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Manuel Quesada, trabajador de Ferryhogar, una ferretería en el Cerrado de Calderón, atiende el teléfono a las 16.30 horas: «Es el primer respiro, por eso te he podido coger el teléfono». Con respiro se refiere al primer momento desde el apagón eléctrico en el que no entra alguien a preguntar por un camping gas, una radio a pilar, una linterna o un candil. «No nos queda nada. Desde que se ha visto que esto iba a más, ha sido un sin parar, hemos vendido todo lo que teníamos», explica.
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La psicosis por el apagón eléctrico ha 'agotado' los aparatos que se relacionan de alguna manera con el concepto de supervivencia. Los camping gas, las radios analógicas y las linternas han sido de los productos más solicitados y se confirma que hay productos que están a prueba de catástrofes de cualquier tipo.
La situación de la ferretería de Ferryhogar es similar en otros comercios que venden este tipo de productos, según pudo comprobar este periódico. En el lote de estos productos también entran velas y otros artículos como alimentos o productos de higiene.
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