Nacho Vigalondo: «Nunca me he considerado un comediante»

Nacho Vigalondo (Cabezón de la Sal, Cantabria, 43 años) se ha movido en los últimos tiempos por las plataformas. Tras 'Into the Dark' (HBO), 'Justo antes de Cristo' (Movistar) y 'El Vecino' (Netflix), el director de cine salta ahora a OrangeTV en una faceta distinta: conductor de un 'late night'. Así, ha debutado como presentador de televisión con 'Los felices veinte', programa que emite el Canal Orange de lunes a jueves a las 23:30 horas. Está acompañado del cómico Aníbal Gómez, y la también humorista e 'influencer' Gakian.

-¿Cómo le llegó la propuesta de presentar 'Los felices veinte'?

-A través de la productora Secuoya, en lo que me imagino que era algo conjunto entre ellos y Orange. Fui el primer sorprendido, y reconozco que no soy el perfil habitual de conductor de un programa así, pero cada vez cuesta más hacer planes y seguir un mapa predeterminado en la vida.

-No era una espinita clavada.

-No, no. Siempre me ha gustado colaborar en programas, pero la responsabilidad de conducir uno es una cosa diferente, algo que no me había planteado hasta que me lo propusieron. También creemos que para conducir un 'late night' es bueno tener una trayectoria de cómico y una presencia en las pantallas más continuada, y yo tengo mis complejos a la hora de hablar y de escuchar mi propia voz. Más que tener una espinita clavada, creo que me la estoy clavando ahora (risas).

-¿Cuál es su relación con el humor o sus referentes?

-Gakian, Aníbal y yo tenemos alma de actores, y en un momento dado puedo decir que, con mi experiencia como actor, a veces puedo tomarme en serio. Y luego siempre he sido devoto seguidor del humor, tanto del que se hace aquí como del de fuera. Pero si tengo que hablar de referentes, parece que llevo una vida macerando el estilo a partir de unos maestros, y no sabría decir cuáles porque nunca me he considerado un comediante.

-Usted ya tuvo una polémica hace años por un tuit suyo. ¿Pesa eso a la hora de presentar?

-No hay un momento de transición en mi vida después de lo que pasó en 2011. No cambió nada porque, en el fondo, creo que no cambia nada. Quitando casos más concretos que acaban en los tribunales, y que hay que tomarse más en serio, la mayoría de las polémicas de internet vinculadas a eso que tantas veces cacareamos, y que son los límites del humor, son tensiones que vienen y se van con la misma agilidad.

Figura solitaria

-En ese sentido, ¿son más libres las series y el cine?

-Creo que cuando se generan tensiones de este tipo, el fuego que las aviva es identificar a una figura humana independiente y solitaria como el acusado. Cuando es un colectivo de artistas o trabajadores, como puede ser una película, la tensión se diluye.

-¿'Los felices veinte' es una excusa para poder celebrar algo por si se va todo a la porra?

-Esa es la idea: no esperar a que haya nostalgia de esta década dentro de otras dos, sino celebrarla desde ya. Esto es como cuando en 'Crónicas marcianas' se decía que cada programa era una conexión a Marte.

-Estrenó su última película en 2016. ¿Piensa volver al cine?

-He rodado televisión desde entonces y tengo la sensación de haber trabajado más que nunca, aunque al no haber estrenado una película en formato tradicional parece que he estado detenido. Pero si combinamos todo han sido de mis años más frenéticos.