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Celebración en el vestuario del Málaga tras el partido

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Celebración en el vestuario del Málaga tras el partido Ñito Salas

El Málaga asciende de forma heroica y recupera su orgullo

Un gol de Antoñito en el último instante de la prórroga le dio el empate al equipo blanquiazul después de encajar dos goles con un jugador más en el campo del Gimnástic y en un ambiente espectacular

Antonio Góngora

ENVIADO ESPECIAL. TARRAGONA

Sábado, 22 de junio 2024

Sí, sí sí, el Málaga asciende al fin y recupera su orgullo tras un año en la tercera categoría. De una forma épica y heroica, en el último instante, supera al Gimnástic en la final de los 'play-off' y recupera su plaza en Segunda, en el fútbol profesional. El equipo de Sergio Pellicer hizo sufrir a su hinchada tras ponerse por debajo en el marcador cuando jugaba con un hombre más. Pero la insistencia lo llevó al éxito final (2-2). La alegría desbordó a sus aficionados, que veían ya pocas opciones en una fase final del encuentro muy accidentada, con suspensión momentánea del partido incluida.

Gimnástic de Tarragona

Varo, Pablo Trigueros, Nacho, Pol Domingo, Gorostidi (Borja, minuto 106), Andy (Dufur, minuto 74), Óscar Sanz, Pablo Fernández (Santamaría, minuto 67) (Montalvo, minuto 120), Joan Oriol, David Concha (Fernández, minuto 85) y Alan Godoy (Jardí, minuto 74). Otros convocados: Parra, Álvarez, Montalvo, Mula, Pochettino, Mario y Tirlea.

2

-

2

Málaga

Alfonso Herrero; Gabilondo (Puga, minuto 91), Juande, Galilea (Aarón Ochoa, minuto 106), Víctor García; Ferreiro (Antoñito Cordero, minuto 100), Genaro (Dioni, minuto 76), Manu Molina, Kevin (Larrubia, minuto 59); Dani Lorenzo (Juanpe, minuto 110) y Roberto. Otros convocados: Carlos López, Avilés, Dani Sánchez, Nelson, Sangalli y Murillo.

  • Goles: 1-0, minuto 72: Godoy recoge el balón dentro del área y bate a Herrero cuando su equipo estaba con un jugador menos. 2-0, minuto 94: Santamaría sorprende al rematar de cabeza y hacer el segundo de su equipo. 2-1, minuto 108: Dioni recoge el balón dentro del área y acerca distancias. 2-2, minuto 122: Antoñito marca 'in extremis' el gol definitivo, el del ascenso

  • . Árbitro: Éder Mallo Fernández (vasco). Expulsó a Nacho por dos amonestaciones (minuto 63). También vieron la tarjeta amarilla Santamaría, Jardí, Oriol y Trigueros. Sin ninguna amonestación para los jugadores del Málaga.

  • Campo: Nou Estadi Costa Dourada. 14.531 espectadores acudieron al campo del Gimnástic, con más de medio millar de malaguistas que no pararon de animar en inferioridad en las gradas.

Impresionante. El Málaga se deshizo cuando el Nastic estaba con un hombre menos y sólo se recuperó gracias al tesón del equipo y al gol definitivo del joven Antoñito. En una noche inolvidable en Tarragona, el Málaga dio un paso para su recuperación tras una temporada en el infierno de Primera RFEF. El final del encuentro fue realmente espectacular, en un ambiente terrible, pero sin más. Los jugadores que saltaron al final aportaron lo previsto y el Málaga fue capaz de darle la vuelta a la situación cuando menos se esperaba, cuando el tiempo estaba casi agotado.

El Málaga vuelve a Segunda, de donde nunca debió salir. Es el momento de las celebraciones, de las reflexiones y de que los seguidores puedan disfrutar todo lo posible después de unos años calamitosos en los que el equipo blanquiazul fue a menos. Ahora se abre un nuevo ciclo más esperanzador. Los blanquiazules lograron al fin su objetivo después de una gran sacrificio durante toda la temporada, superando numerosas adversidades. Para lograr al final un ascenso que fue heroico.

