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isabel vargas
Martes, 18 de agosto 2015, 12:40
La programación de la Feria dedicada al público joven, como de costumbre, combinó anoche las actuaciones de artistas nacionales con las de los aspirantes a ganar uno de los cinco premios que otorga el concurso de bandas andaluzas MálagaCrea Rock. Un batiburrillo de géneros que culminó con el concierto de Miguel Sáez y Mario Mendes. El dúo convirtió aquello en una discoteca al aire libre, en la que cientos de jovenzuelos alzaron manos, movieron sinturilla y empinaron el codo. Una estampa que seguramente se vuelva a repetir a lo largo de esta semana.
Pasadas las 22.30 horas, la cantautora cordobesa Sara Villafuerte se subió al escenario para inaugurar la final del certamen de jóvenes talentos. Vestida de verde y con una flor en el pecho, la artista derrochó naturalidad por los cuatro costados al interpretar su repertorio o interactuar con el poco público que la miró. La fórmula, un directo en acústico con una guitarra como único acompañamiento, no pareció disgustar y recordó por momentos a una jovencísima Rozalén. Aún así, las letras de sus canciones, una especie de himno a favor de la autogestión, el baile o el inconformismo juvenil, esperan a madurar con el tiempo. La única aspirante fuera de Málaga se despidió con Sin destino, dedicada a los pocos cordobeses que allí se encontraban.
Sólo llevan dos años y ya han ganado un certamen musical en Rincón de la Victoria. Así describió Jesús Sánchez, periodista y disc jockey malagueño encargado de presentar a las bandas, a los jóvenes Alfred Larios. Este grupo, que apuesta por una formación clásica de rock (voces, guitarras, bajo y batería), demostró lo que da de sí el post-rock que tira de distorsión y largos parones instrumentales. Parece mentira que el cantante y el guitarrista se conocieran en la tuna. Con dos EPs bajo el brazo, estos malagueños que definen su sonido como rock alternativo post-traumático dejaron entrever sus influencias, entre las que destaca Pink Floyd, Radiohead y Vetusta Morla. Sin duda fue la apuesta más sólida de la noche.
La primera noche del concurso se cerró con el concierto de la Ventana Oval, un trío de rock con inclinación al pop que bebe de bandas como Queen of the Stone Age, Arcade Fire o Led Zeppelin. Los tres chicos que conforman el grupo se presentaron sin camiseta y el cuerpo pintado ante un público desganado. No lo hicieron mal para ser su segundo concierto, aunque a algunos les pareció que abusaban de pose y se olvidaban un poco de lo importante, que en este caso es demostrar quien hace la mejor música. Maxi Alea (voz y guitarra), Nico Huguenin (batería) y Will Goddard (bajo) se despidieron al grito de Viva Málaga, mientras sus instrumentos no dejaban de chillar.
Bien entrada la noche el dj Mchi, fiel escudero de Miguel Saez y Mario Mendes, calentó al público poniéndole lo que le pedía, los hits de Daddy Yankee, Gente de zona y Swedish House Mafia. ¿Quién tiene ganas de fiesta, gritó a la multitud que no dejó de levantar las manos y bailar de principio a fin. Por primera vez en tres días un disc jockey se atrevía a hacer scratches y mezclar canciones en directo. Inaudito. Media hora después los asistentes recibieron a los dos cantantes al grito de lololololo. Buenas noches. Viva Andalucía y la madre que los parió, exclamó Saez minutos antes de comenzar su directo, un buen chute de reggaetón y flamenquito bueno. Los temas más bailables del compositor gaditano como Ella está pa mí, Vampira o La cazadora hicieron que muchos perdieran la cabeza. Aquello se convirtió en una discoteca al aire libre donde ambos artistas sudaron la camiseta, perrearon y desafinaron. Clases de reggaetón aflamencao avanzado a un público ya acostumbrado a este tipo de lecciones.
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