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Los hermanos Capuchinos llegaron a España en 1610, siendo Madrid su primer convento y de allí comenzaron su expansión por todas las regiones, llegando ... en octubre de 1613 a Antequera como el primer convento en Andalucía. Desde entonces, la ciudad ha sido referente de la orden religiosa desde donde partieron a varias localidades para alzar sus conventos, incluso con el epicentro de las vocaciones franciscanas con el seminario seráfico.
A lo largo de la historia tuvieron que salir de Antequera en el siglo XIX por la desamortización de Mendizábal y en XX por la guerra civil donde siete religiosos fueron martirizados (venerados sus restos en una capilla) y se quemaron sus dependencias. Ahora en el siglo XXI en medio de una pandemia, se ven obligados a volver a salir, esta vez por falta de vocaciones. Únicamente cuatro frailes mantienen el convento que en el siglo XVIII llegó a acoger a un centenar de monjes en su interior.
Desde 1410, año de la reconquista, las órdenes religiosas tuvieron en la frontera cristiana-musulmana de la localidad su lugar ideal para implantarse. Luego con el Barroco se construyeron las grandes iglesias que son hoy uno de los reclamos patrimoniales de la ciudad.
Sin vocaciones
Sin personas con vida religiosa, la localidad de las más de treinta iglesias se enfrenta a unos complicados años para mantenerlas abiertas. Para este verano, se anuncia la salida de los frailes, lo que dejará a uno de los templos con más fieles sin culto, así como a una parroquia, El Salvador, y tres conventos (Victoria, Loreto y Catalinas) sin su capellanía, por lo que esperan al Obispado de Málaga cubra su salida.
En un comunicado comparten «nuestro deber de hacer público a todos los antequeranos nuestra próxima partida de esta bendita ciudad». Tres de los frailes se desplazarán a Córdoba; y un cuarto religioso se ha dirigido ya a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
Lo hacen con agradecimiento: «No olvidamos a nuestros hermanos que, sin haber nacido en estas tierras, se hicieron antequeranos de corazón, pues cada uno de los capuchinos andaluces tienen su raíz en el Seminario Seráfico de Antequera».
Del convento en sí «la Orden Capuchina no desea desprenderse de él; por eso el Hermano Provincial y el Señor Obispo de la Diócesis de Málaga están trabajando para encontrar soluciones adecuadas a nuestro tiempo». En un edificio anexo al convento, el colectivo Proyecto Hombre da cobijo a personas adictas dentro de su programa de ayuda. Unas dependencias sufragadas por la orden religiosa que donde están destacan por su labor callada de ayudar a quien lo necesitan.
Dentro del templo, hay imágenes y retablos de conocidos artistas como de Diego Márquez, Antonio Ribera, Antonio del Castillo, Enrique Orce o del propio malagueño Francisco Palma Burgos, quien en 1940 realizó el Señor del Perdón, que reemplazaba a la imagen del siglo XVIII de Miguel María de Carvajal, que fue destruida en 1936.
«La partida de nuestra fraternidad queremos hacerla lo más natural y sencilla posible; simplemente como una misión cumplida, nunca tan bien hecha como hubiésemos querido y vosotros os merecéis, pero con la voluntad de querernos poner en las manos de nuestros superiores, como sucesores de San Francisco», culminan en el escrito.
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