El alumbrado navideño de Málaga, ¿un modelo a seguir?
Empresarios, urbanistas y vecinos coinciden en los riesgos de masificación y piden repartir los actos navideños por todo el Centro para no acabar con la gallina de los huevos de oro
Juan Soto
Lunes, 9 de enero 2017, 00:11
Ha sido uno de los grandes éxitos de esta Navidad en la calle Larios. El espectáculo de luces al ritmo de la canción The show must go on se ha convertido en todo un símbolo de las fiestas en la capital. Pero, ¿debe continuar el show, como dice la canción de Queen?, ¿es ese el modelo navideño que demanda la ciudad para seguir creciendo en calidad y cantidad? Empresarios, urbanistas y vecinos coinciden en señalar que llegados a este punto se corre el riesgo de masificar los espacios y quedarse sin la actual gallina de los huevos de oro.
El urbanista y máximo responsable del Observatorio de Medio Ambiente Urbano, Pedro Marín Cots, confiesa que «el espacio público tiene sus limitaciones» y que si se masifica «se rompe el equilibrio para el cual se ha diseñado, que es el disfrute de los ciudadanos». A su juicio sería necesario encontrar un modelo en el cual todos los actores se vieran beneficiados, desde los empresarios hasta los turistas o los vecinos, ya que en la actualidad todo el turismo se mueve en apenas 15 hectáreas. «Hay que lograr ampliar el Centro hacia el río o el Soho, y llevar las actividades navideñas hacia estas otras zonas», razona.
Desde el Ayuntamiento también son conscientes de la importancia de encontrar el necesario equilibrio entre los intereses de todos los visitantes. Aunque de momento no han hecho resumen de cómo ha ido la Navidad, el portavoz municipal Carlos Conde adelanta que se escucharán todas las recomendaciones cara a la fiesta del año que viene. Sin desvelar la hoja de ruta a seguir, cree básico «hacer balance y evaluar todas las inquietudes que pudieran surgir». Para ello anuncia se utilizarán las próximas Juntas de Gobierno Local, en donde se escucharán las voces de todas las áreas implicadas en el montaje navideño.
De que el novedoso espectáculo de luces y sonido ha supuesto todo un éxito no hay ninguna duda. Miles de personas han acudido a diario al Centro incluso en excursiones organizadas desde toda Andalucía para ver un pase que ha dado fama a la capital gracias a la promoción en televisiones de medio mundo. Por contra, la excesiva afluencia de visitantes ha generado efectos perversos e incluso podría arruinar un modelo cada año más reconocido. «Puede producir molestias a los residentes, que necesitan dormir y trabajar, y a los propios visitantes, que piensen que el espacio público está demasiado sobrecargado», apunta Marín Cots.
Siguiendo esta línea, los vecinos de la capital lamentan que la Navidad se haya convertido en una fiesta. Ester Ramírez, presidenta de la asociación Centro Antiguo, asegura que el vecino quiere «algo más tradicional, ya que se trata de un entorno tradicional». Entiende que en la actualidad se corre el riesgo de saturación y cree que el Ayuntamiento debería iluminar más calles porque «a la calle Larios va a ir la gente se ilumine más o menos, pero al resto no».
El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol, Luis Callejón, también cree que el próximo año habría que introducir algunos cambios para que todos los sectores terminen satisfechos. En su caso confiesa que ha sido una Navidad histórica con una excelente ocupación, y que los turistas han disfrutado de la ciudad. Sin embargo reconoce que uno de los aspectos básicos a mejorar es la movilidad en la ciudad, porque «para entrar a Málaga ya era una aventura, con colapsos de tráfico y los aparcamientos llenos».
Para los hosteleros, el otro sector más beneficiado por la Navidad, sería importante crear una mesa de trabajo en la que abordar aspectos de interés general. Jesús Sánchez, el presidente de Málaga Hostelería, entiende que en estas fechas debería hacerse algo similar a lo que se ha hecho este año durante la feria y diversificar la fiesta en varios escenarios. «Si no, los visitantes se cansarán algún día de las caravanas y de no poder andar por las calles y dejarán de venir». Para él, el Ayuntamiento tiene ahora un año por delante para decidir el modelo que quiere de Navidad, «tomar las riendas del caballo y dirigirlo a su antojo hacia donde crea que es mejor para toda la ciudad».
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