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Enrique Breto, en la primera tienda que abrió Pisamonas, en Madrid. :: virginia carrasco
«No teníamos ni idea de zapatos; estamos viviendo un sueño»

«No teníamos ni idea de zapatos; estamos viviendo un sueño»

Enrique Bretos Cofundador y CEO de Pisamonas

LUCÍA PALACIOS

Miércoles, 17 de abril 2019, 00:03

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Podían haber hecho caso a todos aquellos que les desaconsejaron iniciar un proyecto entre amigos, y menos aún entre parejas. Pero desoyeron estas recomendaciones. Estaban convencidos de que juntos lograrían sacar adelante un negocio rentable. En principio no sabían cuál, estaban abiertos a cualquier sector y el que más conocían era el del turismo, pero nuevamente desafiaron lo razonable y contra toda lógica se embarcaron en fundar una empresa de calzado infantil on line. Sin tener «ni idea de zapatos» -reconocen-, guiados únicamente por su propia intuición.

Así fue cómo el matrimonio formado por Enrique Bretos y María Torres, junto a sus grandes amigos, la pareja formada por Enrique Saiz y Silvia Orta, fundaron en agosto de 2013 Pisamonas, la firma de calzado de niños que en apenas seis años de vida se ha convertido en el tercer fabricante de calzado infantil a nivel nacional, solo por detrás de firmas tan veteranas como Garvalin o Pablosky.

«Como padres de tres niños, echábamos de menos calzado de calidad, bien hecho, a buen precio y que se pudiera adquirir fácilmente a través de internet», explica Bretos, que aunque al principio compaginó este proyecto personal con su puesto como directivo en Pullmantur, a los tres años se embarcó en exclusiva en esta nueva aventura y asumió el cargo de CEO de la firma.

«Estamos viviendo un sueño», confiesa Bretos, que reconoce que lo hicieron más a modo de «hobby» y «para nada» su objetivo era haberse convertido en lo que son: una de las tres startups españolas que más crecen en Europa, según un informe del 'Financial Times'. Una de las claves de su éxito fue la expansión internacional. Sabían que para poder soportar los bajos márgenes que implica vender a buen precio sin perder calidad, necesitaban volumen. Por ello, ya el primer año de fundación se lanzaron a vender también en Portugal, al año siguiente crearon la web para acceder al mercado francés, en 2015 conquistaron Reino Unido y en 2016 le tocó el turno a Italia. En la actualidad, uno de cada cinco zapatos lo venden fuera de España y hasta el príncipe George, heredero a la corona británica, usó unos mocasines de Pisamonas en su primer día de colegio, «un golpe de fortuna» que les supuso un espaldarazo importante para la firma. Una vez afianzada esta internacionalización, dieron otro vuelta de tuerca a su negocio con la apertura de tiendas físicas, siguiendo la estela de grandes gigantes del comercio electrónico, como Amazon. En 2017 abrieron su primer establecimiento en Madrid y en la actualidad cuentan con 26 tiendas, dos de ellas en Portugal y el resto repartidas en las principales ciudades españolas: Bilbao, Valencia, Sevilla, Barcelona, Vitoria, Cáceres, Málaga, Logroño, Oviedo, San Sebastián... «Quisimos hacer un enfoque multicanal para estar más cerca de nuestros clientes, a los que también les gusta el contacto físico, poder tocar y oler los zapatos...», apunta este ingeniero aeronáutico reconvertido en emprendedor.

Con una facturación de 10 millones de euros, dan empleo a un centenar de personas y venden medio millón de pares de zapatos, todos con el sello 'made in Spain' y con un precio medio que ronda los 20 euros.

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