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FERNANDO MORGADO
Domingo, 11 de enero 2015, 13:58
En unos días en los que los acontecimientos han obligado a resucitar el debate sobre la libertad de expresión y el derecho a reírse de la religión, Julián Hernández, líder de Siniestro Total, salió al escenario tocado con un sombrero de vaquero y exclamó: Buenas noches, hermanos y hermanas. Cumplimos la edad de Cristo. Paz y amor. A continuación bendijo a su audiencia y la banda comenzó a tocar los primeros acordes de Yo dije ¡Yeah!, un tema en el que un feligrés se cansa de los salmos cristianos y grita en inglés en plena misa.
Quizá sea tradición de los gallegos comenzar así sus conciertos, o tal vez quisieran dar una lección que se completaría más tarde con Ayatollah!. El caso es que demostraron que a irreverentes no les gana nadie así pasen otros 33 años por ellos. El sábado por la noche La Cochera Cabaret se quedó pequeña para el quinteto de Vigo, que ya solo conserva a un miembro (Hernández) de su primera formación. Da lo mismo, porque Julián es el showman perfecto y mantiene el espíritu de una banda que fue pionera en el movimiento punk en España. Lo que hacen Siniestro en esta pequeña gira en la que se han embarcado es un repaso perfecto a su carrera.
Al encarar el tercer tema Julián comentó: Perdón por el catarro, venimos de un país del norte donde a veces incluso llueve, y justo a continuación sonaron las primeras notas del mítico Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd que ellos transformaron hace años en un Miña terra galega y que el público cantó a coro. Fue el primer himno de un concierto plagado de ellos: Purdey y la versión de Obús Vamos muy bien fueron los siguientes. Intercalaron canciones más recientes como No hay banda y Chico de ayer, que han publicado en 2014. En Paseando sobre el agua Julián tuvo un recuerdo para Germán Coppini, cantante del grupo durante sus años de mayor éxito y con Matar hippies en las Cíes desataron la locura. Apenas tuvieron momentos de respiro los vigueses, que dejaron lo mejor para firmar un final en el que sonaron seguidas Diga qué le debo, Cuánta puta y yo qué viejo y Ayatollah.
Con su versión más gamberra se marcharon del escenario, para volver poco después acompañados de los tres miembros de Pantones, la banda que abrió la velada, y cantar Bailaré sobre tu tumba a grito pelado. Cerraron la noche con tres preguntas (la famosa ¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?) y una respuesta, Somos Siniestro Total, con la música del Highway to Hell de AC/DC. Con el puño en alto se despidieron de una sala abarrotada que agradeció con aplausos la entrega de los cinco siniestros como hizo una hora antes con los tres pantones, que estuvieron bastante arropados en su actuación. Los madrileños presentaron su primer álbum, ¿Quién quiere primavera?, un trabajo de puro power-pop que continúa todo lo bueno que ya adelantaban en el EP Ruido Rosa. Actitud a lo Ramones, letras de amor llenas de referencias pop y canciones aceleradas como Ya no puedo esperar y Atrapado en el tiempo son los ingredientes que han convertido a Pantones en una banda especial. Para terminar enlazaron Tu mayor fan con la versión de Da doo ron ron de The Crystals y demostraron que en directo pocas bandas pueden resultar más divertidas.
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