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LOS GOYA SIGUEN EN DEUDA CON MÁLAGA

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La organización, en manos única y exclusivamente de la Academia de Cine, fue un absoluto desastre / Málaga debió pegar un puñetazo en la mesa porque recibió muy poco a cambio de mucho / Lo único positivo (sic) de la gala fue la clara evidencia de que Málaga necesita un auditorio, algo tan solicitado tantas veces / Tras cuatro años sin cantar en España, Julio Iglesias elige Fuengirola como cita para su gira por nuestro país

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Domingo, 2 de febrero 2020, 10:09

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La gala de los Goya llegó, defraudó y se marchó... La Academia del Cine Español, que fue injusta con Málaga al organizar su primera edición fuera de Madrid en Sevilla y olvidarse de la ciudad que le dedica al cine patrio el mayor y mejor festival de cuantos se celebran en este país desde hace más de 20 años, sigue en deuda con la tierra que vio nacer al premio al mejor actor de este año, Antonio Banderas. Y digo que sigue en deuda porque el fiasco de la organización, algo de lo que se encargó única y exclusivamente la Academia, fue de los que hacen época, tanto que incluso tuvo que hacer pública una carta en la que se disculpaba por tan nefasta edición. Mala suerte que hayan elegido Málaga para pifiarla, porque lo tuvieron todo a su alcance y todo a su favor, pero su egolatría, su 'juanpalomo' los llevó al fracaso. ¿Gazapos? Aparte de una larguísima y tediosa función, por la que nadie pagaría un euro, y mucho menos los 1.600 que pedía American Express entre sus clientes, hubo fallos de realización de televisión dignos de primero de carrera de Ciencias de la Imagen, el sonido no llegaba a la parte superior del graderío, cuyas tres últimas filas estaban sin programas y con los asientos sin la funda como el resto, padeciendo además una visión muy mala ya que las pantallas gigantes (sic) para seguir lo que sucedía en el escenario no eran suficientemente grandes para poder apreciar la gala mínimamente desde la parte superior del falso teatro; un catering bastante deficiente con una pésima organización al decidir servirse la comida (sic) tarde y no dar ni agua antes de que finalizara el evento, no prever un mínimo descanso (más de tres horas ininterrumpidas); una escasa promoción (sic) de Málaga, por decir algo; nula atención a las autoridades de la ciudad y de Andalucía... Y podemos seguir, porque los Goya no pueden ser reiteradamente soflama de mensajes políticos (curiosamente todos en el mismo sentido...), aunque afortunadamante en esta edición (¿casualidad?) no hubo sobre excesos, lo mismo que es una falta de educación que a un auditorio de Málaga se dirijan los premiados en euskera, gallego o catalán, porque todos los que lo hicieron hablaban español, y si así iba a ser, lo mínimo una traducción en subtítulos, los mismos que también se echaron en falta cuando se premió a la mejor película europea, porque los que allí competían sí que no tenían la obligación de dirigirse al auditorio en castellano. Encima, la falta de originalidad, apabullante, inmisericorde para un auditorio que esperaba más de los creadores de la imagen, de los hacedores de sueños... Málaga pagó 2 millones de euros, se gastó otros 700.000 en adecuar el recinto (la falta de un auditorio se hizo público, notorio y vergonzoso en el histórico olvido que nos han tenido las administraciones central y autonómica, que son los que tienen que ocuparse más de la sexta ciudad de España y primera en el PIB en Andalucía), mucho dinero para tan poco rédito, porque faltó gracia y estilo, incluso la mínima elegancia y respeto para quien da el nombre al pabellón: ¿por qué nadie dijo en las casi cuatro horas de la gala, con la infinidad de discursos e intervenciones que hubo, que José MaríaMartín Carpena fue un concejal malagueño vil y cobardemente asesinado por ETA delante de su mujer y su hija...?

¿Pero saben lo peor?: que quien más ha podido perder ante tanto desastre de organización es Málaga. En la carta donde pide perdón la Academia se viene a decir que el dinero no lo es todo, y la misma no nos deja, precisamente, en muy buen lugar, cuando si alguien es el responsable de todo el desastre, de la pésima organización dentro y fuera de la gala, es la propia Academia. Pese a todo, hay un montón de ciudades españolas en cola para ser sede de los Goya, con Valencia en primer lugar, por lo que a los 'apátridas' del cine patrio les importará un bledo cómo quede la imagen de Málaga porque ya han conseguido hacer caja, sumar y sumar... La Academia perdió, pero está haciendo lo posible por dar una imagen de lo contrario, y, por supuesto, ante tanto desastre, no tomarán la decisión de elegir Málaga de nuevo como sede, y sin cobrar un euro por lo mal que salió todo. Para nada.

