Estrella de Diego: «Las casas-museo son el patrimonio más frágil y el que tenemos más obligación de conservar»
La catedrática y ensayista acude a la Casa Gerald Brenan para participar en el ciclo 'Palacios de la memoria'
Ha dejado el teléfono móvil silenciado para hacer honor al nombre del vagón silencioso del tren y cuando se ha querido dar cuenta tenía «un ... montón» de llamadas. Hasta entonces, a Estrella de Diego (Madrid, 1958) le ha dado tiempo de pasear un poco por el centro de la ciudad con un deje de melancolía ante los locales cerrados por la crisis sanitaria que ya es también económica. Ensayista, catedrática y comisaria de exposiciones, De Diego acudía ayer a Málaga para participar en el ciclo 'Palacios de la memoria' organizado en la Casa Gerald Brenan y coordinado por Pedro Pizarro. Y justo la memoria es protagonista recurrente en sus reflexiones.
-Acude a Málaga para hablar sobre «la impronta» que dejan los creadores en los lugares que han habitado. ¿Cuánto de construcción mental, de mito, hay esa huella?
-Mucho. Lo que dejan los creadores en los espacios quizá sea algo que más bien ponen los visitantes. Cuando en un momento determinado voy a la casa de Freud en Viena o en Londres, imagino lo que hacía allí. O en el caso de la casa de Mario Praz, pues me impresiona mucho ver su biblioteca. Los que somos un poco fetichistas vemos la vida que vivieron y creo que es algo súper emocionante, al menos para mí.
-El fetichismo también un alto componente sugestivo.
-Sí, hablo de fetichismo, pero no en un sentido negativo, al menos en mi opinión. Es casi como un archivo invisible. Para mí tiene que ver con encontrar un archivo, un lugar, donde atesorar lo que allí ocurrió. La idea de la Historia. Nos pasa algo parecido con los monumentos. Cuando vas a una Catedral imaginas a los que estuvieron allí, el tiempo que pasa, lo que significa... y cuando se trata de una casa natal o de una casa donde un autor ha vivido es todavía más fuerte. Me impresiona mucho, por ejemplo, asomarme a la misma ventana a la que se asomaron Freud, Praz, (Anna) Ajmátova o tantos otros.
-¿Y en qué queda todo eso cuando estos lugares se convierten en meros reclamo turísticos?
-Ahora echamos de menos a los turistas después de habernos quejado tanto de ellos... Bueno, echamos de menos a los turistas y echamos de menos ser turistas con este 'impasse' que nos ha dejado el Covid-19. Hay algo de reclamo, claro, pero eso no es malo 'per se'. Soy muy ambivalente hacia el turismo, pero creo que todos esos que quizá van a ir a una casa-museo o a un museo porque están en la guía turística de la ciudad que visitan a lo mejor salen de ahí habiendo visto algo que les ha cambiado la vida. Hemos demonizado mucho el turismo. Igual que el turismo masificado es un rollo, allá donde vayas, todos somos turistas y que sea un reclamo no tiene por qué ser necesariamente malo. Es más, las casas-museo son el patrimonio más frágil y delicado de los patrimonios y el que tenemos más obligación de conservar, porque si no se convertirán en otras casas más de la ciudad. Es bonito, pero también importante, que haya placas, recordatorios... que se conserve ese patrimonio.
-¿Son más vulnerables a fenómenos como la presión inmobiliaria o el vaciado de residentes en los centros históricos de las ciudades?
-Sin lugar a dudas. Un museo tiene una colección, pero en las casas-museo es muy raro que haya una colección. Es un patrimonio frágil porque suele estar en lugares que, si no recuerdas que esa persona ha vivido ahí, pueden acabar bajo los escombros para construir allí otra o pasar al olvido y que nadie se acuerde de ese homenaje que hay que rendir.
-Habla de casas natales y colecciones y justo en Málaga tenemos la Fundación Picasso-Museo Casa Natal. ¿Cree que este equipamiento está en consonancia con la figura del artista?
-La Casa Natal de Picasso es un poco distinta, porque también es un poco museo y tiene más de contextualización de Picasso. Es una casa donde Picasso vive, pero no es una casa donde Picasso haya vivido tanto. La veo como recordatorio importantísimo, pero más como un centro museístico. España es un lugar que se olvida muy frecuentemente de sus escritores y artistas y es un lugar como pocas casas-museo. Tenemos una memoria muy frágil y muy desapegada y por eso es importante que una institución como la Casa Natal de Picasso siga ahí.
-Pero no parece que las casas natales, incluso las que tienen una colección artística, jueguen en igualdad de condiciones que los museos.
-De ninguna manera. Si compara la casas natales en España con los museos y también con las casas natales de otros países, pienso, por ejemplo, en Rusia, donde tienen adoración por estos lugares, aquí estamos en mucha desventaja. Hay casas natales que se convierten en museo, pero como casas están en desventaja y por eso debemos tener con ellas más cuidado, porque son más frágiles.
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