Borrar
«Nunca me ha gustado que los alumnos tomen apuntes en clase»

«Nunca me ha gustado que los alumnos tomen apuntes en clase»

El profesor de Filosofía Antonio Diéguez ha presentado su libro 'Filosofía de la ciencia', en el que se adentra en la relación entre ambas doctrinas

EVA SÁNCHEZ NAVARRO

Martes, 15 de diciembre 2020, 00:04

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

'Filosofía de la ciencia' es un libro con carácter divulgativo que se presenta como manual para la asignatura con el mismo nombre. El profesor del Departamento de Filosofía Antonio Diéguez ha recopilado en la obra los análisis de los filósofos de la ciencia más importantes del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Anterior a esta, en 2005, se publicó una primera edición de este libro. Pero debido a que es recomendado en distintas universidades tanto a nivel nacional como internacional este se ha agotado, por lo que UMA Editorial ha promovido una reedición, que cuenta con una ampliación y actualización del contenido.

«Tiene una virtud, que es la claridad. He procurado hacer un esfuerzo para que un estudiante de Filosofía, sin especiales conocimientos científicos o con unos conocimientos filosóficos escasos, pueda leerlo y estudiarlo sin especiales dificultades. Y yo creo que eso en buena medida lo he conseguido, porque los alumnos lo comentan a lo largo del año», confesó el catedrático.

Pero la obra no se limita a los estudiantes de filosofía, ya que «es un libro que también sirve para un público amplio. Cualquier persona puede entender qué es la ciencia y cuál es su papel cultural y social. Además de cuáles son los fundamentos epistemológicos del conocimiento científico y en qué se diferencia de otras formas de conocimiento o de otros ámbitos culturales». Diéguez resaltó en estas dos facetas el éxito de la obra.

«La filosofía tiene que estar atenta siempre a lo que ocurre en cada momento histórico»

La idea para escribir este libro tiene su origen en las propias clases de Filosofía de la Ciencia. «Nunca me ha gustado que los alumnos tomen apuntes en clase, me parece que eso no es muy universitario. Hay que darles a los alumnos el material sobre el que uno va a trabajar», explicó el profesor. Después de varias décadas impartiendo esta asignatura acumuló una gran cantidad de contenido y material, animándolo así para publicar el libro con sus principales ideas sobre la doctrina.

«No es un libro de tesis originales, pero el enfoque y el tratamiento de algunos temas muestran una aportación personal, por ejemplo, a la hora de establecer un juicio comparativo entre diversos autores», indicó el filósofo.

Filosofía y ciencia

«La filosofía tiene que estar atenta siempre a lo que ocurre en cada momento histórico», aclaró Antonio Diéguez. Y la ciencia, actualmente, es una parte fundamental de la cultura y la historia de la sociedad. Al igual que en la Edad Media la filosofía estaba muy ligada a la religión y las cuestiones de la fe, cuando dio inicio la Edad Moderna esta empieza asociarse con la ciencia.

Durante la II Guerra mundial la tecnología es un elemento decisivo para el progreso de la sociedad. A partir de los años 30, surge el Círculo de Viena donde se reunían distintos filósofos que comenzaron a trabajar en estas cuestiones. En este momento, la filosofía de la ciencia se independiza de la teoría del conocimiento general y empieza a funcionar como una disciplina autónoma.

El crecimiento de la ciencia plantea distintos tipos de problemas. «No solo epistemológicos que son, principalmente, los que yo trato, sino de tipo ético, político y social. Diversas ramas de la filosofía tienen que estudiar todo ese impacto de la ciencia y la tecnología en la sociedad actual», aclaró el filósofo.

«Cualquier persona puede entender qué es la ciencia y cuál es su papel cultural y social»

En 'Filosofía de la ciencia' se aclaran los orígenes de la doctrina, definiciones de ciencia y lo que la caracteriza. Pero se adentra en más cuestiones como la forma en la que entendemos la ciencia y sus elementos. Aborda las diferencias entre ciencia y la pseudociencia y las características que marcarían esta distinción. Otro tema que se encuentra en la obra es el problema que supone el cambio científico. Es decir, la sustitución de una teoría que se ha quedado obsoleta por una que solucione más y mejores problemas.

«En qué medida ese cambio es estrictamente racional o intervienen factores que no son completamente racionales, factores externos de tipo social o político», detalló Diéguez. A esto se le une un tema que está a la orden del día en la sociedad, el feminismo. Se presentan aportaciones desde la epistemología feminista que abordan si la ciencia tiene una carga sexista y en que medida ha podido afectar la objetividad de la ciencia.

Pero uno de los debates que se ha dado en las últimas décadas, es uno de los más interesantes en el que se adentra: el realismo científico. «Este, básicamente, consiste en discutir si las teorías científicas son meras herramientas para manejar la realidad, para hacer predicciones nuevas sobre los fenómenos o para obtener nuevas tecnologías. O si, por el contrario, las teorías científicas deben interpretarse como una explicación de la propia realidad. Por lo tanto, no como meras herramientas sino como afirmaciones sobre la realidad que deben ser interpretadas como verdaderas o falsas», planteó el catedrático. «Ese es básicamente el debate sobre el realismo, si las teorías científicas son herramientas conceptuales o son descripciones de la realidad tal y como es», resumió. No obstante, a estas se le añade una postura intermedia de menos relevancia.

Estos temas están presentes en la sociedad actual, es por ello que son una parte central en la filosofía contemporánea, la filosofía de la ciencia no es una desviación del núcleo duro de la disciplina. «Precisamente por el peso tan enorme que tiene en el desarrollo cultural, económico y en el bienestar del propio ser humano», finalizó Diéguez.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios