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Se puede criticar o no las ideas del alcalde de Málaga sobre las soluciones que aporta para intentar aliviar el problema del acceso a la ... vivienda, pero hay que poner en valor que es el político que más se está interesando por este asunto, muy por encima de la Junta de Andalucía y el Gobierno central, que son precisamente las administraciones que tienen más competencia en el ámbito de la vivienda. El alcalde de Málaga dio esta semana un repaso al ecuador de su mandato y sacó pecho por su política de vivienda al apuntar que ya están en marcha, en diferentes fases, un total de 3.500 VPO, lo cual no está mal, aunque resultan totalmente insuficientes debido a que en los últimos años se ha producido un abandono casi total de la construcción de este tipo de inmuebles. La última idea del regidor es convertir solares que ahora están abandonados en bloques de minipisos de entre 35 a 45 metros cuadrados. La oposición ha salido en bloque a criticar esta medida, al considerar que estos inmuebles son infraviviendas. Y es aquí donde hay que pararse a analizar si esto es cierto o no. Pues depende. Lógicamente estos minipisos son ridículos si se piensan como lugares para que vivan familias en ellos. Eso es insostenible. Sin embargo, no es ninguna aberración si se enfocan para jóvenes estudiantes o para personas que tienen un primer empleo. No hay que olvidar que hay cientos de chavales que viven en residencias de estudiantes o colegios mayores en habitaciones que con suerte llegan a los diez metros cuadrados, en algunos casos compartiendo el cuarto con un compañero. Por experiencia personal les cuento que estuve seis años en Madrid en una habitación que no llegaba a los cinco metros cuadrados en el colegio mayor San Juan Evangelista, el Johnny para entendernos, donde los servicios y las duchas estaban en unas zonas comunes. Y la verdad es que no estoy traumatizado por ello, sino más bien todo lo contrario, porque guardo un recuerdo excepcional de aquella etapa. La clave está en el precio y si efectivamente no van a sobrepasar los 500 euros al mes parece una idea bastante aceptable, siempre y cuando se dirija a este tipo de público. Es verdad lo que dice De la Torre cuando apunta que hay estudiantes que no pueden costearse a día de hoy un piso en Málaga y están abocados a compartir entre tres o cuatro personas una vivienda de alquiler. Si se hacen las cuentas un piso actual de tres habitaciones no mide más de 80 metros cuadrados, por lo que si se divide entre el número de habitantes en el mismo el espacio es inferior al de los minipisos planteados por el alcalde de Málaga. Seguramente, cientos de personas preferirán vivir solas antes que tener que compartir un piso con varios desconocidos con los que se han puesto en contacto desesperados por redes sociales. Todo es cuestión de ver con perspectiva las cosas y no lanzarse a la yugular sin poner en contexto qué es lo que se pretende y a quién va dirigida esta iniciativa municipal. La clave es impedir que en estos pisos viva más de una persona y establecer un tiempo determinado de permanencia en los mismos (se apunta que serán siete años), más que nada para no impedir el acceso a los mismos a los nuevos estudiantes o a las personas que acaban de iniciar su vida profesional.
Sin embargo, esta iniciativa no puede opacar el problema del acceso a la vivienda para los jóvenes, y no tan jóvenes, que quieren formar una familia. Málaga necesita miles de viviendas de protección oficial. Hay que construir sin descanso y para eso es necesario que se agilicen los trámites administrativos. Hay que ponerse manos a la obra y dejar de buscar culpables del problema del acceso a la vivienda. Hay que dejar de culpar a las viviendas turísticas, más que nada porque ya están bloqueadas y porque un año después de que se hayan reducido en un millar en la capital el problema sigue siendo el mismo, porque los propietarios no acaban de fiarse de algunos inquilinos, que tienen verdaderos privilegios en caso de impago. La responsabilidad del acceso a la vivienda no puede recaer en la propiedad privada. Ese es el mantra de muchos políticos que quieren derivar su responsabilidad ante su ineptitud. Por eso hay que valorar que el alcalde se haya puesto manos a la obra con los minipisos.
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