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JOAQUINA DUEÑAS
MARBELLA.
Domingo, 25 de abril 2021, 00:40
La voz de alarma la dieron los miembros del Centro Oficial de Investigaciones Subacuáticas (COIS) que en sus diferentes inmersiones han descubierto que, al menos ... visualmente, la parte subacuática de la conocida como Torre del Cable se encuentra en mal estado y está perdiendo consistencia, lo que podría poner en riesgo sus supervivencia. Ingenieros, colectivos como la Asociación de Espigones Emergidos o como Cilniana lo tienen claro, si sigue sin mantenimiento, «la torre se va a caer, lo que no sabemos es cuándo», afirma el presidente de Cilniana Francisco López. En este sentido, desde el colectivo cultural reclaman la realización de un análisis pormenorizado para conocer lo riesgos reales y obtener un diagnóstico detallado que permita planificar las actuaciones necesarias.
El propio peso de la estructura hace poco probable una caída inminente, sin embargo, la carencia de mantenimiento periódico asegura su desgaste por el inexorable paso del tiempo que la terminará llevando al colapso ya que se encuentra expuesta al mar, el agente más agresivo de la naturaleza.
Ángel de la Torre es ingeniero de minas y socio de Cilniana. Acaba de preparar un trabajo sobre la empresa Ferarco, última responsable de la explotación minera de Ojén y promotora de la construcción del cable, que será publicado en breve en el número extraordinario que la asociación está preparando con motivo de su 25 aniversario. «Ferarco se hace cargo de la explotación desde 1948 y hasta 1974, cuando se cierra la explotación», explica. Sorprendentemente, durante su trabajo de investigación ha descubierto que la empresa estuvo viva aunque sin actividad hasta «el 22 de julio de 2020 cuando se publicó en el BOE la revocación de su NIF», comenta. De la Torre defiende fervientemente la necesidad de ese estudio diagnóstico: «Los cimientos son buenos, eso sí, con las técnicas y los materiales de aquel momento. Por ahora solo sabemos lo que se puede apreciar a la vista, pero hay que hacer un trabajo en profundidad tomando muestras y estudiando cada uno de los elementos para realizar un dictamen fiel de la situación actual».
«En 1953 se hace el primer proyecto del cable aéreo que lo redacta y lo firma el ingeniero de minas Luis Angoloti de Cárdenas», explica De la Torre. Un proyecto que en la actualidad, su compañero de profesión valora muy positivamente por su detalle y buena resolución. Es Dragados y Construcciones la empresa responsable de su ejecución y en octubre de 1957 el cable empieza en funcionamiento con dos tramos. «Uno de 2.000 metros monocable, que iba desde Las Escombreras en Ojén hasta Marbella y otro bicable, más rápido que era el que se adentraba en el mar», detalla.
«A finales de los sesenta se unen cuestiones de índole económica ya que Ferarco recibe menos ayudas, con la pérdida de calidad del mineral de Ojén, con más contenido en fósforo y y azufre que disminuye su rendimiento y con el inicio del auge del turismo que lleva al cierre de la compañía en 1974 y al concurso público de sus instalaciones y de sus demarcaciones mineras en 1975», explica el ingeniero. Desde entonces y hasta el terremoto de Argelia de 2003 las torres han formado parte del paisaje marbellí. Ahora solo sigue en pie el cargadero a 300 metros mar adentro que se ha convertido en emblema del pasado industrial de Marbella y su comarca.
Un pasado industrial que De la Torre reivindica enérgicamente como «la memoria del pueblo» y que considera, habría que poner en valor y darlo a conocer tanto a los vecinos como a los visitantes. Entre ese patrimonio industrial se incluyen elementos tanto mineros como agrícolas entre los que se encuentran precisamente la Torre del Cable, el trapiche del Prado o el horno de Buenavista. «Lo primero que habría que hacer es protegerlo para que no sufra vandalismo», indica. «Educación, información, publicidad y voluntad política», es, a su juicio, la receta imprescindible para conservar ese patrimonio. Una protección legal de la que carecen muchos de estos elementos y que, según Cilniana, tampoco se contempla en el nuevo PGOU.
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