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Ya fuera por el orgullo o por el humor que les caracteriza –ambos elementos son parte de su idiosincrasia–, no sorprendió que hace algunos años atrás una de las principales cabeceras británicas titulara (coincidiendo con la apertura del Eurotúnel entre las Islas yFrancia) aquello de: «Europa ya no está aislada».
Probablemente, ninguno de sus lectores ni del pueblo británico en general imaginó que mucho tiempo después aquella 'broma' se volviera irónicamente en su contra. El Imperio y su Parlamento, paradigmas del colonialismo y durante siglos el centro del Mundo, tendrá que decidir este martes el futuro de su relación con la Unión Europa con la votación del acuerdo para el 'Brexit' en un marco de constante inestabilidad que se suma a la evidente debilidad de su primera ministra, Theresa May, cuyo principal temor es que un resultado negativo aboque al Reino Unido a una agujero negro del que nadie sabe sus consecuencia reales.
Mientras eso sucede a muchos kilómetros de distancia, más de 40.000 británicos residentes en la provincia de Málaga observan con temor un resultado que podría cambiar (a peor) sus vidas a partir de ahora. Además de elucubrar desde hace semanas qué pasará en la votación del martes, tanto el consulado británico y sus representantes como las diversas organizaciones de británicos en la provincia comienzan a marcar una hoja de ruta para que a ninguno de ellos les pille con el pie cambiado.
Nacida en Mijas –donde residen más de 10.000 británicos– pero ya con una vocación nacional, la organización Brexpats intenta trasladar las pocas certezas que se tienen al respecto y cómo deben proceder sus conciudadanos. Anna Hernández, la portavoz de la organización, tiene claro cuál debe ser el primer paso a seguir. «A los ingleses les cuesta mucho hacerlo porque tienen una desconfianza irracional, pero deben acudir cuanto antes a empadronarse en sus municipios», sostiene.
El motivo está bien claro: «Este es el primer paso para pedir oficialmente la residencia en España. A partir de que acabe el proceso de transición, ya en diciembre de 2020, cualquier británico que esté más de tres meses en este país sin tener la residencia estará en una situación irregular».
Precisamente por eso, Hernández separa todos los conceptos para que no haya confusiones: «Hay que diferenciar entre la residencia, la residencia fiscal, el empadronamiento, la nacionalidad, la tarjeta sanitaria y el censo electoral», desgrana.
En el intento de arrojar algo de luz, Izquierda Unida –en colaboración con Brexpats– organizó esta semana una sesión informativa en el salón de plenos del Ayuntamiento de Marbella con la presencia de la cónsul británica en Andalucía, Charmaine Arbouin. Dichas reuniones se repetirán en otras localidades con fuerte presencia de la comunidad británica, como Mijas, Benalmádena, Manilva y Alhaurín el Grande.
Aunque el medio centenar de asistentes quiso que se arrojara algo de luz sobre la votación de este próximo martes, Arbouin fue clara. «No estoy aquí para elucubrar sobre el sentido del voto de los parlamentarios, sino para hacer ciertas recomendaciones de cara al futuro cercano, y siempre teniendo en cuenta de que algunos elementos pueden cambiar en función de lo que suceda en los próximos días», aseguró, aportando una tesis similar a la de Anna Hernández.
En cuanto a lo tangible, la cónsul insistió en el citado como elemento central: la necesidad de que la comunidad británica pida la residencia «lo antes posible». A su juicio, los trámites en estos momentos son sencillos, pero a partir de diciembre de 2020, cuando se active de verdad el 'Brexit' tras el periodo de transición, «nadie sabe lo que va a pasar».
A pesar de que intentaron responder muchas de las cuestiones planteadas por los asistentes, las preguntas sobre esta materia mostraron el sentimiento de duda que atosiga en estos últimos meses a los británicos. «¿En qué situación nos quedamos en la relación con Reino Unido si pedimos la residencia en España?», preguntaron varios de ellos. Sobre esto, Arbouin también fue clara. «Si uno reside en España tiene todos los derechos aquí como cualquier ciudadano», sostuvo. Ahora bien, los ciudadanos británicos podrán ir siempre que quieran a su país, pero por ejemplo no podrán hacer uso de la sanidad pública al no residir allí, matizó.
Primera fecha clave. 15 de enero de 2019 (este próximo martes). Será cuando el Parlamento británico apruebe o rechace el acuerdo firmado con la Unión Europea. Si ocurre lo segundo, el escenario que se abre es totalmente incierto y peligroso para el futuro de Reino Unido.
Segunda fecha clave. 20 de diciembre de 2020. Si el acuerdo sigue en marcha, esta será lafecha en la que acabe el periodo de transición, y por tanto será el momento en el que la situación de los británicos fuera de su país cambie por completo.
Aún así, la cónsul –al acabar el acto– comentó en un corrillo que esa situación es la misma que sucede en estos momentos. La diferencia radica en que no todos los británicos que viven en España piden la residencia, porque el espacio Schengen permite lalibre circulación de personas por esta zona. «El problema es que cuando el 'Brexit' sea una realidad, cualquier ciudadano británico que pase más de tres meses en España en el espacio de medio año estará de forma irregular», recordó.
Este aspecto resulta esencial, ya que un buen número de los británicos que tienen una vivienda propia en la Costa del Sol pasan la mitad del año en cada país. A partir de diciembre de 2020 eso ya no será posible sin la residencia en España; un extremo que parece que no acaba de asumirse. «Hay gente que no se ha enterado aún de que Reino Unido votó salir de Europa. Les han colado tantas mentiras que incluso muchos de los que pasan largo tiempo fuera votaron que sí pensando que nada iba a cambiar», asegura la portavoz de Brexpats. «Y esto lo cambia todo».
Además de la situación legal (el dilema residencia/empadronamiento) el otro asunto que la comunidad británica vive con dudas es el derecho al voto en los próximos comicios locales de mayo. Tal como explicó la cónsul, el acuerdo prevé que puedan participar en ellas y ser elegidos, pero dependerá de que se firme el planteamiento de May con la Unión Europea. «Aún así, España tiene casi firmado un acuerdo bilateral con Reino Unido para que no pierdan el derecho», sentenció.
Empadronamiento. Es el primer paso que deberían dar los británicos que residan de formar parcial o total en España, independientemente de que si después pedirán la residencia.
Residencia. Hasta diciembre de 2020 los británicos podrán pedir la residencia sin problemas;pero después de esa fecha nadie se atreve a avanzar las condiciones. Sin ella, cuando se active el 'Brexit' los británicos no podrán estar en España más de tres meses dentro del mismo año.
Censo electoral. De momento los británicos residentes en España podrán votar en las elecciones municipales de mayo. Para ello deberán comunicarlo en sus ayuntamientos antes del próximo 30 de enero
Residencia fiscal. Este concepto se refiere exclusivamente al pago de impuestos y tiene varios condicionantes. El empadronamiento y la residencia no implican de manera directa que la residencia fiscal pase a estar en España.
Tarjeta sanitaria. La tarjeta sanitaria europea es válida en los dos países, pero tras el 'Brexit' ésta dependerá del país de residencia sin que de momento se haya anunciado un convenio. Los británicos que fijen su residencia en España no podrán usar la sanidad pública de su país.
Nacionalidad. Es el paso que muchos británicos residentes en España se están planteando. Sin embargo, mientras que España sí permite tener las dos nacionalidades, en Reino Unido no. Los británicos que escojan esta opción perderán su ciudadanía.
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