Expertos debaten sobre los problemas psicológicos de los niños adoptados

La mayoría de los niños adoptados están psicológicamente sanos, pero tienden a exhibir más problemas emocionales y del comportamiento que los hijos biológicos. Así lo dijo ayer Susana Ortigoso, psicóloga de la unidad de gestión clínica de salud mental del Hospital Clínico Universitario, que hizo esas declaraciones en una rueda de prensa convocada con motivo de la celebración del II Foro sobre Infancia y Adolescencia, con la participación en el Clínico de casi 150 profesionales del ámbito de la salud, de asuntos sociales y de la educación.

Expertos en psiquiatría y psicología clínica analizaron en la reunión los motivos más frecuentes que generan consultas de esta índole en las unidades de salud mental en el sistema sanitario público, así como la orientación con la que estos deben abordarse tanto en el paciente como en su entorno familiar. El encuentro lo organizó la unidad de gestión clínica de salud mental del Hospital Clínico, cuyo director es el psiquiatra Rafael del Pino. Este experto dijo que el foro se centró en el ámbito de la adopción, «una cuestión que muchas veces está rodeada de prejuicios e ideas preconcebidas en relación a los efectos de la adopción en los niños».

Poner etiquetas

La psicóloga Susana Ortigoso precisó que muchos niños adoptados, ante las dificultades que pueden presentar, son etiquetados con diagnósticos como trastornos de déficit de atención, trastornos disociales, oposicionistas, desafiantes e, incluso, se dice que tienen dificultades específicas del aprendizaje. La psicóloga añadió: «Como si la adopción dejara a esos niños en el lugar del déficit, ubicando la causa en la biología, y no haciéndose cargo de que la adopción implica, tanto para el niño como para los padres, un importante trabajo de filiación y de construcción de vínculos».

Por su parte, la ponente invitada Beatriz Janin destacó que el niño tendrá que hacer el duelo por todo lo conocido y comenzar a ligarse con esas nuevas personas que lo adoptan. «Para los padres adoptantes también hay un trabajo complejo, ya que tendrán que aceptar las diferencias y ayudar a que esa persona sea alguien en quien puedan reconocerse». La reflexión sobre estos temas, significó Janin, es necesaria para poder intervenir facilitando el despliegue psíquico del niño y la relación de este con la familia que lo ha adoptado.