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ISABEL VARGAS
Martes, 8 de septiembre 2015, 02:17
ada de mujeres al borde de un ataque de nervios. Más bien justo lo contrario. Rocío Costa y Elena Bolaños, dos tituladas en Dirección de Escena y Dramaturgia de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga (ESAD), están «tranquilas». Debutan como directoras de teatro en el Echegaray tras un «arduo» proceso de creación. Costa se estrena esta noche a las 21.00 horas con una revisión de Las Presidentas, una farsa del dramaturgo austríaco Werner Schwab. Bolaños lo hará el viernes a la misma hora con Personne, un «thriller policíaco llevado al teatro».
Ambas propuestas empezaron a fraguarse a raíz de su proyecto fin de carrera, en el que las jóvenes andaluzas han invertido «un curso entero de trabajo». En el caso de Rocío mucho más. «Dos años antes de acabar ya sabía lo que quería», admite la cordobesa. Su objetivo: llevar al teatro la «compleja» obra Las presidentas, el debut del autor de teatro contemporáneo Schwab. «Llegó a mis manos una traducción de Miguel Sáenz y me puse manos a la obra», declara. La producción de Bolaños empezó a rondarle la cabeza el día que vio 38 testigos, en la que la protagonista de la película descubre que en su calle se ha cometido un crimen.
Las presidentas cuenta la historia de tres jubiladas, interpretadas por las veteranas actrices andaluzas María Jesús Barrios, Milagros Benito y Rosa Arauste. «Estas mujeres sobreviven a la rutina tejiendo una red de mentiras y anhelos que les ayudan a soportar su degradada existencia», explica Costa. «En sus sueños una de ellas encuentra perfumes caros en los wáters que limpia a diario». Ésta será una de las tantas paradojas que se observen en hora y cuarto de función.
El debut de Bolaños como directora y guionista se centra en un crimen perpetrado en un bloque de pisos. Todos los inquilinos declaran no haber escuchado nada la noche que ocurre la desgracia. A partir de este suceso, el público se hará una serie de preguntas. «Pretendo hacer reflexionar a los asistentes a través del efecto espectador», desvela. Dicho efecto se estudia en psicología social y se refiere a la intervención de un grupo de personas frente a un hecho violento.
Ambos relatos, ya sea a través del humor negro o de los continuos interrogantes que se plantean en Personne, se sirven de la crítica para denunciar temas como la responsabilidad social que tiene cada ciudadano ante un incidente, el papel del estado o de la iglesia y el abandono que sufren las personas mayores.
Los malagueños Fernando Vergniol y Miguel Navarro protagonizan la demás programación del ciclo con las obras Sombras de amor sobre New York (propia) y La charca inútil.
«Una de las peculiaridades de la obra radica en su lenguaje escatológico y agrio», cuenta entre risas Costa. «Las tres mujeres terminan hablando con naturalidad sobre la defecación», desvela. En la producción de Bolaños se sirve de una combinación de nuevas tecnologías audiovisuales, iluminación y ambientación sonora complejas para lograr sumergir al espectador en un thriller cinematográfico. Dos obras de teatro a la altura del escenario que las verá debutar al fin. El público pone los ojos y el corazón. Ellas dan el espectáculo.
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