Pellicer quiso cerrar la competición con el mismo once, dándole continuidad al mismo que venció en La Rosaleda siete días antes y seguramente el más compensado de la última fase de la competición. Con la mente puesta sólo en la resolución de la eliminatoria y con un gol de ventaja, el Málaga buscó de entrada controlar las previsibles embestidas de los locales, que tenían la responsabilidad de llevar el peso del encuentro. Con la tensión al máximo y un ascenso en juego, el cuadro blanquiazul no se achicó para empezar. Bien plantado, aunque soportando el dominio del rival en un ambiente completamente hostil, como era normal.

La finalísima iba suavizando su intensidad a medida que avanzaban los minutos, con un Nastic menos fiero, el Málaga avanzaba hacia la meta contraria, aunque siempre muy atento a su retaguardia por la gran presión del rival en busca del error, la sorpresa o directamente la acción individual. La responsabilidad del envite y el miedo al fallo impedía la brillantez. Era otro registro del fútbol, una lucha física y también mental para alcanzar el objetivo, al margen del juego desplegado, la profundidad, las oportunidades… Nada importaba, sólo el marcador, que no se moviera.

Con la caída de objetos que impedían a Alfonso estar bajo los palos, el partido se frenó un poco más. El reloj avanzaba hasta el nerviosismo local, si bien la diferencia era mínima y todo podía cambiar en cualquier momento. Las acciones a balón parado, los córner o las pérdidas se convertían en un tesoro para el Nástic. Pero el Málaga sabía a lo que jugaba. El oficio estaba presente y el tiempo transcurría en un encuentro muy táctico, con interrupciones, con el balón pocos minutos en movimientos. Era a vida o muerte, todo o nada, seguir en Primera RFEF o ascender al fútbol profesional, otro mundo.

El cuadro local lo intentó desde lejos en varias ocasiones durante el primer periodo, pero siempre con lanzamientos fuera. El empate al descanso podía formar parte de los deseos de los malaguistas, pero quedaba abierta cualquier opción en un choque impresionante, en el que cualquier circunstancia podía inclinar la balanza hacia uno u otro. Pero la reanudación arrancó con el Málaga con la conocida ventaja general y con el contrario concienciado de la necesidad de subir sus líneas. Pero el daño que podía alcanzar era mínimo por el gran trabajo de los blanquiazules.

El equilibrio no tardó en llegar, frenando los hombres de Pellicer cualquier posibilidad de acercarse con peligro. Una partido muy serio de los blanquiazules, que recibirían una gran noticia en el ecuador de la reanudación: el árbitro le mostró a Nacho la segunda amarilla y tuvo que marcharse. Pero esa ventaja que parecía definitiva quedó diluida muy pronto con el gol de Godoy en un rechace dentro del área. Parecía increíble, pero el Nástic había conseguido con un jugador menos lo que no pudo con los once.

La eliminatoria casi dio la vuelta, pues quedaba entonces igualada y el Málaga estaba ya obligado a marcar para ascender. Ahora le tocaba perder tiempo a los locales, en inferioridad. La afición local, como se podía esperar, elevó el tono para arropar a los suyos, que seguían controlando el choque con diez sobre el campo. El gol había hecho mucho daño a los blanquiazules, que intentaban coger de nuevo el ritmo para aprovecharse de la superioridad. Pero su insistencia, sin ser demasiado profunda, no dio resultado y el partido se fue finalmente a la prórroga.

La plantilla, al término del partido. Ñito Salas

Pero el Málaga no supo jugar con uno más, que no sabe encontrar la ventaja. Se confió. Y habría que esperar muy pocos minutos para que el Nactic hiciera el segundo por medio de Santamaría ante la incredulidad de su parroquia en Tarragona y en los distintos puntos de la ciudad y la provincia. El equipo blanquiazul era incapaz de disponer de ocasiones ya tampoco frenaba en seco a su rival. Le quedaba un cuarto de hora para hacer dos goles… Y muy pronto acortó distancias por medio de Dioni, al rematar desde dentro del área. Era el gol de la ilusión, el que ponía a los blanquiazules otra vez más cerca, pero necesita otro tanto para ascender. Y el Nastic y su público utilizaron todos los medios a su alcance para frenar el partida y comenzaron a lanzar balones, lo que llevó al árbitro a suspender el partido durante cinco minutos. Luego se reanudó para alargarse finalmente el tiempo perdido y el Málaga, otra vez de forma épica, logró en el último instante el gol del empate, por medio de Antoñito Cordero, para conseguir el deseado ascenso. Impresionante. Objetivo logrado.

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