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El contador ya se ha puesto en marcha para que el proyecto de ampliación del estadio de La Rosaleda pueda ser una realidad para el ... Mundial de fútbol 2030, al que Málaga aspira como una de las sedes mejor posicionadas. Después de que a finales del año pasado se conociera el anteproyecto de ampliación encargado por el Ayuntamiento al estudio de arquitectura madrileño Morph, liderado por el arquitecto César Frías, autor de las dos torres de 30 plantas levantadas en los suelos de Martiricos, el Consistorio ha activado su maquinaria burocrática para hacer posible los primeros trámites urbanísticos que requiere esta singular operación de reforma y extensión de este equipamiento deportivo.
Según ha podido conocer SUR, la Gerencia Municipal de Urbanismo ha puesto en marcha dos procedimientos de contratación de carácter menor, por su cuantía económica, pero relevantes para que la intervención en La Rosaleda pueda salir adelante en el menor plazo posible. Uno de ellos consiste en la realización de un estudio previo para la nueva ordenación de los suelos del estadio y su entorno, donde se prevé la construcción de un hotel y un centro comercial. Además, la ampliación de La Rosaleda tiene como objetivo aumentar su aforo hasta 45.000 personas (actualmente es de 30.044), mejorar las comunicaciones de este ámbito de la ciudad, y crear alrededor de 5.000 plazas de aparcamiento.
Ese estudio servirá de base para tramitar la figura de planeamiento a la que se acogerá esta compleja remodelación y ampliación que, según las fuentes consultadas, será declarada como proyecto de interés autonómico por parte de la Junta de Andalucía, lo que contribuirá a que los plazos de su tramitación urbanística se acorten en el tiempo.
El otro contrato iniciado por Urbanismo por un procedimiento menor, en el que la administración invita a tres empresas con reconocida solvencia en la materia a que presenten sus ofertas económicas y técnicas para llevarlo a cabo, consiste en la elaboración del estudio ambiental que debe acompañar a esta actuación de transformación urbanística. Así, todo apunta a que tendría que someterse a una evaluación ambiental por parte de la administración regional, un procedimiento que en su versión simplificada debería durar no más de cuatro meses, pero que en la realidad se alarga durante dos años o más por el embudo burocrático del Gobierno andaluz.
No obstante, en este caso, la declaración del proyecto como actuación de interés para la Junta podría acortar sensiblemente ese plazo, como ya sucedió en su momento con el tercer hospital para Málaga en los suelos de la trasera del Hospital Civil. En ese caso, la evaluación ambiental del futuro centro sanitario se resolvió en apenas tres meses.
Prueba de la rapidez con la que las administraciones quieren actuar para poner en marcha la ampliación del estadio de La Rosaleda es que el plazo de contrato establecido para ambos estudios es de un año, en el que está incluida tanto la entrega de la documentación que se requiere, como el asesoramiento técnico necesario para las modificaciones que tengan que introducirse en los expedientes a raíz de los informes técnicos que se recaben tanto en el proceso de encaje urbanístico a nivel municipal, como en la evaluación ambiental que debe cursar la Junta.
Es decir, el Ayuntamiento, propietario del recinto junto con la Diputación y el Gobierno andaluza, se ha marcado como objetivo tener aprobado el planeamiento necesario para esta actuación en el plazo de un año. No obstante, posteriormente tendrán que resolverse las autorizaciones necesarias para la ejecución de las obras, que previsiblemente se ejecutarán por fases dada la complejidad del espacio en el que se desarrollarán, junto al cauce del Guadalmedina.
Con una inversión que podría oscilar entre 70 y 120 millones de euros, la actuación está pensada para que el Málaga C.F. pueda seguir jugando sus partidos con cierta normalidad mientras se realizan las obras. En las diferentes recreaciones elaboradas por Morph se puede observar cómo se prevé en primer lugar una demolición de los aledaños, las dos viseras de los laterales y parte de los asientos de los fondos para conseguir dos graderíos de una altura constante. A partir de esa especie de 'poda' al estadio se empezará a instalar la nueva estructura para construir el nuevo envoltorio del recinto y el tercer graderío, que será culminado con una cubierta que protegerá todos los asientos.
Como el estadio no puede crecer mucho más a lo ancho (lo hará por encima de la avenida de la Palmilla), los técnicos proponen crecer a lo largo, es decir, por la parte norte, en los terrenos donde se ubican actualmente un edificio auxiliar del Málaga y el anexo, que desaparecerán. Tanto en ese fondo norte como en el fondo sur es donde estarán situados los espacios destinados a usos alternativos. «Para que sea un hito urbano real y favorezca el uso los 365 días del año se proponen, además del equipamiento deportivo, el terciario y dotacional, que permita albergar hoteles, restauración, espectáculos, clínicas, entre otros», expusieron desde Morph.
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