El BCE se abre a una compra de deuda ilimitada más allá de 2020
SALVADOR ARROYO
Viernes, 1 de mayo 2020, 00:21
bruselas. De aquella merma en el crecimiento que se medía en décimas a una proyección de colapso en doble dígito. De la ralentización en un contexto de guerras comerciales y 'brexit', al barrido de un huracán pandémico. Así ha evolucionado el breve mandato de Christine Lagarde, la primera mujer al timón del Banco Central Europeo (BCE). Metida de lleno en una turbulencia aún más virulenta que la que sufrió su predecesor Mario Draghi, la francesa compareció ayer sola, sin su vicepresidente Luis de Guindos, conectado vía telemática. Lagarde no tardó ni cinco minutos en lanzar el peor de los augurios: la Eurozona sufrirá un desplome «de una magnitud y a una velocidad sin precedentes en tiempos de paz». Y le puso cifras. A la espera de las previsiones de junio será de «entre el 5% y el 12% este año, dependiendo de la duración de las medidas de contención y el éxito de las políticas», dijo. Y ante tanto contratiempo ayer se percibió a la mejor Lagarde. Mensajes sobrios pero contundentes. Y, sobre todo, sin ambigüedad en uno de los pilares fundamentales sobre los que el BCE ha construido su respuesta más enérgica a la crisis: el respaldo a los bonos soberanos. «Haremos un buen uso de la flexibilidad de los programas de compras para asegurar que nuestra acción llega a toda la economía y empresas. Somos completamente flexibles».
El BCE no toca ninguno de sus tipos (el de referencia continúa en el 0,0%, el de facilidad de depósito, en el -0,50%, y el de la facilidad marginal de crédito, en el -0,25%). Sin sorpresas para unos mercados que sí reaccionaron con decepción al no concretarse un incremento en la dotación de 750.000 millones del programa de compra de deuda contra la pandemia. No, de momento. Pero llegará. Y podría ser incluso de alcance indefinido. Aquí Lagarde fue persistente. «Estamos totalmente preparados para incrementar el tamaño, la composición y duración del fondo tanto como sea necesario y durante el tiempo que sea necesario».
Su 'whatever it takes' se focalizó en esa dirección, en el PEPP, como se conoce por sus siglas en inglés al arsenal desplegado contra la Covid-19. El objetivo: asegurar la liquidez de los bancos y facilitar a los Estados la financiación en los mercados. De momento ha conseguido contener las primas de riesgo. «Las compras pueden ampliarse más allá de finales de 2020», remarcó Lagarde. No se descarta que a los 750.000 millones se llegue a sumar otro medio billón.
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