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Los negocios de compra-venta de oro tienen que seguir unas estrictas medidas de seguridad y de control policial para detectar robos.
El negocio de los 'compro oro' se desinfla en Málaga al desaparecer el 80% de los locales

El negocio de los 'compro oro' se desinfla en Málaga al desaparecer el 80% de los locales

La caída de la cotización del metal por la recuperación y una fiscalidad agresiva de las comunidades barren del país a más de 14.000 establecimientos en apenas tres años

Eugenio Cabezas

Sábado, 5 de noviembre 2016, 19:28

Hace apenas tres años la céntrica calle Carretería de la capital albergaba cerca de una treintena de 'compro oro', una cifra que actualmente se ha reducido a apenas media docena. ¿El motivo? Este tipo de negocios sufrieron una burbuja durante los años más duros de la crisis económica en España, y ahora, cuando la situación empieza a remontar, unido a otros factores como la caída del precio de la cotización de este valioso metal y una fiscalidad agresiva por parte de las comunidades autónomas, apenas quedan el 20% de los que llegó a haber en 2013.

Según los datos que maneja Juan José Machuca, que hasta 2014 fue presidente de la Asociación Nacional de Compra-Venta de Oro Hispania, si hace tres años llegó a haber 17.733 establecimientos de 'compro oro' repartidos por todo el país, de los que 3.192 estaban en Andalucía, apenas quedan abiertos 3.500. En la provincia el descenso ha sido de 803 en 2013 a apenas un centenar, de los que alrededor de la mitad están en la capital.

«Como ocurre con todas las burbujas, hubo un momento en el que el mercado se saturó, había una necesidad de liquidez y los bancos no daban créditos, por eso proliferaron los sitios de empeño de oro», comenta Machuca, que trabajó durante cuatro años en la firma Mr. Gold, una cadena malagueña que fue víctima del estallido de esta burbuja. De los alrededor de ochenta negocios que llegó a tener abiertos, apenas quedan una docena, que son gestionados directamente por los que eran franquiciados.

La caída de la cotización del oro en los mercados mundiales a principios de 2015 fue clave para que estos establecimientos se terminaran de hundir. «Parecía que la gente ya no tenía más oro que vender y el negocio se paró en seco», explica Alfredo Sánchez, empleado en una de las cuatro tiendas que posee la firma Mr. Cash en la provincia, de las que dos están en Marbella, una en Fuengirola y otra en la capital. Si en septiembre de 2012 el gramo de oro llegó a pagarse a casi 43,9 euros, esta cifra se redujo a apenas 27,9 en enero de 2014. «Fue una reducción muy fuerte y la gente optó por otras inversiones», afirma Machuca.

A la caída de la cotización se sumó la fiscalidad agresiva de las comunidades autónomas, que sobre todo a partir de 2014 empezaron a realizar inspecciones y a exigir el pago del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) a estas empresas, equivalente al 4% de su facturación. «Esto fue la puntilla para miles de negocios», asegura Machuca, quien explica que los empresarios iniciaron una batalla legal en los tribunales al entender que el cobro de este tributo no era legal, «ya que hablamos de un producto de segundo mano», dice.

Los datos

  • 803 son los negocios de compra-venta de oro que llegó a haber en Málaga en 2013, sobre un total de 17.733 a nivel nacional. Apenas quedan un centenar.

  • 37,33 es el precio en euros de la cotización del gramo de oro, al cierre del pasado miércoles.

  • 9.000 es el número de empleos directos que llegó a tener el sector en Andalucía hace tres años, con 3.192 tiendas.

Hace pocos días, el Tribunal Supremo ha dictado una segunda sentencia en la que ratifica una anterior de 1996 que anula estas liquidaciones del ITP a los negocios. «Es una magnífica noticia, pero llega demasiado tarde para la gran mayoría», apunta Machuca.

En los últimos meses el valor del oro ha vuelto a repuntar, a raíz especialmente del 'Brexit'. Y es que como valor refugio que es su precio aumenta en momentos de incertidumbre económica. «El sector se ha saneado y reestructurado, como ocurrió con las inmobiliarias», apuntan desde la firma Pipers Gold, que cuenta con dos establecimientos en la capital. «El 85% de nuestra clientela es de clase media, gente que prefiere tener liquidez y poder darse un capricho como un viaje a conservar joyas antiguas en casa que sabe que no se va poner, porque otro tema es el de la inseguridad de salir a la calle con objetos de oro en el cuerpo», añaden.

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