Holi Colours convierte a Málaga en un arcoíris de diversión

Al ritmo de Ana Mena y Belinda, cuatro bailarinas de USD Estudio de Danza dan movimiento a la primera hora de fiesta, que sigue con una sesión del DJ David Akosta y el reggaeton más actual. «Arriba, abajo, saltad», eran algunas de las palabras que pronunciaba el animador para que a nadie le diera tiempo de aburrirse. Un calentamiento previo a la carrera que caracteriza a este evento y que casi ninguno de los 2.500 asistentes quería perderse. «He venido con mi hijo y un amigo suyo del cole porque les encanta correr», asegura Laura Portillo, quien afirmaba que «se lo están pasando genial» y que es «una fiesta muy recomendable».

Posiciones. Preparados, listos, ya. Con los dorsales en la espalda, las gafas de sol para no dañarse los ojos y las camisetas como paletas de pintura, el pistoletazo de polvos rojos daba comienzo a la carrera. El polígono Guadalhorce se tiñó en una explosión de colores que corría para alzarse con el premio: ir al próximo festival que celebrarán la semana que viene en Algeciras. Un recorrido de 2 kilómetros en los que había diversos puntos con polvos de colores y cañones de espuma para hacer un camino más divertido y refrescante. «Iba de los primeros, pero me he quedado en la zona de la espuma», decía David Lozano entre risas y con el pelo al estilo de Marge Simpson.

La música seguía sonando, pero solo para un grupo reducido de personas que prefirieron no salir a correr y esperar dentro tomando algo. Mientras, algunos corredores luchaban por ser los primeros en llegar y conseguir el, en ese momento desconocido, misterioso premio que minutos antes habían anunciado por megafonía. Sin embargo, otros prefirieron quedarse disfrutando en los distintos puntos de ocio que pusieron durante el recorrido. Una carrera, que al igual que la fiesta, estaba pensada para todo tipo de público.

Los corredores iban volviendo al Autocine poco tiempo después para seguir bailando y divirtiéndose, algunos con ganas de refrescarse y otros aún más embadurnados en colorines. «Hay gente de todas las edades, está muy bien», apuntaba Clara Luque mientras se comía un perrito caliente con cuidado de que el pan siguiera teniendo un tono marrón. Sin embargo, Carmen Romero y Natalia Cara son repetidoras. «El año pasado me encantó y he vuelto», apunta Romero, mientras que Cara ha regresado porque «los niños disfrutaron mucho» en la edición pasada. Ambas han decidido correr, pero sin ningún tipo de prisa.

Con todos los asistentes ya dentro, la música sonaba, los polvos de colores seguían bañando a los más cercanos al escenario y la diversión brotaba por cada rincón del Autocine. Padres con sus hijos, adolescentes a los que les queda poco para cumplir la mayoría de edad, jóvenes y adultos reunidos en una fiesta donde el color, la alegría y el buen rollo fueron los protagonistas.