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Bukowski lee un periódico en 1978. SUR
El mito sucio de Bukowski llega al siglo

El mito sucio de Bukowski llega al siglo

Poesía al SUR ·

Poeta maldito por convicción, se bebió la vida entre adicciones y despedazó el sueño americano. Capturó la decadencia como nadie. Su estilo irreverente y sus referencias al sexo suponen desde hace décadas un imán para los lectores más jóvenes

Viernes, 5 de junio 2020, 00:16

En su lápida, sobre la figura de un boxeador, hay escrito un breve epitafio: «No lo intentes». Pero sus lectores saben que no es una ... invitación a la parálisis, ni siquiera al desánimo. O al menos no sólo eso. Eligiendo aquel verso para irse a la tumba, Charles Bukowski pretendía reivindicar la honestidad, espantar la impostura. No hay hueco para la hipocresía en su obra, criticada por efectista, adorada por descarnada. Para él, que encadenó empleos precarios y coqueteó con la marginalidad, que sólo se dedicó de forma plena a la escritura rozados los cincuenta años, el camino hacia el arte debía ser natural, un instinto expulsado sin remedio: «Si tienes que sentarte durante horas / con la mirada fija en la pantalla del ordenador / o clavado en tu máquina de escribir / buscando las palabras, / no lo hagas».

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