«Mi sueño es tener mi propio taller de confección»
Eliminado y luego repescado del programa, el profesor de pintura valenciano se hace con los 50.000 euros del concurso de talentos Ancor Ganador de la cuarta edición de 'Maestros de la costura'
JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ
MADRID.
Miércoles, 31 de marzo 2021, 00:06
Ancor (Valencia, 1992) se sobrepuso al golpe de ser eliminado de 'Maestros de la costura' (La 1) y finalmente tras su repesca se ha llevado el Maniquí de Oro como vencedor de la cuarta edición del 'talent show'. Ancor (prefiere que se le conozca así, sin apellidos) llegó por una inscripción de su mujer y se colgó el cartel de favorito a las primeras de cambio. Con 50.000 euros en el bolsillo y un curso para seguir formándose, su sueño es tener su propio taller a medida.
-De favorito a ganador, enhorabuena, ¿se lo esperaba?
-Pues no. En cada prueba yo no luchaba por ser el mejor. Solo quería disfrutar.
-¿Tuvo mucha presión por ese cartel de favorito?
-Sí, porque decía 'madre mía y ahora como lo haga mal, la lío' y eso fue lo que pasó en la prueba por equipos de Barcelona (risas). Siempre he intentado dar lo mejor de mí. No por gustar a nadie sino por aprender y disfrutar.
-Aunque, no todo fue coser y cantar... ¿cómo vivió el primer adiós?
-Ese día, yo tenía clarísimo que me iba. Hice la peor prueba y si no me echaban no iba a ser justo por mis compañeros.
-¿Y la repesca?
-No me lo podía imaginar, porque podía seguir experimentando, es un regalo. La oportunidad de coser era todo un regalo.
-Usted es el mejor ejemplo de que rendirse no es una opción.
-Claro, siempre hay que luchar y disfrutar. Si estás visualizando la meta, te pierdes el camino y entonces es una pena.
-Y en la final, dos nuevos retos. ¿En qué se inspiró para su obra final?
-Me gusta el esplendor y la opulencia de los años 50. Lo que quise hacer en ese vestido final es Hollywood y ese traje de Marilyn Monroe.
-Y ese momento antes de pronunciar el vencedor, ¿en qué pensaba?
-Era eterno, yo solo quería que lo dijeran. Un estrés y un agobio enorme, estaba clavando las uñas en el brazo de Lluís. A mis compañeros los considero mi familia y porque hay una pandemia, que si no estaríamos todos en una casa rural.
-¿Y la relación con los jueces? Sobre todo con el temido Lorenzo Caprile.
-La verdad es que ha sido muy cálida y además toda crítica era justa y yo la he puesto en práctica. Si ellos no son críticos, es que no estás aprendiendo. Entonces cualquier cosa que dijesen, corría a ponerla en práctica.
-Pero, ¿tenía miedo de esa imagen de duros?
-Fui a disfrutar pasase lo que pasase. Siempre he seguido el programa, me fascina. El hecho de tenerlos ya delante era como '¡Dios mío! ¿Esto es real o no?'.
-¿Qué ha sido lo más duro de su paso por el programa?
-El poco tiempo para hacer un traje, era un sálvese quien pueda. Imagínate que, incluso, calculaba como tenía que mover la mano para el boceto a toda prisa para salir a la mercería, coger el tejido que quería y hacer el vestido (risas).
-Mucho estrés, ¿no?
-Bueno, quizá con más tiempo te relajarías. Yo, la verdad, y te lo prometo, volvería a hacer 'Maestros de la costura' porque hay que seguir aprendiendo. Animo a todos a hacerlo. Solo tengo agradecimientos.
-¿Cuáles son sus planes?
-Mi sueño es tener mi propio taller de confección a medida. Pero, ¿ahora mismo? ¡Yo me vengo a Madrid a disfrutar de mi premio! Me quiero dejar guiar un poco por la vida, igual que me he dejado guiar por mi mujer, que me acabó apuntando al programa.
-¿Y qué pensó cuando se lo dijo?
-Me levanté un día de la siesta y de repente abro mi correo electrónico y tenía un mensaje que ponía «acaba tu inscripción 'Maestros de la costura'» y solo pensé: '¡Qué vergüenza!'.
-Es profesor de pintura, pero ha quedado patente su don por la costura y el diseño... ¿cuándo se dio cuenta de ello?
-Es muy curioso, porque para mi trabajo final de carrera pinté a mi mujer en distintos estilos pictóricos y me di cuenta de que la ropa era pobre, muy pobre y decía: ¡ay lo fácil que sería tener la ropa auténtica! Pero, ropa buena para utilizarla en los montajes y yo me planteé cómo sería coser. Le dije a mi abuela que me explicara cómo funciona la máquina de coser con pedales, uní unos trapos y me puse a hacer patrones. ¡Si ves los primeros se te muere el corazón! (risas). La cuarentena me vino de maravilla para practicar y probar.
-Veo que su mujer es su musa.
-Sí, sí, sí. No me imagino haciendo nada sin ella.
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