El Málaga se agarra a su último clavo ardiendo para seguir vivo

Como casi siempre que el envite es crucial, pasa a un segundo plano el sistema y la alineación, pues el plan pasa por superar al rival a toda costa por tratarse de una cuestión de supervivencia, de futuro o en este caso de esperanzas, aunque sean pequeñas. Parece claro que el rival no es el propicio, pero también piensan que ahora es lo de menos. Parece claro que el ansiado triunfo no sería una solución clara por las grandes diferencias existentes, pero sí supondrá, en cualquier caso, un hilo de posibilidades que deberían confirmarse en los siguientes encuentros. Y siempre dependerá de los resultados que obtengan esta semana los rivales que van por delante en la clasificación.

Una derrota a falta de diez jornadas, sin embargo, sí acercaría ya el descenso virtual a Martiricos, pues es probable que esta distancia desfavorable para los blanquiazules aumente en ese caso. Pero un empate no es mucho mejor. Un punto, en el mejor de los casos, supondría un recorte insuficiente. De esta forma, el objetivo no puede ser otro que vencer de la manera que puedan encontrar los blanquiazules al Levante y esperar, por ejemplo, la derrota del Oviedo en Leganés para acercarse a siete puntos. Esa sería la posibilidad más exitosa de la jornada. Luego habría que ver qué ocurre en los siguientes partidos.

En cuanto al equipo, aunque sea menos importante en este caso, Pellicer deberá decidir si mantiene un plan parecido a Las Palmas o apuesta de nuevo por un clásico sistema de juego con el objetivo de reforzar el centro del campo con hombres más defensivos (ya tiene varias opciones después de las cuatro ausencias de la semana anterior de la totalidad de sus posibles 'pivotes'). También tendrá que decidir el técnico cuál será la apuesta para la delantera, mientras que la duda será si le dará minutos o la titularidad al autor del segundo gol en Gran Canaria, el canterano Álex Calvo (podrá jugar este partido, pero luego se marchará con la selección sub-19 y se perderá el choque contra el Leganés, también en casa).

Con La Rosaleda de nuevo casi llena el Málaga deberá encontrar la fórmula de convertir su estadio en un fortín para los últimos compromisos del campeonato. Jugará dos duelos seguidos en su feudo, aunque luego deberá corresponder con otros tantos a domicilio. En cualquier caso, el Málaga tendrá que jugar hasta el final de Liga seis de los once partidos en el campo de Martiricos: de conseguir esos dieciocho puntos, algo que pocos aficionados se plantean realmente, su permanencia podría acercarse a la realidad...