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Faltaba todavía más de una década para que cantara aquello de ‘Pasaba por aquí’. Pero el caso es que Luis Eduardo Aute no pasó por casualidad por Torremolinos ni Benalmádena, que formaron parte de la biografía sentimental del cantautor antes incluso de que editara su primera canción. De hecho, sus grabaciones pioneras fueron un par de videoclips realizados antes incluso de inventarse este formato e incluidos dentro del metraje de la película ‘Días de viejo color’, rodada en 1967 en Torremolinos y en la que ponía la banda sonora a una historia de libertad juvenil. Por entonces, el músico fallecido el pasado sábado se debatía entre las partituras y las cámaras de cine, las cuales lo volverían a traer de vuelta en 1970 para presentar un corto de su puño y letra en la Semana de Cine de Autor de Benalmádena. Aunque de lo que más se habló fue del puño en alto y el motín que protagonizó en apoyo a Ricardo Franco. Con punto final en el cuartelillo de la Guardia Civil.
Ese hombre del renacimiento que fue Luis Eduardo Aute -incansable pintor, además de compositor, cantante y director de cine- confluye precisamente en aquella película iniciática de su amigo Pedro Olea, 'Días de viejo color', que tenía detrás al guionista y productor malagueño Luis Mamerto López-Tapia, que fue el gran maquinador de este filme que se suele unir equivocadamente al subgénero del cine del 'boom' turístico. Y efectivamente, la cinta está rodada en aquel destino emergente que era Torremolinos, pero aquí el guiri y los hoteles son solo parte del paisaje de una historia de juventud que narra el viaje de unos madrileños al paraíso de la libertad que representaba la Costa del Sol en la gris y opresiva España de Franco.
La película también entendía que la libertad era sexual, lo que provocó muchos problemas con la censura. Un filtro que también tuvo que pasar Luis Eduardo Aute, que compuso el tema central, titulado igualmente 'Días de viejo color', además de 'Los burgueses', canciones que él mismo cantaba en francés en sendas escenas de la película. Con generosas patillas, pelo negro, medallón hippie en el pecho y guitarra en mano, el artista le ponía la ambientación cosmopolita y moderna a la reconocible plaza de La Gamba Alegre de Torremolinos, mientras que los protagonistas, Andrés Resino y Cristina Galbó, se lanzaban miradas furtivas ante la presencia de Fernanda Hurtado, una de las hermanas Hurtado con un inédito aire pop. No obstante, el que triunfaba en la escena era el propio Aute, cuyas canciones atraen a la extranjera que completaba esta escena.
Aute puso la banda sonora a un filme que se atrevió a mostrar otro Torremolinos, por el que también pasaban Los Brincos -Juan Pardo y Fernando Arbex- y Massiel haciéndose notar con un baile. Amén del homenaje al director Luis García Berlanga que encarnaba al autoparódico Mister Marshall, un traficante de drogas extranjero con debilidad por los cómics y los polos Lacoste que intentaba que los protagonistas le hicieran de camellos de un alijo de porros para su vuelta a Madrid.
Después de cantar y ligar en aquel reducto libertario de la Costa del Sol, Luis Eduardo Aute volvió tres años después, en 1970. Y de nuevo de la mano de Luis Mamerto López-Tapia, fundador y director de la Semana de Cine de Autor de Benalmádena, donde el músico, pintor y cineasta estrenó su primer cortometraje como director, 'Minutos después'. Reconocido foro de la izquierda, el certamen también tuvo aquel año entre sus invitados a Ricardo Franco que se llevó un premio no oficial con su filme, 'El desastre de annual'. Un galardón que buscaba hacer ruido, según confiesan algunas fuentes. Y lo consiguió. Parte del público protestó cuando el director subió a recoger el premio en el hotel Alay, sede entonces del festival, lo que fue respondido por Franco con el puño en alto, lo que derivó en un gran escándalo entre los antifranquistas -antidictador, no antidirector- que lo secundaron y los partidarios del régimen allí presentes.
La historia derivó en el motín-protesta encabezado por Franco y en el que también participaron Vicente Molina Foix, Víctor Erice y Luis Eduardo Aute, al que siguió la llegada de la Guardia Civil. López-Tapias intentó que la fuerzas del orden no irrumpieran en el interior del hotel y en la 'manifa', pero la autoridad entró y detuvo a los «jóvenes airados», como los bautizó algún periódico, los cuales acabaron en el cuartelillo y en el tribunal de orden público. Y en un escándalo.
La escena fue grabada por la RAI y la policía requisó las imágenes. Pero los italianos les habían dado el cambiazo y la escena de la detención de opositores al régimen de Franco ya iba para el aeropuerto, vía Roma, donde los informativos dieron cuenta del suceso que alcanzó así carácter internacional. Un éxito 'cinematográfico' de un Aute cuyos orígenes musicales y fílmicos están ligados a aquella Costa del Sol que representaba la libertad a la que él siempre cantó.
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