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Isabel Cisneros
Martes, 13 de febrero 2024, 10:01
Como cada año, la Asociación Andaluza de Graduados e Ingenieros Técnicos de Telecomunicación abrió la convocatoria para los Premios Ingenio Junior, con los que se distinguen los mejores Trabajos de Finde Grado de cualquier ámbito de la telecomunicación, que hayan cursado sus estudios en alguna de las escuelas universitarias de la comunidad autónoma andaluza. Este año, los premiados de la Universidad de Málaga fueron Celia Sánchez, Carlos Gómez y Natalia Rosado.
Como en ediciones anteriores, de entre todos los proyectos presentados, se eligen cuatro finalistas, que reciben un premio de acuerdo a la valoración del jurado, que está compuesto por profesionales con experiencia multidisciplinar en el sector TIC.
El primer premio para el mejor TFG, que conlleva una dotación económica de 500 euros y una placa de reconocimiento, lo consiguió Natalia Rosado. Carlos Gómez y Celia Sánchez, por su parte, quedaron finalistas en esta categoría y, por ello, conseguieron o un accésit, equivalente a 250 euros y una placa. Los tres han estudiado Ingeniería Técnica de Telecomunicación en la Especialidad en Sonido e Imagen en la Universidad de Málaga.
Celia Sánchez se presentó a la convocatoria con su proyecto 'Análisis de prestaciones de un enlace FSO basado en IRS', donde se estudia el uso de la tecnología FSO (Free Space Optics) en la comunicación entre satélites de órbita baja y la Tierra, tecnología que utiliza la luz para transmitir datos de manera inalámbrica, lo que podría mejorar la velocidad y capacidad de la red. Natalia Rosado envió su TFG, 'Acondicionamiento acústico del Teatro Echegaray', basado en el Teatro Echegaray, en el que se realizó una medición, análisis exhaustivo y modelos 3D con simulaciones de los parámetros acústicos, para la búsqueda de la mejora acústica del recinto de forma que el público pueda disfrutar de todos los sonidos sin perderse nada y de manera armoniosa.
Carlos García, aunque estudió el mismo grado que sus compañeras, decidió combinar su Trabajo de Fin de Grado con una oportunidad laboral, por la que tuvo que cambiar de rama y su proyecto se llama 'Modelado estadístico y análisis experimental de canal óptico inalámbrico subacuático en presencia de burbujas de aire y dispersión', donde se desarrolla un emulador de canal para comunicaciones ópticas inalámbricas subacuáticas (UOWC), con el objetivo de modelar estadísticamente escenarios con presencia de burbujas de aire de diferentes tamaños y niveles de turbidez o dispersión en el agua, que puedan influir negativamente en la transmisión de la señal.
Este curso, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de la Universidad de Málaga ha batido récords de matriculaciones femeninas, han pasado de un 25% total de mujeres a un 35%. Celia Sánchez se enorgullece de pertenecer a este porcentaje y asegura que «son muy necesarias en este ámbito».
–Su Trabajo de Fin de Grado se llama 'Análisis de prestaciones de un enlace FSO basado en IRS', ¿de qué trata?
–Yo quería intentar establecer un enlace óptico con luz entre satélites de órbita baja y la Tierra, que podría ser un símil entre dos ciudades. Utiliza la luz para transmitir datos de manera inalámbrica, lo que podría mejorar la velocidad y la capacidad de la red. Esto, a nivel práctico, puede servir para investigar superficies inteligentes que mejoren la calidad de la señal, para la actual 5G y futuras generaciones móviles.
–¿Actualmente sigue desarrolando esa línea d einvestigación?
–Ahora estoy haciendo en la UMA el doble titulación de Máster en Ingeniería de Telecomunicación y de Máster en Telemática y Redes de Telecomunicación. Además, ahora estoy contratada en el departamento de Ingeniería de Telecomunicaciones con una beca de Iniciación a la Investigación. En ambos sitios quiero seguir con la misma línea de investigación para poder desarrollar mi proyecto al completo o lo máximo posible.
–Tiene 22 años y ya ha terminado el grado de la rama de Ingenierías, ¿tienen las mujeres más interés por estos conocimientos?
