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Tiene por delante un reto 'gigante'. Y no solo porque a su habitual trabajo como gerente de la EMT ha unido el encargo de ... poner orden en la sociedad de aparcamientos Smassa tras la crisis por la destitución de su gerente el pasado lunes, sino porque hoy presenta su nueva novela. Lleva por título 'Donde nace el cielo', sexto título de Miguel Ruiz Montañez (Málaga, 1962), que vuelve a un territorio común en su obra literaria, Santo Domingo, para contar la odisea del primer barco de españolas que desembarcó en la naciente Hispanoamérica. Esa historia desconocida de las mujeres es lo que el autor del 'best seller' 'La tumba de Colón' reivindica en esta nueva novela que presenta este miércoles en Ámbito Cultural de El Corte Inglés (19 horas), junto al consejero de Cultura, Arturo Bernal. En esta entrevista con café y cruasán, el gestor y novelista reconoce que tiene el «corazón partío» entre sus dos mundos, el empresarial y el literario, y transmite tranquilidad tanto cuando habla del revisionismo sobre la figura del descubridor como de la fusión de las empresas municipales, tras la tormenta política de los últimos días.
–¿Cómo convive el escritor con el gerente?
–Tengo siempre el corazón partío porque soy el gerente de la EMT, una empresa muy grande, que según dice Chus Heredia ahora va a ser un gigante. Me va muy bien en el Ayuntamiento, pero a veces me digo: ¿Por qué no me dedico a escribir? El alcalde me dice que no deje mi puesto, así que mientras pueda hacer las dos cosas, va bien. Además, me publican editoriales grandes y tengo críticas positivas, así que sigo disfrutando. No busco más. No busco ser el divo de la literatura española, sino que disfruto con esto y es como una especie de oasis dentro de la dificultad de mi profesión principal que es la otra.
Título: 'Donde nace el cielo'
Autor: Miguel Ruiz Montañez
Editorial: Ediciones B, España, 2024, 512 páginas
Presentación: Este miércoles, 29 de mayo, a las 19 horas, en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, junto al consejero de Cultura, Arturo Bernal.
-'Donde nace el cielo' ahonda en la intriga histórica. ¿Tiene usted ya un estilo?
–Es una novela que ha salido sola y en la que los personajes han tirado de mí. He disfrutado escribiéndola, la que más. Y mucha gente me está diciendo que es mi mejor novela, lo que me tiene preocupado porque 'La tumba de Colón' se sigue reeditando 18 años después.
–¿Cuántas ediciones lleva?
–He perdido la cuenta, unas 20 porque todos los años sale una nueva y se publicó también en tapa blanda. Se ha impreso en Argentina, en México… además de las traducciones al inglés, alemán, chino, coreano, italiano, ruso. Es increíble, lo reconozco.
–¿Y cómo llegó a la historia del primer barco de mujeres al continente americano?
–Sigo siendo profesor asociado de la Universidad de Santo Domingo, que es la más antigua de América, y voy dos o tres veces al año invitado. Allí tengo la oportunidad de inspirarme en libros antiguos y legajos, como me pasó cuando descubrí que en 1510 hubo un barco cargado de mujeres, el primero, y que nadie había contado esa historia. Tiré del hilo y encontré una orden de Fernando el Católico que decía que, para asentar Castilla en los territorios descubiertos, tenían que ir las parejas de los conquistadores y el resto de soldados, mientras que los solteros se tenían que casar. Eso animó a que, desde costureras a criadas, viajaran doscientas y pico mujeres. Al encontrar esa historia salió el Miguel oportunista y me dije: ya lo tengo.
–¿Es una novela oportunista?
–Más que eso, han confluido varios elementos de rabiosa actualidad. Está el tema de género porque es una novela muy femenina y también, el de los indios. En la novela está que los españoles fuimos terriblemente crueles con los indios y, si hubo un genocidio o no, que es una palabra que está ahora muy presente en los telediarios, también está en la novela. Están las leyes de Burgos en la que se decía que no se podía explotar a los indios. Todo eso confluye en una etapa, entre 1510 y 1512, que me da mimbres para hacer una novela de intriga y misterio que atraiga desde la primera página.
–¿La de las mujeres es la historia por contar del descubrimiento?
