Gorda
VOLTAJE ·
Se puede fomentar la vida sana sin discriminar a los cuerpos que no cumplen con la normaHace algunos años, durante una rueda prensa, Emma Thompson propuso un experimento que consistía en permanecer desnudo delante de un espejo durante un buen rato, ... sin juzgarse, para lograr una mejor aceptación de nuestros cuerpos. La actriz, a menudo involucrada en una forma sutil de activismo por los derechos humanos o la ecología, estuvo a punto de abandonar el rodaje de 'Retorno a Brideshead' porque a una compañera se le animaba de manera reiterada a adelgazar; afirmó que no vivía en Los Ángeles porque se veía demasiado gorda y confirmó, por si había algún género de duda, que la inmensa mayoría de las actrices de Hollywood «sencillamente no comen», abandonadas en una 'operación bikini' permanente, cedidas a la presión por la delgadez que se impone en la industria del entretenimiento. «Todo lo que nos rodea nos recuerda lo imperfectas que somos».
La entrevista que se emitió el pasado domingo con la cantante Rosa López en el programa de Jordi Évole no hizo más que constatar la capacidad de los concursos de talentos para generar juguetes rotos, algo especialmente peligroso en los 'talent shows' infantiles, que a mi juicio deberían estar prohibidos. En el caso de Rosa López, la ganadora de la primera edición de 'Operación triunfo' y protagonista de un fenómeno de masas en nuestro país, la presión por adelgazar se convirtió en una de las tramas del concurso. Vistas ahora, las preguntas que le hacía el presentador del programa a la concursante resultan grotescas. La dieta de Rosa López se convirtió en una cuestión de Estado.
Pese a que no sea algo que afecte de manera exclusiva a las mujeres (a mí también me han llamado gordo), es a ellas a quienes se les exige de una manera más radical que cumplan con el canon. «Como cualquier mujer, prefiero que me llamen puta a que me digan que he engordado». La frase es de la periodista Emilia Landaluce. La gordofobia imperante en la sociedad puede asimilarse a la manera en la que se sobrevalora la juventud. Las exgordas que dan consejos sobre cómo han superado 'su reto' también son gordofobia, como el falso discurso de «vivan las curvis» que impera en algunos programas de televisión. Por supuesto que hay que fomentar la vida sana, pero no a costa de la discriminación de las personas que tienen un cuerpo que no cumple con la norma. Hace algún tiempo, y por circunstancias que no vienen al caso, conocí a Mara Jiménez, autora de 'Croquetamente', un blog que trata la discriminación que sufren las personas que tienen kilos de más, en el ambiente laboral o en el colegio, y la forma tan cruel con la que se censura la diferencia. La aceptación de la diversidad y la destrucción de la norma sigue siendo una tarea pendiente.
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