Borrar
Harry el Sucio y su magnum, dos iconos inseparables. :: sur
Harry El Sucio no era tan sucio

Harry El Sucio no era tan sucio

El CAL participa en el MaF con la presentación del ensayo de Luis García sobre el encuentro del actor con el director Don Siegel, que determinó el cine americano de los 70

FRANCISCO GRIÑÁN

Viernes, 8 de abril 2016, 00:56

Ha pasado a la historia con esa famosa frase pistola en mano: «Venga, alégrame el día, capullo». Un clásico del cine. Casi tanto como considerar al autor del parlamento, el detective Harry Callahan, el estereotipo del pensamiento fascista llevado a la gran pantalla. «En absoluto es un filme reaccionario», asegura el especialista cinematográfico Luis García Gil sobre el origen de esta saga, 'Harry el Sucio', que fue la obra cumbre que surgió del encuentro de los protagonistas de su último libro, 'Don Siegel & Clint Eastwood. Una historia del cine americano'.

En un acto organizado por el Centro Andaluz del Libro en el marco del MaF, el autor gaditano presentó ayer este volumen que analiza la influencia del director en el actor y que desmonta algunos mitos. «Reivindico el Eastwood de los años 70 y su relación con Don Siegel, ya que, pese a ser un cineasta menospreciado por los cinéfilos, es el que más influyó en el actor, pese a que se dice que fue Sergio Leone», explica García Gil sobre los cinco títulos que unieron a ambos artistas: 'La jungla humana' (1968), 'Dos mulas y una mujer' (1970), 'El seductor' (1971), 'Harry el Sucio' (1971) y 'La fuga de Alcatraz' (1979).

Ese año de 1971 fue clave en la relación de la pareja, ya que Eastwood tenía sueños de director y «hablaba mucho con Siegel en los rodajes hasta el punto que aquel mismo año afronta su ópera prima, 'Escalofrío en la noche'», relata el autor que añade que el actor aprendió de su mentor la forma de rodar rápido, con pocas tomas y con presupuestos ajustados. «Algo que se le reconoce a Eastwood desde 'Sin perdón', pero que ya estaba en su cine desde el principio», remacha Luis García Gil, que también es autor del ensayo crítico 'François Truffaut' (Cátedra) y del poemario 'Las gafas de Allen'.

De las colaboraciones de Siegel & Eastwood, el momento cumbre fue la creación del inspector Harry Callahan, el «personaje más popular e influyente en el cine de la época, pero también maltratado, sobre todo por una parte de críticos de corriente progresista que con algo de demagogia lo tacharon de fascista», señala el investigador, que crítica la reducción del personaje a una cuestión «ideológica». «Evidentemente, el personaje está ligado a su época y a una etapa convulsa, pero trasciende esas etiquetas simplistas ya que Harry es un misántropo, un solitario, un viudo y un tipo nada heroico que el director no justifica en absoluto, sino que pone en el mismo plano que Scorpio, el malo de la película», afirma Luis García, que reivindica la complejidad del personaje.

«Además Siegel era de izquierdas y en ningún momento hizo un prototipo fascista», concluye el autor del libro, que añade que Eastwood «bordó» el papel en la primera entrega. Después, sin Siegel ya en la dirección, repitió el personaje «hasta la saciedad, pero sin llegar a igualar al original».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Harry El Sucio no era tan sucio