–Se ha contado poco. Lo que he querido transmitir con la novela es que la conquista de América también fue una aventura de mujeres. Cuando lees los libros de historia se habla de Colón, Cabeza de Vaca, Hernán Cortés o Pizarro, pero cuando empiezas a rascar se ve que fueron ellas las que construyeron la sociedad. Cuando hoy día se critica tanto en América lo que hicimos los españoles, realmente no fueron los conquistadores, sino que nuestras antepasadas fueron las que conformaron la sociedad que hemos heredado. Estas mujeres estaban muy explotadas en Castilla, no podían tener una propiedad a su nombre o una tienda, como la protagonista principal que lo primero que hace al llegar es poner un puesto de frutas. Así que fueron ellas las que construyeron esa América de la que hoy nos quejamos. Unas mujeres valientes que fueron capaces de crear esa sociedad a partir de lo que encontraron, que fue un conjunto de tigres españoles que durante los primeros años habían hecho un mundo a su medida, pero ellas llegaron y le dieron la vuelta. Esa es la novela. Entre ellas está la mujer de Diego Colón, la virreina María de Toledo, que merece también una buena novela y yo la nombro aquí bastante. Si algún día este libro me pide más, puede tener una continuación con este personaje. No te niego que me apetecería continuar esta saga de la Ciudad Primada.
–De hecho, Santo Domingo es un personaje de la novela.
–Como hacía Carlos Ruiz Zafón con Barcelona en la saga 'La sombra del viento, he tratado de hacer lo mismo con ese Santo Domingo mágico que tiene una personalidad propia. Es mi paraíso personal en el sentido literario. Es una ciudad que desde el principio se hizo con sentido de permanencia. Por ejemplo, Málaga no tuvo la primera red de alcantarillado hasta el siglo XIX, mientras que allí en 1510 ya lo estaban construyendo. Es alucinante. Y a eso se une, que es la ciudad de los palacios majestuosos, como el Alcázar de Colón.
–¿De haber vivido otro momento histórico habría elegido el del Descubrimiento?
–Sin duda. Está época de la creación de una ciudad nueva en una explanada selvática fue fascinante. Además, el primer regidor de Santo Domingo fue un vecino de Málaga, que se enroló en uno de los viajes a esta ciudad incipiente y fue nombrado así, alcalde.
–Su anterior novela coincidió con la decapitación de estatuas de Colón en el continente americano. ¿Estamos ante un descubridor, un conquistador o un esclavista?
–Colón murió en 1506 y el primer barco de esclavos llegó aproximadamente en 1512. Es decir, Colón no fue esclavista. Y en cuanto a los indios que estaban allí, él prácticamente no fue ni encomendero ni tuvo propiedades de explotación. Él no fue esclavista, por lo que estamos ante una injusticia que se ha forjado con el paso del tiempo y todo esto de la decapitación de estatuas se debe al desconocimiento de quién era la persona que descubrió América. El movimiento Black Lives Matter fijó su odio en Colón, pero es injusto. Él tampoco fue un buen gobernante y cometió muchos errores. Fue un hombre con sus luces y sombras, pero ensanchó el mundo conocido y eso nadie se lo puede quitar.
–¿Deberíamos pedir perdón, como dice López Obrador?
–Es un tema complejo, diplomáticamente hablando. Y en cualquier caso, es evidente que España, bueno, Castilla y Aragón, fue la primera corona del mundo que hizo unas leyes antiesclavistas, trató de liberar al indio y evitar lo que estaba pasando. Hay que recordar que los indios murieron fundamentalmente por las enfermedades. Lo cuento en la novela. Los europeos tenían cierta resistencia y ellos no, por lo que, desde 1505, la viruela y otras dolencias fueron fulminantes y la raza taína se vio diezmada, pero nadie lo hizo con intención de genocidio. ¿Quién quería un genocidio si eran la mano de obra? Aparte, creo que en España la palabra genocidio se utiliza con una cierta… porque, según la RAE, es el ánimo de acabar con una raza y los indios eran útiles para la corona. Hubo excesos, claro que los hubo. ¿Habría que pedir perdón? Hoy día vas a Latinoamérica y te encuentras con muchas lenguas. En México hay 49 lenguas autóctonas vivas y, por cierto, el señor López Obrador no habla ninguna de ellas.
