Alejandro Salvador, mejor nota de la Selectividad en Málaga: «Quiero estudiar Medicina para seguir con el legado de mi abuelo»

Matías Stuber

Jueves, 16 de julio 2020 | Actualizado 17/07/2020 00:01h.

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Alejandro Salvador tiene 17 años y vive en La Malagueta. Hasta hace poco, era un alumno de segundo de bachillerato en el IES Sagrado Corazón. Si se le pregunta por cómo se definiría a sí mismo, contesta que «responsable y metódico». Unas cualidades a las que ha sabido sacarle rendimiento en las circunstancias más adversas. Una llamada del vicerrector de la UMA, Francisco Murillo, este miércoles a última hora de la tarde, le confirmó como el alumno con mejor nota en las pruebas de la Selectividad (PEvAU) de este año. Alejandro ha obtenido un 9,9 sobre 10. Si se le suma su expediente que traía de bachillerato, matrícula de honor a lo largo de los dos cursos, la nota final es de un 13,94. No tendrá problemas con la nota de corte. En su caso, se matriculará en Medicina en la Universidad de Málaga (UMA) con la idea de «seguir el legado de mi abuelo».

En el caso de Alejandro, como asegura a SUR, contaba con una buena nota. El confinamiento por el coronavirus lo pasó volcado en los estudios y el mes de junio también había sido una preparación concienzuda para rendir en día y hora. «Los exámenes me salieron muy bien. De todos salí con muy buenas sensaciones, pero, claro, hay muchos estudiantes. La probabilidad de ser el mejor es mínima», explica. Los números le dan la razón. En esta Selectividad atípica, marcada por la pandemia, se habían presentado más de 9.100 estudiantes en la provincia de Málaga, récord histórico.

Cuando se le pregunta por su motivación para elegir Medicina, Alejandro no duda ni un momento: José Aguilar, pediatra, que tuvo su clínica propia en la calle Trinidad Grund hasta que falleció hace un año. «Yo de chico pasaba mucho tiempo con mi abuelo. Eso me ha marcado mucho. Que falleciera, creo que me ha servido como motivación añadida. Desde chico tenía claro que quería hacer lo mismo que mi abuelo», detalla.

Por ello tampoco tuvo dudas a la hora de optar por la rama de ciencias de la salud en el bachillerato. «Soy una persona muy curiosa e inquieta por obtener más conocimiento y creo que es algo que la Medicina puede satisfacer», añade.

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Los padres de Alejandro son ambos licenciados en Derecho. Es decir, letras puras. Su padre trabaja como procurador y su madre es funcionaria en la UMA. Para ellos también tiene palabras de agradecimiento. Sus padres le han sabido apoyar y animar en los momentos más duros que, confiesa, los ha habido. «Sobre todo al inicio del estado de alarma, cuando nadie sabía muy bien qué iba a pasar. Yo llegué a pensar que este año no se iba a celebrar la Selectividad. Pues ellos han estado ahí en todo momento para animarme y les quiero dar las gracias por su esfuerzo», precisa y admite que vivió con orgullo la emoción de sus padres, lágrima incluida, cuando les comunicó la buena noticia.

Parte de este recorrido, así también lo remarca, no hubiera sido posible sin el apoyo de sus profesores del IES Sagrado Corazón. En el contexto más difícil, asegura, han sabido volcarse con él y le han transmitido seguridad en sí mismo. «Al final, es un examen y siempre vas con miedo. Este año ha sido todo tan raro, todo el mundo con las mascarillas... Mis profesores estuvieron en todo momento en las pruebas, también mi tutora. Eso me ha ayudado mucho», expresa con gratitud.