El bocadillo de «armóndigas» y las torrijas de Torre del Mar conquistan Japón
Los chefs malagueños Pablo Vega y Pablo Domínguez, conocidos como Los Pablos, protagonizan una travesía gastronómica inolvidable por tierras niponas
Del 5 al 12 de julio, los chefs malagueños Pablo Vega y Pablo Domínguez -conocidos como Los Pablos- protagonizaron una travesía gastronómica inolvidable por tierras japonesas. En una iniciativa impulsada por la Junta de Andalucía, y en colaboración con la prestigiosa All Japan Chefs Association (AJCA), el dúo llevó la esencia de Málaga y de Andalucía hasta los fogones del país del sol naciente.
No era su primera vez en Japón, pero sí una de las más intensas: durante una semana recorrieron ciudades como Tokio y Sapporo, impartieron seminarios, cocinaron para más de un centenar de profesionales de la hostelería japonesa y, sobre todo, hicieron lo que mejor saben: contar historias a través de los sabores.
El eje de su propuesta culinaria es la cocina tradicional malagueña. Cada plato fue presentado en tres versiones distintas: una desde la tradición andaluza, otra desde su interpretación personal -inspirada en los conceptos de sus restaurantes Ménade y Esto es Jauja-, y una tercera adaptada al recetario japonés. Esta triple vía no solo mostró la versatilidad de productos como el cerdo ibérico, el atún de almadraba, el AOVE o los vinos andaluces, sino que también construyó un puente entre culturas desde la cocina.
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En la AJCA de Tokio ofrecieron un menú que incluyó propuestas como ajoblanco con higos y gamba blanca, salmorejo con ventresca de atún, guiso de atún con tomate y ajo, presa ibérica con adobillo y moscatel de la Axarquía, y una torrija clásica. Pero sin duda, el momento más inesperado -y celebrado- fue cuando decidieron salirse del guion y cocinar su ya famoso 'bocadillo de armóndigas'. Fue una petición expresa del público, fascinado por la fama de esta creación viral en redes. La odisea para conseguir ingredientes como alcaparras a última hora fue una aventura urbana que los llevó a recorrer mercados, barrios y tiendas hasta lograr su objetivo. El esfuerzo fue recompensado con una gran ovación.
En Sapporo, su segunda parada, repitieron el menú en el Grand Hotel de la ciudad, junto al equipo local de cocina. Allí vivieron otra anécdota que desató las risas del público. Mientras freían torrijas durante la demostración, el entusiasmo les hizo soltar un espontáneo «¡Hostias, cómo está esto!» con el micrófono abierto. Afortunadamente, la traductora suavizó la traducción nipona, limitándose a un elegante: «Qué buena está una torrija bien calada y rebozada con canela y azúcar» con una sonrisa.
Recomendaciones japonesas
Más allá de los fogones, Los Pablos se sumergieron en la gastronomía japonesa y salieron a probar diferentes restaurantes. Probaron ramen, sushi, yakitoris e incluso visitaron un restaurante llamado Delhi regentado por un chef mallorquín donde un vídeo de Málaga les recibía casualmente en la pantalla. Cada restaurante fue cuidadosamente elegido, siguiendo recomendaciones de amigos y colegas, desde el gran lujo hasta un resturante de ramen debajo de unas vigas del tren que solo puedes encontrar por recomendaciones.
El viaje no solo sirvió para difundir el producto andaluz y la cocina malagueña, sino también para confirmar que la gastronomía, cuando se hace con pasión y respeto, no entiende de fronteras. Los Pablos regresan a casa sabiendo que conquistaron Japón a golpe de cucharón, salero y más de una torrija bien hecha.
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