Incubadora de arena en la playa de Marbella

Charo Márquez

Domingo, 9 de agosto 2020, 10:35

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Llegó el pasado lunes por la noche a la playa de Los Boliches de Fuengirola, sin que nadie la viera. Aprovechando la oscuridad, escarbó en la arena y puso 73 huevos. Los tapó delicadamente y se marchó. Era una madre tortuga de la especie Boba. El futuro de sus vástagos quedó en manos de las mareas y de los cientos de personas que acuden a diario a esta concurrida playa. No hay constancia de que una tortuga Boba haya puesto huevos en la costa malagueña en los últimos 80 años.

Se trata por lo tanto de un evento natural de gran importancia, además de extraordinario.

El Centro de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz (CEGMA) de la Junta de Andalucía, recibió noticias de este parto y de inmediato, en colaboración con el Ayuntamiento de Fuengirola, la Policía Local y el 112 acudieron a asistir a los huevos.

Desde el primer vistazo, los técnicos comprobaron que el nido estaba demasiado cerca de la orilla y que toda la prole corría peligro, por lo que decidieron su traslado inmediato. Los expertos de la Junta estudiaron la ubicación más idónea y decidieron ubicar la nueva incubadora de arena en una playa de Marbella, ideal para que los pequeños puedan desarrollarse en condiciones óptimas.

La extracción de los huevos fue compleja, explica Eugenio Montes, asesor de Medio Ambiente de la Consejería y responsable de este parto programado. De los 73 huevos, 12 se han entregado a Bioparc Fuengirola, dada su experiencia en la reproducción de reptiles, y para garantizar la supervivencia de parte de la familia si finalmente no resulta exitosa la cría en la playa de Marbella.

«Con la eclosión comprobaremos el éxito reproductivo. Si las hubiésemos dejado en la playa de Fuengirola el éxito iba a ser cero«, apunta Montes, que agradece la disponibilidad y comprensión del Ayuntamiento de Fuengirola que fue el lugar inicialmente elegido por la madre para desovar.

Los huevos fueron extraídos uno a uno, fotografiando su posición y depositados en un contenedor para su traslado. «Estos primeros momentos son críticos en el desarrollo embrionario», comenta el asesor, que aclara que cada huevo debe conservar la misma posición en la que los dejó la madre para que puedan crecer, así como la misma temperatura y humedad.

Con la colaboración de Protección Civil de Marbella se preparó la zona de cuna que ha quedado balizada y protegida para evitar el ataque de aves, roedores y el animal más peligroso: el hombre. Se mantendrá una vigilancia continuada para que las pequeñas crías puedan desarrollarse sin contratiempos.

Las tortugas Bobas se distribuyen en poblaciones que se mueven por el Atlántico y el Mediterráneo. Este año se ha registrado un aumento de desoves en el arco levantino y balear. Y los especialistas de la Junta habían previsto alguna anidación en la costa de Almería, pero no en Málaga. Se trata de un acontecimiento inédito que puede tener varias explicaciones.

Una de ellas es el aumento de la temperatura del mar Mediterráneo que se está tropicalizando. La segunda, según Eugenio Montes, es que la madre haya estado alimentándose en la zona de la costa malagueña y haya comprobado la riqueza y calidad de estas aguas y playas. Decidiendo que era un lugar adecuado para que nacieran sus vástagos.

El tiempo de incubación oscila entre los 50 y los 60 días. Un comité de expertos decidirá en estas semanas qué hacer tras la eclosión. Las crías que nazcan en Bioparc se lanzarán al mar. El futuro de sus hermanos que están en la playa no dependerá tanto de los humanos que los vigilan, sino de la propia naturaleza. Aunque se van a poner todos los medios para que la familia pueda unirse en el mar y quién sabe, se cumpla la tendencia de que vuelvan a poner huevos en el lugar donde nacieron. Ya sea en Fuengirola o en Marbella, será un lujo que estas tortugas malagueñas aumenten la familia.