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La JOBA ensaya estos días en el Seminario, donde mañana ofrecerá su concierto de regreso con entrada libre.
El ‘allegro’ de la Joven Orquesta Barroca

El ‘allegro’ de la Joven Orquesta Barroca

La JOBA reaparece mañana en el Seminario tras ‘salvarse’ gracias a un patrocinio privado

Regina Sotorrío

Viernes, 23 de septiembre 2016, 00:26

Seguro que ahora mismo podría reproducir en su mente el famoso allegro de La Primavera de Vivaldi. Habrá escuchado infinidad de veces las celebérrimas Cuatro estaciones, pero es probable que pocas o nunca lo haya hecho tal como las concibió el maestro veneciano. Los instrumentos del siglo XVII y XVIII eran muy diferentes a los modernos y la técnica, también. Aquellas piezas sonaban con unos «colores» propios que una orquesta sinfónica actual no puede recrear. La Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA) sí y lo hará en el concierto que mañana sábado ofrece en los Jardines del Seminario Diocesano de Málaga (20.00 h. Entrada libre hasta completar aforo). «Vivaldi las compuso imaginando este tipo de sonidos. Estamos más cerca de él», dice el concertino-director Barry Sargent.

La JOBA vive estos días en un allegro constante, como ese movimiento rápido y enérgico que abre cada pieza de Vivaldi. Sus miembros se reencuentran después de que hace tres meses la Filarmónica de Málaga suspendiera el proyecto didáctico por falta de fondos. Cuentan los jóvenes que el grupo de whatsapp que comparten «estallaba» de mensajes tras el anuncio. «Porque esto es música, pero también es una convivencia de muchos días. Era una pérdida en muchos aspectos», dice el violinista Alberto Jaenal, de 21 años. Pero entonces ocurrió «el milagro», como lo califica el también violinista Daniel García, de 25 años. La empresa malagueña Esirtu dio un paso al frente y asumió todos los gastos de la agrupación durante los tres encuentros que, como mínimo, celebran cada curso. «Y queremos que la actividad vaya a más», confirma Mariano Vergara, director general y socio fundador de la empresa de gestión cultural.

Con este patrocinio privado y el apoyo de La Térmica, la Joven Orquesta Barroca regresa al circuito musical para cubrir un espacio que sigue incompleto. Solo unos pocos conservatorios superiores imparten formación en música barroca con un enfoque historicista. En Málaga, por ejemplo, no la hay. Las composiciones de Bach, Vivaldi o Händel se aprenden con técnicas posteriores a ese tiempo. «Y un músico debe ser como un actor, capaz de interpretar de manera diferente una obra de Shakespeare que otra contemporánea. Así es más fascinante», indica Sargent, fundador de la Orquesta Barroca de Sevilla, que durante esta semana traslada a los jóvenes a las melodías de 300 años atrás.

Con arcos barrocos, más ligeros y flexibles, y el acompañamiento del clavicémbalo, los 22 jóvenes de la JOBA se adentran en los sonidos de esa época. «El ritmo, la afinación, la forma de decorar la melodía... No es una variación, el Barroco es simplemente otro estilo», explica el violonchelista Sergio Garrido, de 22 años.

Para ellos es una oportunidad «única» de indagar en este repertorio. Especialmente para quien, como Irene González, de 18 años, estudia el clavicémbalo, un instrumento original del Barroco para el que «no existen demasiados grupos». «Te abre puertas que quizás de otro modo no contemplarías», añade Jaenal. Es lo que le ha pasado a Miriam Aragón, contrabajista de 25 años: «Ahora me planteo tirar por este camino». Ella es de las veteranas, miembro de la JOBA desde 2012; en el otro extremo está el chelista Gonzalo Sánchez, que con 17 años debuta en la orquesta «con mucha ilusión». Porque cada dos años la JOBA empieza de cero: la formación anterior se disuelve y se convocan audiciones para renovarla.

El recital

Tras unos primeros días de ensayos en La Térmica, la JOBA se trasladó el miércoles a las instalaciones del Seminario para ultimar el recital de mañana. Además de Vivaldi, sonará el Concierto Grosso op. 1 nº 4 en fa mayor de Benedetto Marcello. Unas 400 personas podrán conocer el trabajo de esta orquesta en un singular escenario instalado frente a la capilla de la casa diocesana, y con una iluminación especial que cambiará de color según las estaciones.

Pero un concierto tras cada encuentro es «insuficiente» para Vergara. El nuevo patrocinador de la JOBA quiere darle un impulso al proyecto y ya trabaja para llevar la orquesta a diferentes escenarios del país. Aspira también a aumentar la formación más allá de lo musical, incorporando estudios sobre el contexto político y social en el que nacieron esas obras; y en un futuro quiere lanzar una beca para que los mejores puedan completar su preparación en el extranjero. Melómano declarado, Vergara entiende el apoyo a la cultura como una «obligación» moral: «Los que tuvimos una educación privilegiada tenemos que devolverle a la sociedad parte de lo que nosotros tuvimos». Por eso anima al sector privado a sumarse a este tipo de iniciativas e insta al mismo tiempo a las instituciones a que elaboren «una ley de mecenazgo en condiciones».

De momento, la JOBA puede respirar tranquila. Antes del ensayo el gerente de la OFM, Juan Carlos Ramírez, les anuncia que ya hay fechas para el próximo encuentro: será del 19 al 23 de diciembre. Ahora solo tienen que preocuparse de que el allegro suene con energía.

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