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Swollen Members, cuando la historia del hip-hop se refugia en Málaga

La Trinchera vuelve a coronarse como uno de los indiscutibles emblemas del rap local, nacional e internacional. El Refugio Sonoro sale del búnker para seguir buscando guerra, recibiendo el fuego de uno de los grupos más importantes en la historia del género

Sebastián Arteaga

Domingo, 22 de febrero 2015, 10:52

Esto no es un deporte, es una religión: micros, platos, flows que hacen bailar a tu dios, rapea Shotta en Tienen Soul, de forma profética. Y es que el 21 de febrero de 2015 será una fecha inolvidable para los amantes de la música, el deporte y los inquietos de espíritu, pues hay mucho que celebrar. Han pasado 82 años del nacimiento de Nina Simone, la alta sacerdotisa del soul, y también del hip-hop, pues ha sido y es fuente de inspiración absoluta en el movimiento. Al mismo tiempo, no sin realizar un pequeño esfuerzo para alejarnos de la posible frivolidad, el Málaga C.F. sale victorioso contra el Barça. Ambos datos, que en principio no pueden estar más desconectados entre sí, cobran sentido cuando además nos percatamos que Swollen Members cierran su gira española en La Trinchera. Málaga está de enhorabuena, y sus b-boys más. Todo se traduce en felicidad y ganas de pasarlo bien.

No es de extrañar en absoluto que a la cita acudieran como público nombres tan importantes para el hip-hop malagueño como Salvatore Apa, Rayka, Capaz, Niño Snake, Dj Pera, Narksoul o Dykoh, entre otros. ¿El resto de b-boys y flygirls anónimos? Esperando puntuales haciendo cola en la calle, escuchando música, comiendo, bebiendo, fumando, charlando y riendo. Muchos/as llegaron de distintos lugares del mapa: Sevilla, Granada, Cádiz, País Vasco Se avecinaba conciertazo en mayúsculas, de manual.

Tragic, integrante del canadiense grupo de poppy hip-hop Philly Moves, fue el primero en repartir por la sala las consecuencias del jet lag en la conexión Toronto-Málaga. Tynan hizo gala en el escenario de un estilo inspirador, sereno, y en ciertos momentos, hasta bucólico a la hora de rapear, aunque sin caer en la cursilería. Al contrario, pues sus temas, varios de ellos extraídos del LP Olga, trataron temas tan crudos como la depresión, la crisis existencial o la ansiedad ante la pérdida. Aunque es cierto que durante su actuación, el público todavía se estaba acomodando en la sala, y además, su intervención fue bastante breve pero bien recibida. O al menos, eso es lo que pareció percibirse; ya sabemos qué es lo que se dice de lo bueno. Fugaz pero efectivo, como la Guerra Relámpago, notándose su reciente paso por Alemania.

El madrileño Dj Datflex limpió los escombros de la sala demostrando en un breve interludio por qué es el subcampeón mundial del IDA World y el doble ganador de la DMC España. Pocas veces hemos visto a un DJ moverse sobre la mesa y a través del ritmo de la música con tanta soltura y virtuosismo lo cual no es fácil de afirmar, dada la enorme calidad profesional existente en nuestro país. Cultura musical desbordante, presencia en el escenario y capacidad para animar a la audiencia, velocidad, claridad gestual y limpieza en la ejecución de movimientos son algunos de los rasgos que mejor pudieron apreciarse en este maestro del turntablism. Buen detalle en su primera aparición remezclando a Foyone con bass music y demás música electrónica (imposible no acordarnos de MMC y Serokah). En la segunda, tras despedir a los malagueños Fatclap, Datflex dio rienda suelta a toda su creatividad, mezclando rap con rock, soul, incluso heavy metal (un Back in Black de ACDC premonitorio a los cabezas de cartel) a través de transiciones y scratches que dejaron el pecho de los espectadores como un TR-808 o, en su defecto, la pechera de Darth Vader.

Fatclap, por su parte, estuvieron espléndidos. Cualquier seguidor y aficionado del rap sabe cuánto se disfruta al comprobar in situ la evolución de un grupo. Así, Dj Mecks, Verbal King y Kapo Disaster demostraron sobre el escenario una mejoría sobresaliente, manteniendo como siempre el sello distintivo de la formación: rap directo directísimo, más bien con letras lúcidas, y una actitud ante el micrófono y el público que denota experiencia, honestidad, fidelidad y constancia por su trabajo. La vuelta al vicio, uno de sus últimos temas, es un reflejo perfecto del nivel de autoconciencia al que han llegado los malagueños. Pocos grupos se mueven sobre la tarima con la energía e ilusión del primer día.

Y entonces llegó el momento más esperado de la noche: Swollen Members. Haciendo honor al nombre del grupo, Rob The Viking, Prevail y Madchild aterrizaron hinchados desde Canadá a La Trinchera para finiquitar su paso por España del modo más demoledor posible. Los Dark Riders de la noche parecieron desenterrar el hacha de guerra y maldecir con magia negra todo aquél que no saltara ni moviera el cuello con ellos. En poco más de una hora, el veterano grupo de Vancouver derrochó todo el arsenal acumulado en años sobre la adrenalina de sus seguidores. Temas como el frenético Red Dragon, Power o Warrior penetraron como las balas de una ametralladora en concreto, el modelo que Madchild lleva tatuado en su sien. Definir la actitud que los Freak Fantastic tuvieron es una apuesta perdida de antemano. Prevail no dejaba de moverse de un lado para otro. Sus piernas parecían las de un boxeador mientras rapeaba like a bolt in the blue, como se dice en el extranjero. Su freestyle incluía temas e improvisaciones apenas indistinguibles, causando furor. Pura velocidad y eficiencia.

Madchild aportó el carisma, el flow y hasta el swag a la noche. Con cigarro y gafas de sol incluido, Shane The Predator nos regaló ese Horrorcore de cariz freak-bizarre tan particular, derivado del Darkness, pero siempre aderezado de ingenio y humor negro. Lady Venom, Killing Spree o la legendaria Fuel Injected fueron sólo algunos de los himnos que el público jamás podrá olvidar, bien por haber sido retratados con palo-selfies, bien por las agujetas y las ojeras que tras de sí dejaron tamaños bombardeos. Y esto se lo debemos al refugio musical más vulnerable de todos. Por suerte.

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