Alain Badiou: «El objetivo del arte es declarar que es posible un nuevo mundo»
PENSAMIENTO ·
El filósofo y escritor francés inaugura el curso promovido por el Museo Picasso Málaga y la Fundación General de la UMAUn escenario vacío, una mesa vestida con un paño oscuro, como el telón de fondo, y sentado, bajo los focos tenues, uno de los pensadores ... más estimulantes del siglo XX y lo que va de XXI. Filósofo, novelista, dramaturgo y activista político, el francés Alain Badiou ofrecía ayer una conferencia grabada como acto de apertura del curso 'Mitologías del siglo XXI', promovido por el Museo Picasso Málaga y la Fundación General de la Universidad de Málaga (UMA). «El objetivo del arte es declarar que es posible un nuevo mundo», lanzaba el autor de libros como 'El ser y el acontecimiento', 'Pequeño manual de inestética' o el más reciente 'Nuestro mal viene de más lejos'.
Justo en este último libro, el pensador francés, que va camino de cumplir 85 años, volcaba uno de sus llamamientos más encendidos en contra del relativismo –o la equidistancia, según el término ahora en boga– frente al sistema capitalista dominante y sus peligros. De ese hilo tiraba Badiou en su charla ofrecida en el marco de 'Mitologías del siglo XXI' para reivindicar el arte contemporáneo como una fuente de «desplazamientos» que permitan afrontar la existencia desde una perspectiva diferente.
Sostuvo así Badiou «el desplazamiento de la frontera entre lo posible y lo imposible, llevado a cabo por el arte de manera localizada», frente a la política, que busca esa misma dislocación, «pero en las leyes mismas del mundo». Por contra, el arte lo hace «mediante un desplazamiento a un lugar en el que se instala la promesa formal de que un nuevo mundo es posible», reiteraba Badiou.
Una visión, si se quiere, idealizadora, de la creación artística actual, que Badiou entiende como el fenómeno que resulta «cuando sustituimos la fuerza abstracta de las leyes por la singularidad de una forma».
Y un poco antes, el propio Badiou, en una de las escasas analogías que brindó durante su charla, puso un ejemplo de ese «desplazamiento» sobre el que levanta buena parte de su visión del arte actual: «Es una experiencia muy común, cuando de repente, en el recodo de una carretera, vemos surgir una magnífica iglesia. Eso es un desplazamiento. Una forma reconocible y al mismo tiempo absolutamente nueva».
A partir de ahí, el pensador galo apostilló: «La obra de arte no es la creación de un nuevo futuro, pero puede ser una propuesta para esperar un nuevo futuro». Una espera en la que el sujeto «nunca desespera», en palabras de Badiou, que insistía: «Las artes proporcionan nuevos medios para esperar sin desesperar. La contemplación del arte siempre es eso. A la política le cuesta más esperar». Arte y política a ambos lados de la balanza del discurso de un autor apuntalado en el ala izquierda del pensamiento político.
Hacer visible
«El arte contemporáneo también es el esfuerzo de hacer visible lo que para el capitalismo globalizado no existe», abrochó Badiou, que puso el acento en las redes sociales para denunciar la falsa libertad que postulan. «Propongo que nos convirtamos en censores implacables de nosotros mismos, de nuestra pertenencia voluntaria o involuntaria al mundo crepuscular de la comunicación financiera», remató.
Un discurso alejado tanto del fatalismo como de la euforia, en la bisagra del dos siglos y de un cambio de paradigma glosado por el director artístico del Museo Picasso Málaga, José Lebrero, en la presentación de Badiou, que «define este cambio de ciclo como un necesario nuevo comienzo frente a los totalitarismos emergentes, la falta de ideas, la alienación o los prejuicios».
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