–Este año el número de mujeres ha subido con respecto al anterior, ahora estamos en un 35%. Lo que sí es verdad es que en el grado que yo he estudiado, Ingeniería Técnica de Telecomunicación en la Especialidad en Sonido e Imagen, el porcentaje de mujeres siempre suele rondar el 30%, que es bastante alto para ser una ingeniería. Las mujeres somos muy necesarias en este ámbito también.
–¿Puede tener cabida a nivel práctico su proyecto para aportar calidad a la red?
–En este momento estoy viendo si va a ser posible desarrollarlo o no.
–¿Cómo se sintió con este premio? Es un gran reconocimiento por parte de la Asociación Andaluza de Graduados e Ingenieros Técnicos de Telecomunicación.
–Es bastante emocionante. Cuando pasan estas cosas piensas en tu proyecto y te das cuenta de lo importante que es para ti. Sienta muy bien que te den un premio por un trabajo al que tú le has dedicado tanto tiempo y que es el culmen de tu grado, donde vuelcas todos los conocimientos que has adquirido a lo largo de los años. Estoy muy contenta y agradecida.
–¿Tenía claro que quería estudiar esta Ingeniería?
–La verdad es que no lo tenía para nada claro. Me pasé casi todo segundo de Bachillerato con la idea de hacer arquitectura, casi con total certeza. Lo que ocurrió es que me hablaron de este grado en unas jornadas de puertas abiertas de la Universidad de Málaga. Cuando llegó el momento de echar la insripción, decidí entre las dos opciones a suerte.
Carlos Gómez es la evidencia de que no hay que dar nada por hecho. Aunque este alumno reconoce que «se presentó al concurso por presentarse», consiguió un Accésit por su Trabajo deFin de Grado, 'Modelado estadístico y análisis experimental de canal óptico inalámbrico subacuático en presencia de burbujas de aire y dispersión'.
–¿Cómo se sintió con este premio? Es un gran reconocimiento por parte de la Asociación Andaluza de Graduados e Ingenieros Técnicos de Telecomunicación.
–Pues en realidad, me presenté por casualidad. Lo que pasa es que tener este resultado después de tantos años (a mí la carrera se me alargó un poco) y esfuerzo es muy gratificante.
–También estudió Ingeniería Técnica de Técnica de Telecomunicación en la Especialidad en Sonido e Imagen. Sin embargo, su Trabajo de Fin de Grado es de otro ámbito, ¿de qué trata?
–En la rama de la óptica inalámbrica, el trabajo consistió, junto a otra compañera, en diseñar y construir un emulador de canal óptico subacuático. Normalmente las comunicaciones que se realizan en el mar utilizan la acústica, como los radares, o por cable. En los últimos tiempos ha surgido la posibilidad de establecer comunicación con óptica, con un láser; porque en zonas de difícil acceso los cables no resultan tan viables como esta novedosa opción. Lo que mi compañera y yo queríamos hacer era crear una simulación en el laboratorio, que nos permitía recrear el ambiente submarino en un estanque de agua, para así poder someterlo a turbulencias con un antiácido para enturbiar el agua. Esto afectaba de forma negativa. Además de añadir dispersión, yo quise introducir burbujas. Esto lo complica más porque ya no solo tiene las pérdidas por dispersión, sino que choca contra las burbujas creadas de forma ficticia.
–¿Cuál era el objetivo de su proyecto?
–Yo quería modelar esos efectos nocivos (burbujas y dispersión) y asípoder utilizarlos luego para mejorar el sistema.
–¿Por qué decidió hacerlo así?
–Pues lo que ocurrió realmente es que salió una oferta para trabajar como investigador en un grupo de óptica inalámbrica de la Escuela de Ingeniería, que daba la posibilidad de compaginar el trabajo con la realización del TFG. Lo solicité y me cogieron.
–¿Ha sido enriquecedor hacer el Trabajo de Fin de Grado en otra modalidad totalmente opuesta a la imagen y el sonido?
–Por supuesto que sí. No me arrepiento para nada y estoy muy contento de hacerlo de esa forma. Es verdad que tampoco tenía una idea muy establecida y, aunque al principio no me motivaba demasiado la idea, poco a poco, conforme iba trabajando me iba gustando más.
–A pesar de esa experiencia, ¿ahora está en un máster que sigue la lína del grado?
–Sí, estoy cursando el Máster de Ingeniería Acústica de la Universidad de Málaga.