–¿Lo del genocidio lo dice también porque está en boca del Gobierno español al hablar de Gaza?
–La palabra genocidio es muy fuerte, muy potente. No quiero entrar en esos debates. Prefiero hablar de literatura.
–Se lo pregunto porque usted ha hecho la referencia.
–Este es un debate fuera del contexto de la novela. Sí es verdad que aparecen los indios y ese fenómeno que los diezmó por culpa de las enfermedades y también la sobreexplotación. Y la aparición de las leyes de Burgos que fueron un elemento adicional. Ante todo he querido escribir un libro de emociones, no de lecciones, porque además no soy historiador. He querido hablar de aventuras y de personajes femeninos atractivos para emocionar. Para nada he querido sentar cátedra con la novela ni trasladar al lector una opinión mía.
–Usted que es gestor, también hay un cambio de gestión en lo literario ya que ha vuelto con Ediciones B (Penguin). ¿Por qué?
–Pertenezco a la Agencia Kerrigan, que es la que me dice por aquí, por allá. En este caso había una propuesta de mi primera editorial, que publicó 'La tumba de Colón', que quería reeditarla de nuevo, y la agencia vio bien volver a donde empecé con 'Donde nace el cielo'. Y la verdad es que trabajan muy bien, tienen un equipo muy profesional y me han dado mucho cariño. Han hecho una pedazo de edición con el libro.
–Mi compañera Pilar R. Quirós me ha encargado que le pregunte si usted se va a 'comer' el marrón de Smassa.
–Yo creo que la fusión va a ser muy buena para las dos sociedades y para Málaga, porque esto no es un invento. Ya se hizo en Madrid con su EMT, que ahora mismo explota cerca de 40 parkings, y en Valencia también y va muy bien. Va a haber mucha sinergia entre ambas empresas y ya lo estamos analizando. No es un marrón, sino un proyecto bonito.
–El trabajo se la va a multiplicar.
–Sí, será más trabajo, claro. Si hasta teníamos mil trabajadores, ahora tenemos 1.200.
–¿Y llega a Smassa para poner orden tras la sustitución el pasado lunes de su gerente?
–Yo soy un gestor y me han pedido que la gestione bien. Vamos a intentar que haya economía de escala, sinergias entre las dos sociedades y sumemos valor para el malagueño. Es decir, que la suma de EMT y Smassa sea mejor que lo que ahora son por separado. Y estoy convencido de que lo voy a conseguir. Pongo un ejemplo: la EMT es potente en innovación informática. Fuimos la primera ciudad del mundo que tuvo el autobús con el teléfono móvil, tarjetas sin contacto… hemos hecho innovaciones que han sido pioneras y nos han copiado grandes ciudades del mundo. Bueno, pues creo que podemos hacer mucho por la informática de Smassa, sus aplicaciones y sus sistemas telemáticos. Y será inmediato porque se verá en los próximos meses. Luego hay departamentos que podemos apoyarnos mutuamente, como contabilidad y temas jurídicos. Smassa tiene técnicos de obra que nosotros apenas tenemos. No dispongo de arquitecto en la EMT y estamos haciendo un nuevo edificio de 70 millones de euros en la calle Paquiro, mientras que Smassa sí los tiene y nos van a ayudar. Estoy convencido de que habrá muchas sinergias. Pero yo creo que a la gente le interesa más la novela
–¿Pues para cuándo una novela en la Casona del Parque?
–Ja, ja. De eso no sería capaz ni mucho menos. Un escritor tiene que especializarse, porque el lector siempre nota si el autor sabe de lo que habla. Esa es la clave para que salga un libro redondo. Así que no, que no se me espere contando las historias de la Casona del Parque.
–Pero con esta ampliación de funciones usted ha demostrado saberse mover muy bien en el ámbito municipal.
–Eso es parte de mi profesión. Yo soy ingeniero, economista y dirijo una empresa. Convivo con el poder político y trato de sacar los encargos del Consejo de Administración de la mejor manera posible y con humildad, sobre todo con mucha humildad. Siempre digo que la novela me ayuda a ser mejor gerente, porque escribir me relaja mucho. Hay gente que va al gimnasio y a mí me ha dado por esto, por escribir.
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