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Foto de calima en la costa en una imagen de archivo. J.L.ESCUDERO
Diccionario meteorológico para entender el tiempo en Málaga

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Del taró a la calima, pasando el terral de invierno, conoce los fenómenos más comunes de la Costa del Sol

SUR

Málaga

Lunes, 12 de febrero 2018

Cada vez el tiempo nos coge menos por sorpresa: fenómenos meteorológicos como el taró, la calima o el terral (de verano o de invierno) han entrado en nuestro vocabulario a fuerza de toparnos con ellos una y otra vez. Algunos menos comunes, como las trombas marinas, y otros muy propios de este invierno, como la DANA. Te contamos en qué consiste cada uno y por qué se producen.

La DANA

También conocida en meteorología como 'gota fría'. La expresión DANA viene del término 'depresión aislada en niveles altos'. Suele ser propio del otoño en el Mediterráneo occidental. A grandes rasgos, la gota fría es el resultado de un frente de aire polar frío (corriente en chorro) que avanza lentamente sobre la parte continental a gran altura (normalmente 5-9 km) y que, al chocar con el aire más cálido y húmedo del Mar Mediterráneo, generando fuertes tormentas. En Málaga suelen ser la causantes de nuestras grandes inundaciones, pero el problema es que estas 'danas' son muy difíciles de modelizar.

El taró

Cuando la Costa del Sol aparece de súbito cubierta por una densa niebla, hablamos de taró. ¿Por qué ocurre esto? Los mayores en Málaga lo llaman taró, que es un término marinero de origen fenicio; pero en otros puntos se denomina boria y su nombre oficial es niebla de advección. Es muy frecuente al inicio del verano y se produce básicamente por la diferencia de temperatura entre la superficie del mar, que se ha enfriado por acción del poniente y el terral. Al pasar la brisa, que es de levante pero mucho más cálida que el agua, da lugar a estas nubes de condensación, más densas cuanto mayor es la discrepancia térmica. Evidentemente, la humedad relativa se dispara en momentos como estos y está al 95% allí donde afecta, que son las zonas más próximas al litoral.

La calima

Un fenómeno meteorológico más frecuente del verano, pero que se ha dejado ver este invierno, y que se produce por la entrada de un flujo de aire con polvo atmosférico en suspensión, procedente de África. A su paso deja una mala visibilidad, e incluso, gotas de barro si llueve. La irrupción de la calima se suele generar tras la aparición de tormentas de arena en el desierto del Sahara, que con los vientos de componente sur se dirigen hacia la península.

Terral

Contra la creencia generalizada, este viento no viene de África. Cuando sopla el terral significa que al llegar el viento del Norte y descender por las laderas de las montañas que nos rodean, este se calienta por compresión adiabática y se produce un efecto llamado efecto Föhn (nombre alemán tomado de un característico viento del norte de los Alpes). Este proceso está motivado porque el aire seco y cálido desciende rápidamente por otra ladera, calentándose a medida que aumenta la presión al descender.

Terral de invierno

Aunque suena raro, porque se asocia con los días más calurosos del verano, en invierno también hay terral, y, al contrario de lo que ocurre en verano, es un aire muy frío que sopla del noroeste, desde latitudes nórdicas, produciendo una brusca bajada de los termómetros.

La tromba marina

No es la primera vez que una azota Málaga. Las trombas marinas se dividen en dos tipos: tornádicas y no tornádicas. Como su nombre lo indica, las primeras son tornados, formados sobre el agua o en tierra y que pasan posteriormente al medio acuoso, mientras que las segundas, aunque son parecidas en apariencia, no son tornados. En las tornádicas su formación depende de la existencia del denominado mesociclón, un sistema de baja presión en la escala de 2 a 10 km, que se forma dentro de una tormenta eléctrica muy severa. Son más raras. Los daños que produce un tornado son muy severos, por cuanto implican vientos de hasta 512 km/h (F5 en la escala Fujita). Las trombas no tornádicas no están asociadas a la tormenta y son mucho más comunes que las tornádicas. En general se forman bajo la base de grandes cúmulus o de cumulonimbus y su severidad rara vez excede el tipo F0 en la escala de Fujita (menos de 116 km/h), aunque representan de cualquier manera un riesgo serio para la navegación.

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