Las últimas comandas del restaurante El Chinitas

Desde que SUR anunció en exclusiva el inminente cierre del restaurante, Ángel Sánchez-Rosso, su propietario, no deja de recibir a clientes/amigos. «Me dicen que les da mucha pena, pero en el fondo comprenden la decisión que he tomado», explica durante una conversación que se ve interrumpida en varias ocasiones por la cantidad de personas que quieren saludarlo y abrazarlo. «Tenía un poco de miedo por cómo se lo iba a tomar la gente, pero es un orgullo y una satisfacción ver la repercusión que todo esto ha tenido».

El hostelero malagueño ha decidido cerrar el restaurante al no contar con relevo generacional y con el deseo de iniciar nuevos proyectos empresariales (a partir de ahora gestionará apartamentos turísticos). Y pese a ello, asegura estar con «el corazón partido». «Orgulloso de lo bien que Málaga me ha tratado y triste porque este restaurante ha sido mi vida y la de mi padre».

Desde su apertura hace casi cuatro décadas, El Chinitas ha sido lugar de reunión y encuentro de familias, empresarios y todo tipo de visitantes. Su libro de visitas lo estrenó el premio Nobel de Medicina Severo Ochoa y en su salones se han sellado acuerdos históricos como el contrato de Sergio Scariolo con el Unicaja o la llegada del Museo Picasso a Málaga. El Chinitas fue también el segundo hogar del humorista Chiquito de la Calzada, que prácticamente comía allí todos los días.

El fundador de El Chinitas fue José Sánchez-Rosso, padre del actual responsable y exconcejal del Ayuntamiento de Málaga, entre otros muchos cargos. «Él quería que El Chinitas fuera Málaga y que todo el que viniera se encontrara en su casa». Y así ha sido desde el primer día. «Esta profesión te permite conocer a mucha gente que al final se hacen amigos», resume Ángel.

A partir del próximo año, el edificio será tomado por la cadena de comida asiática Sushita, que podría mantener alguna referencia al histórico negocio en su nombre. La intención de la nueva empresa es poder abrir las puertas en abril del próximo año, aunque todo dependerá de las licencias y de las evolución de las obras.

De momento, la única referencia que se mantendrá en el local será la virgen del Carmen que preside el salón principal. La imagen lleva ahí desde que abrió el restaurante y los nuevos propietarios le han pedido a Sánchez-Rosso que la deje para que les traiga suerte.

Una de las incógnitas que van resolviéndose poco a poco es cuál será el destino final de los numerosos cuadros, obras de arte y azulejos que decoran el restaurante. Todos los azulejos de la fachada principal se entregarán a la Federación Malagueña de Peñas, mientras que otros elementos se donarán a la peña Juan Breva o al propio Ayuntamiento. «Mi principal deseo es que todo siga a la vista de los malagueños».

Uno de los elementos más icónicos del local y que aún no tiene destino seguro es el busto de Chiquito de la Calzada que moldeara el escultor Juan Manuel Miñarro. Se lo ha ofrecido al Consistorio para que lo coloque en algún punto de la ciudad, pero de momento no hay nada claro. Habrá que esperar.