De todas formas, Málaga tiene que entonar también un particular mea culpa. Primero porque no se exigió a la Academia lo mínimo y lógico para el tremendo dineral que se le dio (personalidades, empresarios de fuste, ilustres ciudadanos, autoridades de Málaga en el puñetero gallinero, que es como siempre se llamó a las últimas filas de los cines y de los teatros en esta tierra); segundo porque nadie exigió una mínima presencia en los guiones para promoción de Málaga y la Costa del Sol; tercero porque no puede permitirse que se anunciara la gala por la Academia con una foto de la Giralda de Sevilla; cuarto porque no es de recibo que hubiese zonas vacías del graderío que pudieron ser ocupadas por malagueños anónimos a quienes se les podían haber hecho llegar las entradas de mil y una maneras por un lógico control y seguridad... Málaga debió pegar un puñetazo en la mesa, lo mismo que por ejemplo, al patrocinar la exposición 'Picasso&paper' en la Royal Academy en Londres se debería haber exigido que en el maravilloso catálogo hubiese habido autores de la UMA que analizaran la relación de la obra de Picasso y Málaga, o recordar que la casa natal tiene obras sobre papel únicas del genio. Sólo hay expertos franceses y catalanes, varios de los cuales, encima, y a la Royal le da igual, no se consideran españoles e incluso reivindican la catalanidad de Picasso. Seguimos para bingo.

Y es que la gala enseñó la patita... Al menos de las sillas y no de las butacas. Lo que finalmente queda claro, lo único bueno que han tenido estos Goya es que han demostrado al mundo que Málaga necesita un auditorio, prometido desde hace tantos años. Los 700.000 euros que nos gastamos para reconvertir el Martín Carpena en un espacio teatral sirvieron para eso, para camuflar el gran vacío de una infraestructura que no existe en una ciudad que quiere ser pujante y fuerte como la nuestra, que aunque no es capital de nada, lucha denodadamente por salir a flote y sacar la cabeza, con el riesgo (ya lo hemos visto con la gala de los Goya) de que nos descalabren... En la gala del cine patrio no hubo butacas de teatro, sino sillas y graderíos 'enfundados' (y no todos), porque era un pabellón de deportes y no un auditorio. Necesitamos ese auditorio, el mismo que se paró con la crisis y el que seguramente tardará muchos más años en llegar de lo que nos merecemos. La Academia sigue teniendo una deuda con Málaga. Flaco favor le han hecho a la ciudad que más los mima y los protege. Que sigan con sus películas... Igual algún día se dan un baño de realidad y apuestan por Málaga de motu propio.

Tras cuatro años sin cantar en España, Julio Iglesias hará una gira de 10 conciertos por España, uno de los cuales será en el festival Marenostrum en Fuengirola, el 5 de agosto. El Teatro Romano de Mérida, Barcelona, Galicia... serán otros puntos de encuentro para ver en directo al cantante latino más laureado de la historia y al único español galardonado con el premio de leyenda de la música por su carrera, algo que sólo disfrutan nombres como Frank Sinatra, Michael Jackson, Thes Beatles, Bob Dylan y muy pocos más. Julio está eufórico. Julio Iglesias y los escenarios españoles se esperan mutuamente con ansiedad: no queda una sola plaza libre en el escenario central del Teatro Romano de Mérida pese a que las entradas se venden (vendían) a 400 euros. El festival fuengiroleño, que cada vez tiene mayor pujanza, desde luego se ha apuntado un gran tanto. No hay que olvidar que el domicilio de Julio Iglesias en España está en Málaga, en el corazón de la Costa del Sol. «Voy a cantar para los que quieran venir a verme», señalaba irónico y feliz al comentar la noticia de su concierto malagueño. «Tengo mucha ilusión; me he decidido por Fuengirola porque me han hablado muy bien de la ciudad y del festival. Málaga es muy importante para mi, y la Costa del Sol y Andalucía deberían ser la California de Europa, porque lo que tienen ahí es único», señalaba desde Miami. Por cierto la demanda de entradas para Fuengirola (centre los 90 y los 250€) es altísima, para felicidad de unos y otros.

Y como siempre, sean felices y que servidor lo vea. Feliz semana.

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