–¿Tiene pensado sobre qué va a hacer el Trabajo de Fin de Máster?
–Esta vez quiero hacer la estructura de una caja acústica.
Natalia Rosado es una de las jóvenes que decide salirse de lo que hace la mayoría y se decantó por estudiar Ingeniería Técnica de Telecomunicación en la Especialidad en Sonido e Imagen y, aunque algo modesta dice que no se presentan muchos alumnos a este reconocimiento, ha ganado el premio al Mejor TFG en Ingeniería Audiovisual de Andalucía.
–Su idea para el TFG es algo bastante práctico en Málaga, ya que se trata de reacondicionar acústicamente el Teatro Echegaray.
–Mi proyecto se llama 'Acondicionamiento acústico del Teatro Echegaray'. Yo sabía que quería hacer algo de acústica porque es lo que he estudido y porque me parece muy importante reducir el ruido a nivel medioambiental y en los recintos (para que se entienda bien lo que la música o el tipo de espectáculo que sea quiere transmitir). En realidad, al principio quería hacerlo sobre el Martín Carpena, pero por las dimensiones era muy complicado, ya que implicaba un modelo muy complejo y pesado porque cada línea que tú dibujas en el programa que se utiliza para esto va sumando peso. Entonces tuve que realizar un estudio de los teatros que hay en la ciudad y que fuesen públicos para facilitarme el contacto con el espacio.
–¿Cómo desarrolló el trabajo allí?
–Estuve allí una mañana entera y, a pesar de que tenía que hacer todo en pocas horas, fue todo genial. Me facilitaron todos los planos y medidas, cualquier duda que yo tenía me la resolvían, el personal de allí ya de por sí me contó cosas que me ayudaron mucho. Cuando ya tenía todos los datos hice un modelado 3D del recinto a partir de los planos para poder hacer una simulación en otro programa para después poder hacer, en base a ese simulado, una mejora acústica, estudiar si estaba correcto o no estaba correcto. Todo esto según el uso que le dan actualmente al recinto, que suele ser para teatros, tanto infantiles como adultos. Yo decidí darle una utilidad diferente, conciertos acústicos. A partir de ahí ya vi qué se podía mejorar.
–¿Qué conclusiones sacó?
–Primero hice otro simulado en el que se mejoraban los parámetros, aunque es verdad que el recinto ya se escucha bien, pero hay parámetros mejorables.
–¿Qué está estudiando ahora?
–Estoy cursando el Máster de Ingeniería Acústica de la Universidad de Málaga, que es exactamente la continuación de lo que a mí me ha llamado más la atención del grado. Estas semanas estamos profundizando en las fuentes acústicas, como los altavoces. Ya hemos dado las acústicas de recinto, y todavía nos queda por estudiar lo que es la acústica medioambiental, que a nosostros nos sirve para hacer mapas de ruido y solucionar también problemas a niveles exteriores. Todo es poco a poco porque tenemos dos asignaturas cada mes y medio y aprendemos de forma muy desgranada todo lo que abarca la acústica, que es bastante.
–¿Va a seguir desarrollando esa investigación?
–Pues para el Trabajo de Fin de Máster no sé qué hacer exactamente. Estoy todavía dándole vueltas. A raíz de mi proyecto de TFG el propio personal del Teatro Echegaray me dijo que el espacio tiene problemas de acondicionamiento y de aislamiento acústico. De hecho, antes se hacían conciertos en ese recinto, pero ya no les dejan porque es imposible. Al final, el teatro está situado en pleno centro de la ciudad, en el casco histórico y sale mucho ruido al exterior y también entra bastante de fuera. Entonces esto es algo que también me llamó la atención y que considero una buena via para continuar por ahí. Ya se verá por dónde tiro al final.
–¿Cómo se sintió cuando supo que le iban a dar este premio? Es a nivel autonómico y se ha llevado el primer premio.
–A ver, tampoco se presenta mucha gente porque los estudiantes no lo conocen demasiado. Otro factor es que cuando llegamos a la recta final de este tipo de carreras, a lo mejor terminan el Trabajo de Fin de Grado unas 10 o 15 personas, y suelen ser 60 las que entran en primero en cada grado de Telecomunicaciones. La gente se quita y ya en tercero te encuentras con clases de 15 personas. De todas formas, yo estoy muy contenta con este reconocimiento.
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