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La investigadora y profesora Margarita Mulero realizando vuelos de dron. Crónica
El sonido de los drones afecta a los grandes mamíferos
Tecnología

El sonido de los drones afecta a los grandes mamíferos

La investigadora de la UMA Margarita Mulero participa en un estudio sobre cómo reacciona la megafauna de un zoo de Brasil a las aeronaves para ver si el impacto es más visual o acústico

Alba Tenza

Martes, 31 de enero 2023, 10:07

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A diario, los drones vuelan por el cielo como si de aviones se tratase. Diferentes tamaños, velocidades y alturas son los que condicionan sus efectos en el espacio exterior, pero no solo estos son condicionantes. El sonido y su frecuencia determinan la reacción de la fauna que vive en esos lugares donde los vuelos pueden tener cabida. Sin embargo, desde hace años, existe una pregunta que actúa de línea de investigación sobre cómo el vuelo de estos aparatos afecta a los animales. ¿Son más vulnerables al ruido de los drones o a su impacto visual? Para responder a esta cuestión, la investigadora y profesora del Departamento de Biología Animal de la UMA Margarita Mulero ha dirigido un estudio acerca de cómo los grandes mamíferos terrestres reaccionan a ello.

El estudio expone cómo ha crecido el uso de los drones en los últimos años y cómo el ruido producido por estos sistemas puede afectar a los animales. Concretamente se observó a 18 especies de megafauna durante febrero de 2021 en el Parque Zoológico de Sao Paulo (Brasil) y se ha analizado e investigado su reacción a los niveles de presión de sonido del dron en diferentes frecuencias. El dron utilizado para grabar a los animales fue el modelo de cuadricóptero 'DJIMAVICPRO'.

Este estudio denominado 'Terrestrial Megafauna Response to Drone Noise Levels in Ex situ Areas' ('Respuesta de la megafauna terrestre a los niveles de ruido de los drones en áreas ex situ') y publicado en la revista 'Drones', es resultado de una colaboración. El artículo forma parte de la tesis de Geison Pires, el investigador del Instituto Bagaçu de Investigación de la Biodiversidad (IBPBio, Brasil), por lo que es el principal autor. Su tesis fue dirigida por Mulero, por el experto de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (IRBio), José Domingo Rodríguez-Tejeiro, y el experto de la Universidad de John Moores de Liverpool (Reino Unido), Serge A. Wich . «Esto se enmarca en una línea de investigación más general acerca de la incorporación de las nuevas tecnologías al seguimiento de fauna», explica la investigadora.

Uso de las tecnologías

«Desde la UMA, concretamente del grupo de Biogeografía, Diversidad y Conservación, estamos realizando un esfuerzo bastante pionero para la incorporación de las nuevas tecnologías para estudio de fauna y flora», cuenta Mulero. La pregunta en torno a la que gira esta investigación sobre cuál de los dos factores afecta más a los animales tiene mucha relevancia en cuanto a la aplicación de los drones para la investigación, ya que cada vez se usa más como herramienta de seguimiento. Las primeras aplicaciones experimentales tuvieron lugar hace unos 10 años aproximadamente, lo que coincide con la expansión del mercado de drones civiles, de bajo coste, etc.

Mulero explica cómo, durante muchos años, «se han utilizado como un hobby, pero en los últimos años el mercado se ha expandido a modo exponencial y cada vez tenemos más». Los drones se utilizan no solo en tareas de investigación de fauna, sino también para otras cuestiones, como vigilancia, trabajos forestales o cálculos que se hacen con minas, entre otras. «Las aeronaves afectan a los animales, sobre todo a las aves porque comparten espacio aéreo con drones, pero también a los mamíferos porque se encuentran en la zona y los perciben», aclara. Estos vuelos se realizan en ocasiones en espacios naturales, en zonas donde hay fauna. «Si nosotros queremos utilizar cualquier tecnología para estudiar fauna, no podemos crear un impacto en ella que perjudique a la calidad de los datos», sintetiza la investigadora. Esto quiere decir que un principio general para realizar cualquier técnica de monitorización de fauna es no afectar aquello que se está estudiando. Tanto por cuestiones éticas, como por los resultados de la investigación.

Trabajo en el zoo

Para este estudio, se ha analizado la reacción antes los ruidos emitidos por un dron en los grandes espacios ex situ del Parque Zoológico de Sao Paulo (Brasil) de 18 especies pertenecientes a 14 familias: addax, vaca, cobo de agua, dromedario, lobo de crin, ciervo común, sambar, elefante asiático, cebra real, jaguar, tigre de Bengala, jirafa, hipopótamo, oso hormiguero, rinoceronte blanco, facóquero común, tapir amazónico y el oso de anteojos.

