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MATEO BALÍN
Jueves, 19 de enero 2017, 00:59
Luis Bárcenas concluyó ayer su declaración como procesado en el juicio por la primera época del 'caso Gürtel' (1999-2005), en el que se enfrenta a 42 años y medio de prisión y a una multa de 88,8 millones de euros. Lejos de admitir los hechos que le imputa la Fiscalía Anticorrupción, incluso dando un giro radical a la versión que dio ante el juez Pablo Ruz en julio de 2013 sobre la existencia de una «caja B» en el PP nacional, Bárcenas consumó ante el tribunal de la Audiencia Nacional su huida hacia adelante.
Tras dos días de interrogatorio de la fiscal Concepción Sabadell, donde el acusado trató de justificar parte de sus millonarios ingresos ocultos en Suiza pero sin aportar documento alguno, Bárcenas dio ayer un paso más en su estrategia de defensa. Ya no es cuanto peor (para el PP), mejor (para mí), como hizo creer en fase de instrucción. Ahora, con la vista en marcha, su esquema consistió en ofrecer un relato verosímil al órgano sentenciador para minizar su previsble condena a prisión.
En este juego solo respondió a su defensa y a los abogados de cinco procesados más, entre ellos el de su mujer Rosalía Iglesias, a quien volvió a presentar como una persona que pasaba por allí para protegerla. A todos ellos les dijo que sus actividades fueron lícitas, que no se apropió de fondos del PP, desmintió las revelaciones de Francisco Correa sin contestar a su letrado y, como colofón, exculpó al que fuera su partido durante más de 30 años de beneficiarse con la trama 'Gürtel' -el PP es partícipe a título lucrativo como responsable civil en el proceso-.
En suma, Bárcenas se mostró ante el tribunal menos fiero de lo que pintaban. Incluso en la declaración de ayer se le vio crecido y controlador con su abogado, tratando de desmontar las acusaciones del Ministerio Fiscal con una batería de documentos que a ojos de cualquier profano carecen de sustancia para mantener su presunción de inocencia. Como muestra, un botón: enseñó fotos de su casa con los «prestigiosos» cuadros de su colección, exhibió supuestos acuerdos de inversión y préstamos de apenas medio folio o comunicaciones banales con sus gestores suizos. Y así siguió el hilo de su defensa durante seis horas.
¿Y de los 48 millones que llegó a disponer en Suiza el 31 de diciembre de 2007? «Me han estigmatizado. No soy el hombre de los 48 millones, como lo pinta la prensa», dijo. «En 2000 mi saldo era de 8,4 millones y en 2007, de 18,4. Con esa cantidad he generado unas plusvalías en mi cartera de 30 millones en ese periodo», detalló el exsenador de 59 años en referencia, sin decirlo, a su «buen hacer» bursatil como ocurrió con las 'opas' de Endesa. «El flujo de ingresos corresponde a un flujo constante que no guarda relación ni con el señor Correa, ni con las contrataciones (de obra pública) ni con el PP», sostuvo Bárcenas, que subrayó que durante el gobierno socialista tuvo abonos por cuatro millones.
«Dice la verdad»
El acusado se mostró igual de profuso para negar la apropiación de 299.600 euros del PP, circunstancia que aprovechó para reiterar que Álvaro Lapuerta (extesorero nacional que evitó el juicio por su demencia) era el responsable máximo de las cuentas. «Él decidía sobre el dinero oficial y sobre el extraoficial, con más motivo. Tenía un celo excesivo. Por eso existía una segunda contabilidad que yo escribía y ambos visábamos cada cierto tiempo. Los donativos extraoficiales entraban en la cuenta oficial. Es imposible que Lapuerta desviara fondos. El PP está diciendo la verdad: es una persona honorable y no se apropió de dinero. Si esto es así, conmigo también».
Bárcenas también rechazó las palabras de Correa sobre las presuntas comisiones del 3% de ACS y OHL a cambio de adjudicaciones. «No son reales ni se comprometen con la realidad. Ambas empresas lo han negado y una se va a querellar contra el señor Correa», recordó. Del mismo modo, sacudió de un plumazo la prueba aportada por un acusado arrepentido, el constructor Alfonso García Pozuelo, que reconoció en el juicio que dio dinero a la trama . «¿Le solicitó que intercediera a su favor?», le preguntó el abogado de Jesús Sepúlveda, exmarido de Ana Mato, a Bárcenas. «No, jamás. Es una persona muy delicada, agradable y nunca planteó ninguna cuestión así».
Y sobre las acciones de Libertad Digital pagadas con la 'caja B', como cree la Fiscalía, Bárcenas volvió a señalar al entonces secretario general del PP Ángel Acebes, quien «autorizó que se usaran fondos extraoficiales» en octubre de 2004. Acebes declarará en el juicio como testigo.
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