoles, concretamente 15 hombres, luchó hasta la última gota de sangre contra los marroquíes para evitar que llegaran hasta Melilla (blocao es un término alemán para definir una pequeña fortificación de madera y sacos terreros). Ellos, todos, sabían que iban a morir, pero el 'A mi La Legión' tuvo su arranque en momentos como el referido, y decidieron ir a por todas, a pesar de que ello tendría el mayor precio para cualquier ser humano: la propia vida.

El cuadro es impresionante, y ha nacido bajo el impulso de la Asociación Nacional de Legionarios de Honor Ortega Munilla, con sede en Málaga, presidida por el que fuera hermano mayor de MenaFrancisco Fernández Verni. Por eso será presentada en Málaga, aún sin designar el lugar concreto, aunque será un lugar tal como merece la ocasión, bajo la presidencia de la ministra Margarita Robles. La ANLH Ortega Munilla quiere que la obra tenga su sede en el principal acuartelamiento legionario, pero que por la vinculación de este cuerpo militar con Málaga, sea adquirida por una empresa malagueña para cederla de forma intemporal al Ministerio de Defensa, con reproducciones en cada sede de La Legión (incluido Ronda, claro está). La obra impresiona, porque Ferrer Dalmau ha expresado como pocos pueden hacerlo con una pintura lo que significa ese espíritu legionario, ese mismo que inspiró la letra del cuplé que sin serlo fue elevado a categoría de himno: 'novios de la muerte'.

Contaba Pérez-Reverte en su relato de aquel hecho histórico lo siguiente: «...entonces el oficial legionario decidió ayudar pidió a su gente «voluntarios para morir». La unidad completa dio un paso al frente, y de ella se eligió a los que no tenían mujer e hijos o dijeron no tenerlos: un cabo y catorce legionarios. Y de noche, caladas las bayonetas, los quince hombres emprendieron la marcha, cruzaron las alambradas, atravesaron luchando cuerpo a cuerpo la masa de atacantes enemigos y entraron en el 'Blocao' llevando con ellos a dos compañeros heridos en el exterior, cuando los defensores (de la plaza española), casi todos muertos o heridos, estaban a punto de sucumbir...». Todos aquellos legionarios se enfrentaron a cientos de rifeños y a las dos de la mañana se quedaron sin munición. Conclusión: los que no perdieron la vida por los disparos fueron pasados, uno a uno, a cuchillo por sus 'bondadosos' enemigos...

Por eso lo de 'Voluntarios para morir', brillante título para una no menos impactante obra que conmemora el centenario de LaLegión española.

Muy vinculado a La Legión española y a la Congregación de Mena estaba el arzobispo castrense monseñor Juan del Río, quien falleció a los 73 años el pasado jueves por culpa del maldito Covid que tantas vidas se está llevando sin que les tocara...

Juan del Río fue persona clave en la participación del Cristo de la Buena Muerte en las Jornadas Mundial de la Juventud que presidiera en MadridJuan Pablo II, trono que en su recorrido por las calles del centro madrileño despertó una expectación sin precedentes en la historia de las cofradías en la capital de España, al igual que el traslado de la bendita imagen a hombros legionarios y de congregantes por las calles Arenal, Mayor, Puerta del Sol y Carrera de San Jerónimo... En la procesión, cientos de miles de personas se emocionaron y quedaron impresionadas con la para ellos inédita estampa del paso del Cristo de la Buena Muerte acompañado por los caballeros legionarios entonando el 'Novio de la Muerte'.

Del Río ingresó en el Hospital Militar Gómez Ulla una semana antes de su fallecimiento, sin poder zafarse de las garras del coronavirus.

Su vinculación con Mena era tal que en su capilla ardiente instaladas en la Iglesia Catedral de lasFuerzas Armadas de España, antigua iglesia del Sacramento en Madrid, ha estado copresidida por el cuadro del Cristo de la Buena Muerte pintado por Raúl Berzosa, quien también le hizo su retrato. El arzobispo castrense fallecido concedió a Mena la máxima condecoración de la Diócesis Castrense e inició la causa de beatificación del 'pater', el padre Huidobro, trámite que por cierto ha entrado en su recta final. «Ha sido una gran pérdida; nos quería mucho y nosotros a él, era un gran sacerdote y una maravillosa personas», comentaba ayer el hermano mayor de la Congregación, Antonio de la Morena. Raúl Berzosa, que también fue condecorado por la Diócesis Castrense, mostró públicamente en las redes sociales su pesar por la muerte de Juan del Río, con quien estaba muy unido por todo lo referido anteriormente. El arzobispo castrense tenía una enorme ilusión precisamente por los actos de presentación del cuadro conmemorativo del Centenario de La Legión, que inicialmente se iba a hacer (en Málaga, como ya hemos dicho) el próximo día 28 de febrero, fecha que por culpa de la pandemia que tantas cosas nos rompe se ha trasladado al próximo Miércoles Santo en lo que promete ser un acontecimiento importante..., siempre que este maldito bicho que nos destruye nos dé un mínimo respiro.

Descanse en paz Juan del Río, así como ese gran malagueño como era Juan Antonio (Nono) Medina, y nuestro homenaje a aquellos 15 legionarios que dieron su vida con valentía y honor por España...