«Todo esto nos interesa saberlo para no molestar a los animales y que los datos sean de calidad»

Los vuelos se adaptaron a la normativa de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) de Brasil, la cual limita los vuelos de dron al máximo de 120 metros de altura. «El autor principal es brasileño y este era un buen sitio para acceder a muchas especies de fauna en una zona reducida, lo que hace que el trabajo sea más eficaz», explica Mulero. Los vuelos se hicieron en horarios en los que el zoo estuviera cerrado al público y eran del tipo VLOS (Visual Line-Of-Sight), lo que quiere decir que debían estar dentro del campo de visión del piloto. El primer paso era elevar el dron a 120 metros del suelo, seguido de su descenso hasta que se observa que el animal reacciona de alguna manera. Posteriormente, se pudo obtener audiogramas de 12 de las 18 especies analizadas para hacer un análisis más profundo sobre la frecuencia e intensidad del sonido emitido por las aeronaves.

La investigadora cuenta que desde tierra siempre hay un observador que mira al animal con unos prismáticos o un telescopio para tener un control sobre su cambio de conducta. «Los expertos del zoo conocen bien a los animales y cuando observaban alguna reacción, el vuelo paraba de forma que ese era el tope», sintetiza. De esta manera, los investigadores podían tener una idea de a qué distancias o altitudes los animales empiezan a reaccionar. Sin embargo, estas reacciones no tienen por qué ser siempre perjudiciales, tal y como explica Mulero: «Depende de con qué frecuencia o intensidad se esté produciendo esta reacción, si sucede de manera puntual y el animal se asusta, trota un poco y para, no es tan grave». Si la reacción fuera de manera continuada, ya se estaría tratando de una situación más compleja.

El impacto acústico

Con este artículo se demuestra que para estas especies el estímulo acústico es más importante que el visual. Conclusión que se alcanzó a partir del análisis de los audiogramas y de la agudeza visual que permitió determinar qué capacidad tienen los animales para detectar, discriminar y reconocer objetos sobre un fondo. Con esto, se observó que era inferior al 50% de la que tienen los humanos. Teniendo esto en cuenta, se deduce que el mayor impacto causado en las especies fue acústico.

«Nosotros hemos medido y caracterizado el ruido que produce el dron con una grabadora y los hemos estudiado a diferentes frecuencias», aclara Mulero. Las especies que reaccionaron con el dron volando más alto resultaron ser más sensibles, como el elefante asiático, la jirafa y la cebra. Teniendo en cuenta el audiograma, el elefante asiático reaccionó a 109 metros, lo que quiere decir que reacciona a frecuencias más bajas. «En este sentido, nos consta que los elefantes se comunican en frecuencias bastante bajas y que además, se tienen que comunicar a largas distancias», añade.

En contraposición a esto, otras especies que no han sido analizadas en este estudio, como las aves, se comunican a frecuencias más altas y, por tanto, a distancias más cortas. Algunos de los efectos que se observaron en los animales estudiados fueron: balanceo de la cabeza del elefante asiático con la presencia del dron; gruñidos y movimientos bruscos por parte de los felinos y diversos intentos de huida por parte de los ciervos y el facóquero. «La mayoría de los animales no reaccionan cuando volamos a 100 metros o más lo cual apoya el hecho de que los drones son herramientas de bajo impacto», admite Mulero.

Recomendaciones

«Todo esto nos interesa saberlo tanto para no molestar a los animales, como para que los datos obtenidos sean de alta calidad», admite la investigadora, quien recomienda volar lo más alto posible conforme a la legislación y evitar acercarse de forma directa a la fauna, ya que hay otros factores que afectan al impacto, como la actitud de vuelo. Los animales reaccionan de manera más negativa cuando los drones se dirigen directamente hacia ellos, ya que se lo toman como una amenaza.

La investigadora explica que la utilidad de estas aeronaves es evidente para este tipo de trabajo, y que, al saber cómo afecta a los grandes mamíferos en a lo que lo acústico se refiere, se podría hacer algún cambio: «Si sabemos que es el ruido lo que molesta, vamos a tratar de reducirlo para que los animales no lo perciban así». Desde la UMA hay otros proyectos tecnológicos que están apostando por esa línea. La aplicación de nuevas tecnologías está presente y, por ello, Mulero destaca el proyecto LifeWatch Eric 'EnBIC2-Lab' en el que están desarrollando un laboratorio virtual para el estudio del cambio climático sobre la diversidad con la incorporación de desarrollos tecnológicos como la inteligencia artificial para el procesamiento de datos.

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