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Un punto y nada más para el Málaga
En un partido pobre, sin ocasiones ni juego, el equipo hizo valer su orden defensivo para empatar ante un Extremadura muy limitado
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Extremadura
Casto; Álex Díez, Pardo, Borja Granero, Fran Cruz (Valverde, min. 78), Bastos; Gio Zarfino, Lomotey, Kike Márquez (Pastrana, min. 90+1), Pinchi (Nono, min. 60); y Willy
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Málaga
Munir; Cifuentes, Luis Hernández, Diego González, Mikel; Bare, Adrián, Juankar (Juanpi, min. 57), Antoñín, Benkhemassa (Renato, min. 45); y Sadiku (Julio, min. 88)
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Árbitro Varón Aceitón (Comité Balear). Amonestó a Zarfino (min. 61) y a Kike Márquez (min. 90+1) del Extremadura y a Luis Hernández (min. 20) y Diego González (min. 73) del Málaga
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Incidencias Partido de la vigésima jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio Francisco de la Hera (Almendralejo) ante 3.250 espectadores.
A estas alturas, después de la pobre primera vuelta del Málaga, hasta se da por bueno cualquier punto. Aunque sea en un partido deficiente y casi sin oportunidades. Quizá la lectura sea más positiva porque, al contrario que en Ponferrada o Alcorcón, el equipo consiguió empatar –incluso que mantuvo por tercer encuentro consecutivo la puerta a cero–, pero objetivamente la exigencia debe ser mucho mayor dadas las enormes limitaciones del Extremadura (y también de los dos rivales citados). El muy pobre juego debe prevalecer para hacer autocrítica.
Definitivamente el Málaga ha encontrado un estilo, basado en la férrea contención. Han pasado demasiadas jornadas para entender que la estabilidad en esta complicada campaña pasa por defender bien y tratar de mantener la puerta a cero. Por eso, a los centrales se les ve ahora mucho más arropados, y al equipo, en general, unos pasos más atrás. Y así los rivales tienen demasiadas dificultades para ganar terreno y merodear el área. Como el Extremadura tampoco es un equipo que brille por su circulación de la pelota y que sólo hace daño cuando se produce alguna aparición entre líneas –básicamente de Kike Márquez– le costó desde el pitido inicial llegar con cierta claridad.
El duelo matinal en Almendralejo fue casi un calco del disputado, también por la mañana, en Alcorcón, sólo que al descanso se llegó con el tanteo inicial, no con derrota parcial del Málaga. Fue un duelo casi sin acciones reseñables (se recurre bastante al tópico 'partido de Segunda' como si en la categoría no hubiera encuentros brillantes), sin triangulaciones interesantes y hasta con un árbitro que, no por casualidad, es candidato al descenso por su errática interpretación del juego.
Víctor introdujo la variante de Benkhemassa como falso extremo derecho, básicamente para que Antoñín y Sadiku presionaran arriba y minimizaran la ya de por sí limitada capacidad del Extremadura para jugar la pelota. Claro que a la hora de la verdad el argelino tampoco se dejó ver junto a la línea de cal. No tuvo que hacerlo en defensa, porque el conjunto local actúa con tres centrales y el 'carrilero' izquierdo (Bastos) ni es ofensivo ni es zurdo y porque en el 5-3-2 de los azulgrana no tenía cabida la figura del extremo. Y tampoco en ataque, porque trató de acompañar por dentro para dar libertad a Cifu en las subidas y facilitar las caídas al flanco de Antoñín. No obstante, su papel fue a todas luces intrascendente.
El prometedor comienzo inicial, con cinco córners (tres para el Extremadura y dos para el Málaga), fue un espejismo y ambos equipos rivalizaron con el paso de los minutos en errores en controles, entregas, envíos en largo... Tampoco en el juego directo hubo opciones para el conjunto de Víctor porque Sadiku no es un futbolista del perfil de Blanco, con capacidad para acompañar en el juego con sus movimientos de espaldas.
El técnico blanquiazul entendió que la apuesta por Benkhemassa no había sido satisfactoria y tras el descanso recurrió a Renato para tratar de desbordar por fuera al citado Bastos (un diestro en la izquierda). El portugués, que la temporada pasada fue sustituido antes del descanso en el Francisco de la Hera, salió como un ciclón y durante diez minutos agitó el árbol. Fueron los mejores minutos visitantes, con dos o tres llegadas que permitieron albergar esperanzas, pero apenas tuvieron continuidad. El Extremadura supo capear el temporal sin dificultades porque tampoco el Málaga está sobrado de talento para dar un pase al hueco o un centro mínimamente potable. Es más, conforme avanzó la segunda mitad los servicios de Renato ya fueron muy previsibles.
Víctor dio otra vuelta de tuerca al filo del cuarto de hora, consciente de que era el momento de buscar el triunfo con una propuesta ofensiva, aunque paradójicamente la entrada de Juanpi y el cambio a un 4-2-3-1 únicamente contribuyeron a que el equipo se desordenara y facilitara un correcalles del que salió más beneficiado el Extremadura. Las ocasiones malaguistas brillaron por su ausencia y, en cambio, el conjunto local hasta soñó con el triunfo. Primero se le anuló un gol de cabeza de Nono por falta clara y después Munir acudió al rescate en un testarazo de Willy tras un servicio, cómo no, de Kike Márquez por encima de la defensa. Al final el técnico hizo debutar de forma testimonial al atacante del filial Julio. Pero debe quedar claro que el problema del Málaga no es exclusivamente de gol, sino de juego y de calidad para generar ocasiones.
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