Borrar
En-Nesyri pone en pie La Rosaleda (2-1)

En-Nesyri pone en pie La Rosaleda (2-1)

El marroquí factura al Eibar con un soberbio gol y culmina una gran remontada del Málaga

Sergio Cortés

Martes, 20 de septiembre 2016, 20:16

Charles, en una inmejorable muestra de que en el Málaga prima el colectivo, fue el primero en abrazarlo. Como probablemente hubieran hecho los más de veinte mil espectadores. Pocos jugadores se han estrenado en Primera con la camiseta blanquiazul como En-Nesyri, que puso en pie La Rosaleda con un soberbio gol que sirvió para facturar al Eibar. El joven marroquí firmó la recompensa para un equipo que pasó de estar con los brazos caídos y timorato a sacar garra y también juego fluido. Los fantasmas se alejan mientras en el horizonte aparece un futbolista interesante.

A la vista de la alineación, Juande tenía un plan. La presencia de Juan Carlos en el lateral (Ricca arrastraba molestias en un gemelo), la inclusión de dos medios de contención (Camacho y Kuzmanovic) y la apuesta por Chory Castro y Juanpi invitaban a pensar en dos premisas fundamentales para conseguir el triunfo. De un lado, tratar de mantener la puerta a cero para no necesitar más de un gol, y por otro, la clara intención de que los hombres de los costados de la zaga aparecieran mucho en ataque mientras que los teóricos extremos ganaran situaciones de superioridad por dentro. Pero de la teoría a la práctica...

Hoy por hoy, el Eibar es un equipo que a veces parece canario, con gusto por el toque y fluida circulación del balón -al final se constata que un entrenador apuesta por lo que pueden ofrecer sus jugadores, aunque Mendilibar tenga un sambenito- mientras que el Málaga es (era) un manojo de nervios, inseguro, superado por las expectativas. Por eso, durante más de veinte minutos el cuadro armero fue el local, y el blanquiazul, el visitante. Un conjunto crecido y ambicioso frente a otro asustado y encogido.

El Málaga fue durante esta interminable fase un grupo más preocupado de las protestas y aparatosas caídas que de presionar, apretar y juntar líneas. Infravalorado por muchos la pasada temporada, el papel de Cop era fundamental en la tarea de asfixiar al contrario en la primera línea de presión. Y así en el Eibar parecían internacionales desde su lateral zurdo Juncá a Jota. El plan de Juande no terminó de funcionar -aunque Kuzmanovic no desentonó- y encima Juan Carlos se lesionó a las primeras de cambio, lo que frustró las subidas continuas de los laterales debido a la inclusión de Torres.

La reacción del Málaga en la primera mitad se produjo en el ecuador. La movilidad de Sandro comenzó a dar sus frutos, aunque dos envíos interesantes a la espalda de los centrales visitantes no dieron el fruto deseado. El equipo parecía repuesto, aunque el Eibar cogió aire después de una acción inverosímil de Chory Castro en el saque de banda y de Kameni en el intento de despeje. El gol de Nano, en un error flagrante de los centrales, hizo temer lo peor.

No obstante, ese tanto del Eibar tuvo el efecto opuesto para el Málaga. El equipo apretó los dientes y encontró el empate en otra acción inverosímil nacida de las botas de Chory (toque con la derecha), culminada por Sandro con un movimiento de lujo y un punterazo inapelable. Y si hasta ese instante el que ansiaba el descanso era el conjunto local, fue el azulgrana el que acabó acogotado. Fue el preámbulo a una segunda parte en la que los pupilos de Juande salieron con el cuchillo entre los dientes. Con fiereza e intensidad, pero también con criterio y una notable lectura del juego.

El equipo comenzó a jugar tal como Juande lo había previsto, con Juanpi y Chory más por dentro (sobre todo el venezolano), y esa superioridad en zonas interiores desarmó al Eibar, incapaz de recuperar la pelota para poner en práctica su juego. Contribuyó en gran medida todo un descubrimiento: Kuzmanovic. Pese a su corpulencia y a cierta lentitud en algunos movimientos, aportó serenidad, criterio e interpretación del fútbol. Las ocasiones no abundaron, pero definitivamente el campo estaba volcado hacia la portería visitante. Y encima las triangulaciones en las bandas aceleraban la descomposición del Eibar.

Juande supo encontrar el momento adecuado para incluir a En-Nesyri, justo cuando los centrales del Eibar estaban descontrolados con tanto juego por dentro y también agotados. El joven marroquí no se situó como delantero centro (de hecho, su primera intervención fue un servicio desde el costado que se paseó por la meta de Riesgo), pero sus compañeros sabían dónde había que ponerle la pelota. Al tercer intento Camacho se la dejó franca para que rompiera en diagonal desde la derecha. ¡Vaya si lo hizo! Se sacó un zurdazo primoroso, a la misma escuadra del palo contrario. Luego llegaron el sufrimiento, las apreturas, los miedos... Pero el Málaga no perdió su identidad hasta el final, bragado pero también inteligente gracias a la movilidad sin balón.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur En-Nesyri pone en pie La Rosaleda (2-1)