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El gran error del jeque

La rotonda ·

Sábado, 7 de septiembre 2019, 09:36

Enfadado y decepcionado. Así definió el estado en el que se encuentra el entrenador del Málaga CF Víctor Sánchez del Amo en su comparecencia ayer ante los medios informativos. No es novedad, ni siquiera noticia. Lo hubiese sido si con sus declaraciones hubiese proclamado lo contrario. No es el único. Málaga y los malagueños, en especial los seguidores malaguistas, se sienten igual: enfadados y decepcionados. Es más, añadiría que se sienten engañados y encabronados, palabra ésta muy de esta tierra que define el cabreo en su máxima expresión. El fútbol es lo más importante de lo menos importante, espectacular frase que tiene, según quien lo escriba, padres diferentes: unos se la atribuyen al técnico italiano Arrigo Sachi y otros al argentino 'licenciado en la pelota' Jorge Valdano. Sea como fuere, es definitoria de lo que significa en la sociedad actual este deporte, el más seguido de todos cuantos existen en el mundo, y el que mayores pasiones despierta entre los seres humanos, indiferentemente de su condición, estatus social, raza, religión, creencia o ideología. Un equipo de fútbol pone de acuerdo a decenas de miles de personas, cada una de ellas hija de su padre y de su madre, o sea totalmente diferentes, incluso antagónicas, muchas de las cuales pierden durante 90 minutos sus parámetros más lógicos y normales para pasar de 'aficionado' a un estado difícilmente definible, el de 'forofo'. O sea, que nadie entienda que éste es un deporte más. Para nada. Es un fenómeno sociológico, y como tal tiene extremos difícilmente analizables.

Lo que ha propiciado con su actitud prepotente, irresponsable y equivocada el jeque Abdullah Al-Thani, propietario (hasta ahora...) del 97 por ciento de las acciones del Málaga CF SAD, es que la sensación de vergüenza y ridículo que ha hecho el club del que es propietario haya sobrepasado los límites deportivos: la sensación es la de que ha sido Málaga la que ha hecho el ridículo, y eso duele mucho, un taco. Al-Thani, por tanto, no sólo ha decepcionado a técnicos, jugadores y seguidores del Málaga, sino también a toda una provincia, Málaga, y además jugando con el sentimiento de la gente, porque un equipo de fútbol es mucho más que todo lo que se ve sobre un terreno de juego. Por eso Al-Thani no puede seguir un minuto más al frente del Málaga. La Liga de Fútbol Profesional debe tener resortes para evitar hechos como el que está propiciando el jeque que ilusionó en su día y que ahora se ha convertido en uno de los personajes más repudiados porque lleva al Málaga CF a un callejón sin salida, con un triste presente (17 fichas profesionales, sin poder inscribir jugadores) y un más que negro futuro.

Al-Thani, no se sabe si a cosa hecha o sin darse cuenta, ha extralimitado cualquier frontera. Nadie, ni siquiera quien ostenta cargos de nacimiento, puede hacer pasar a una ciudad por este estado de decepción, de ridículo y de vergüenza de manos de su pésima y caprichosa gestión. ¿Oiga..., y todo esto por un equipo de fútbol?, podrá pensar más de uno. Sí. No se olviden de que un equipo de fútbol no es 'algo más', no es el entretenimiento para un rico caprichoso, sino que se trata de sentimiento, historia, pasión, corazón y alma, y con eso, de veras, no se juega. Ni con Málaga. No hay duda: aquí está el gran error del jeque.

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