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Un proyecto urbanístico que llevaba años aletargado por la crisis económica se reactiva. Se trata de la actuación que prevé levantar un complejo residencial de 130 viviendas, aparcamientos, comercios, oficinas y un inmueble para equipamiento en la parcela que ocupa todavía el clausurado edificio de la Flex, que lleva casi veinte años abandonado en la avenida de Velázquez. A finales del año pasado, la Gerencia Municipal de Urbanismo aprobó el proyecto de reurbanización de este ámbito, en el que también se habilitará una zona verde de más de tres mil metros cuadrados; y el pasado viernes la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento validó inicialmente un estudio urbanístico para encajar las modificaciones realizadas en la idea original del proyecto, a cuyo diseño, a cargo del estudio de arquitectura local de Ángel Asenjo, ha podido tener acceso este periódico.
La variación consiste en que, anteriormente, la actuación contemplaba una manzana de planta baja más seis de la que sobresalía una torre de viviendas que alcanzaba 15 plantas más la baja en la fachada hacia la avenida de Velázquez. En cambio, ahora se plantean dos torres elevadas sobre una base de planta baja más primera de la que quedarán separadas por una planta diáfana para los accesos a los pisos y zonas de estancia, recreativas e incluso deportivas. Las torres, con capacidad para 130 viviendas como máximo, tendrán un total de 15 plantas y alcanzarán una altura de unos sesenta metros que se quedan por debajo de los 78,8 metros como máximo permitidos por las servidumbres de los vuelos del aeropuerto. No obstante, Aviación Civil deberá emitir un informe vinculante respecto a este proyecto.
Su desarrollo estará a cargo de la compañía inmobiliaria Vía Célere que, tras su fusión con Aelca, se ha convertido en una de las promotoras más importantes a nivel nacional con unos activos de 2.203 millones de euros y una bolsa de suelo para construir 25.000 viviendas.
La actual etapa de recuperación del mercado inmobiliario tras los años más duros de la crisis económica ha supuesto para el arquitecto Ángel Asenjo un especial reencuentro con su ciudad, de la que nunca se marchó pero en la que tuvo que empezar a trabajar para proyectos más allá de las fronteras españolas debido a la paralización del sector promotor. Así, en estos años ha llegado a firmar el diseño de un campus universitario para Port Harcourt, en Nigeria. Pasada esta etapa de receso, su estudio, como los de otros arquitectos malagueños, ha vuelto a ser solicitado por inversores que han puesto sus ojos en Málaga para relanzar el negocio del ladrillo. El caso de la operación urbanística prevista para los suelos de la Flex es un ejemplo de ello, como también lo son proyectos que ya se levantan en la zona de Bizcochero, en Teatinos, cuya ordenación también se debe a este veterano profesional que abrió su estudio en la capital hace 45 años. También ha recurrido a él el fondo alemán Aquila Capital para desarrollar dos de las tres torres de pisos que se levantarán en los suelos de La Princesa, donde también intervendrá el estudio local de HCP.
El proyecto se completa con un aparcamiento de cuatro sótanos con capacidad para albergar unas 280 plazas de estacionamiento y con un edificio para equipamiento público, de planta baja más tres y 1.233 metros cuadrados construidos, que la promotora dejará en manos del Ayuntamiento. La superficie comercial en planta baja tendrá doble altura en una buena parte de la huella del conjunto, y también habrá un espacio para oficinas en la planta primera, con fachada a la avenida de Velázquez. En total, serán 2.805 metros cuadrados construidos de uso comercial y terciario; y 13.079 metros cuadrados de uso residencial.
Se estima que esta operación supondrá una inversión que rondará los 80 millones de euros. La intención de sus promotores es solicitar la licencia de obras para el proyecto elaborado por Ángel Asenjo a principios de este próximo verano; y comenzar tanto los trabajos de urbanización como los de construcción de los edificios al mismo tiempo, por lo que hasta que no esté concedida la licencia de obras no se llevará a cabo la demolición del edificio de la Flex.
La reurbanización de la zona prevé renovar totalmente las calles Alcalde Joaquín Alonso (junto a la que irá la zona verde), Cocherito y la zona adyacente a la avenida de Velázquez. La calle Cocherito, que actualmente no tiene salida, se prolongará tras la demolición hasta conectar con la avenida de Velázquez, con un carril de circulación en sentido norte. Además, habrá un pasaje peatonal que separará los edificios residenciales y comerciales del de equipamiento público.
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