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FRANCISCO DE LA TORRE ALCALDE DE MÁLAGA
Domingo, 20 de marzo 2016, 01:05
El pasado día 13 de marzo falleció en Málaga Antonio Serrano Fernández, un gran malagueño, un gran líder de los peritos e ingenieros técnicos industriales, y un ejemplo a seguir por su condición de ciudadano comprometido y por su reconocida valía profesional. Un gran malagueño inolvidable.
Antonio Serrano fue un hombre hecho a sí mismo, que con 15 años consiguió su título de Formación Profesional como oficial industrial tornero, en lo que hoy es el Instituto Rosaleda; y se empleó en la Térmica, perteneciente al Instituto Nacional de Industria.
En su trabajo conoció al inolvidable José María Alonso, otro gran líder de los peritos industriales de Málaga; que vio en él valores y capacidad, y le animó a estudiar en la Escuela de Peritos Industriales de Málaga. Antonio siguió el consejo y obtuvo el título de Perito Industrial, en la sección de Mecánica, y se incorporó a la empresa A. Braun, S.A., de fabricación de muebles frigoríficos.
Al cabo de pocos años, orientó su vida hacia la seguridad en el trabajo, convirtiéndose en un gran experto, logrando el título de Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, en las especialidades de Seguridad, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología aplicada, y dedicando años y esfuerzos desde la Administración Pública para que Málaga avanzara en todo lo relativo a la seguridad laboral.
Con el bagaje de sus estudios y su experiencia, a lo largo de los años, convirtió al Colegio de Peritos e Ingenieros Industriales de la provincia en uno de los más importantes de España, gracias al trabajo de los colegiados y a su liderazgo excepcional. Su magnífica relación con los demás colegios profesionales, y su pertenencia generosa al Consejo Social de la Ciudad de Málaga han dejado huella en todos los que tuvimos la ocasión de conocerle.
Yo le he visto como presidente del Colegio trabajar esforzadamente por su expansión y fortaleza; y le he visto como vicepresidente del Consejo Social trabajar de forma entregada por el progreso económico y social de nuestra ciudad. Y recuerdo, con admiración, sus intervenciones, siempre con sentido constructivo, evidenciando su capacidad de liderazgo, y demostrando un ejercicio permanente de superación de cualquier limitación física.
El recuerdo de los últimos años de Antonio Serrano está unido al uso de esa cánula especial que permite expresarse, aunque sea con voz metálica, a quienes por problemas de salud quedaron sin cuerdas vocales. Con esa voz metálica, a la que tantas veces se refería en tono de broma, contestaba al teléfono, utilizaba el micrófono para dirigirse a un auditorio de mucho público, y dejaba claro que no había obstáculos que pudieran frenarle.
Siempre, un hombre decidido, seguro de su fuerza, transmitiendo bondad, simpatía y alegría, incluso en los momentos más difíciles de su salud. Un hombre al pie del cañón hasta el final. Un hombre que, al tiempo que lideraba a su familia unida, lideraba con fuerza y con ejemplo extraordinario a los casi tres mil profesionales de su colegio profesional.
Antonio Serrano deja un gran vacío no solo en su familia, no solo en sus compañeros de profesión; sino en toda la ciudad, en todos los que les conocieron, en todos los que conocieron sus condiciones humanas extraordinarias. Que su ejemplo sea luz y guía para todos.
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