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Francisco Griñán
Domingo, 28 de septiembre 2014, 01:08
Camilo José Cela y José Manuel Caballero Bonald fueron más que amigos. El premio Nobel gallego fue el que introdujo al aspirante a escritor que venía a Andalucía en los círculos literarios de Madrid y lo situó como secretario de redacción de la revista Papeles. Caballero Bonald, por su parte, fue el negro de Cela, el que se encargó de buscar y ordenar la documentación literaria y bibliográfica de sus libros de viajes. La ruptura sotto voce se produjo tras la relación del poeta andaluz con la que era mujer del escritor gallego, Rosario Conde, que acabó confesando años más tarde a la revista Interviú que su gran amor no había sido su marido sino Caballero Bonald. Una confesión a destiempo que se produjo en 1989 y que el escritor gaditano sufrió por las repercusiones para su familia.
Aquel capítulo visto desde la perspectiva del autor de Agata ojos de gato y Manual de infractores está presente en la biografía Memorial de disidencias, que ha publicado el escritor y catedrático de la UNED Julio Neira y que se presentó hace unos días en Málaga. Rosario Conde había sido fundamental en el éxito de Cela. No solo había pasado a máquina todos sus textos, sino que era la que establecía la disciplina para que él pudiera escribir, explica Julio Neira que recuerda el momento en el que el escritor recibe el máximo honor literario, el premio Nobel, y acude allí con su amante -Marina Castaño- en lugar de su mujer. La respuesta de Rosario Conde fue aquella escandalosa confesión que sonaba a venganza, pero que atropelló a un desprotegido Caballero Bonald.
Nunca estuve enamorada de Camilo. Mi gran amor fue Caballero Bonald, decía el titular de la revista Interviú que, según revela Julio Neira, causó un gran disgusto al poeta andaluz. Aquella relación se produjo después de que Cela tuviera muy abandonada a Rosario Conde y, aunque fue anterior al matrimonio de Caballero Bonald, una noticia de este tipo no fue agradable ni para él ni para su familia, señala Neira que en Memorial de disidencias (Fundación José Manuel Lara) ha trazado una obra de referencia para acercarse a la vida y obra del escritor andaluz desde los años 40 hasta la actualidad.
Especialista en la poesía del 27 y profesor de Literatura de la UNED, Julio Neira señala que «más que una biografía, el libro es un estudio de conjunto de la obra y la vida» de Caballero Bonald. El proyecto tenía su reto para el escritor madrileño afincado en Málaga, ya que su colega jerezano se había autoradiografiado en dos libros esenciales: Tiempo de guerras perdidas (1995) y La costumbre de vivir (2001). «Cuando me preguntan por él, siempre recomiendo sus memorias porque son un prodigio de narración», explica Neira, que no obstante buscaba cubrir otros objetivos con su biografía.
«Las memorias cuentan lo que se recuerda y se olvidan muchas cosas y, en el caso de Caballero Bonald, son además textos muy literarios», señala Julio Neira, que ha cubierto algunas «lagunas» y se ocupa también de las últimas cuatro décadas del autor gaditano, ya que sus autobiografías se detienen en el año 1975. Un trabajo que no ha pasado desapercibido, ya que Memorial de disidencias ganó recientemente el Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías.
Neira pondrá el acento en el propio título del libro, Memorial de disidencias, para señalar que el escritor e intelectual andaluz «siempre ha estado en contra de los dogmas», no solo en su vida y en su compromiso social y político, sino que también es «un transgresor en lo literario» que desdibuja las fronteras de la poesía y la prosa.
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