La falta de agua en la cosecha del trigo
El profesor de la UMA Sergio Gálvez participa en una investigación internacional sobre la descripción genética del cereal más cultivado del mundo
ELENA CABEZA
MÁLAGA.
Martes, 30 de octubre 2018, 11:41
En una de las comunidades autónomas que más vive de la agricultura y que mayores períodos de sequía sufre, se hace indispensable el estudio de los diferentes genomas de las plantas para abrir la puerta a variedades más resistentes de las mismas. Por ello, el profesor de la Escuela de Informática de la UMA Sergio Gálvez decidió allá por el 2011 entrar a formar parte del Consorcio Internacional de Secuenciación del Genoma del Trigo (IWGSC, por sus siglas en inglés), un grupo de más de 200 investigadores de 73 instituciones de 20 países que llevaba desde el año 2005 realizando un estudio genético del cereal más cultivado del mundo.
Esta investigación, publicada finalmente el 17 de agosto de este año en la revista científica 'Science', revela la descripción completa del ADN del trigo, lo que lleva a avanzar en nuevas variedades o variedades más resistentes. A lo largo de los trece años de investigación, los científicos se han dividido en grupos para extraer la descripción completa de los 21 cromosomas que componen el trigo.
QUIÉN ES
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Nombre Sergio Gálvez Rojas, profesor titular del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA.
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Proyecto Más de 200 investigadores de 20 países asociados en el Consorcio Internacional del Genoma del Trigo.
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Publicación La revista científica 'Science' publicó en agosto de 2018 los resultados de esta investigación del ADN del trigo.
El profesor Gálvez, junto a investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de las Universidades de Córdoba y Alcalá de Hernares, Alemania y República Checa, llevaron a cabo la descripción de una parte del genoma cromosoma 4A en el año 2012.
«La descripción del genoma del trigo va a permitir avanzar en enfermedades y crear mejores variedades»
Una vez se completó la parte metódica del estudio, es decir, la secuenciación -pasar del cromosoma a la secuencia de ACGT- del genoma del trigo, los investigadores se han ido centrando en diferentes genes para estudiar qué cruces hay que llevar a cabo para conseguir nuevas variedades que permitan ser más resistentes a enfermedades o a cuestiones climatológicas.
«El genoma por sí solo ya lo tenemos, pero ahora hay que investigar mucho sobre él. Igual que sucedió con la descripción del genoma humano, que ha permitido avanzar mucho en enfermedades como el cáncer; el genoma del trigo va a permitir lo mismo, solo que además de avanzar en enfermedades permitirá la mejora genética para conseguir mejores variedades y más resistentes», indica. A través de esta descripción completa del genoma del trigo se puede ver qué genes son los que responden a determinadas cosas que nos interesan. «En España, por ejemplo, nos centramos en las familias de genes que participan en la falta de agua, pero en Inglaterra, sin embargo, investigan sobre los genes que participan en la resistencia a los hongos de la humedad», añade el profesor de la UMA.
Objetivos
Ante esta necesidad, Gálvez ha basado su estudio en los genes del trigo que responden a cómo actúa este cereal ante el agua. «Cuando nos involucramos en esta investigación, nos planteamos si íbamos a poder hacer algo en relación con la sequía; así que desde el principio nos fuimos centrando en las dehidrinas, que son los genes responsables de cómo actúa este cereal ante la escasez o la abundancia de agua. Hemos descubierto que en el cromosoma 6 hay una agrupación de dehidrinas muy curiosas que parece que tienen respuesta ante el estrés hídrico», puntualiza Gálvez.
A pesar de que todavía no han llegado a ninguna conclusión, Gálvez pretende conseguir que se modifiquen los genes de las variedades del trigo que funcionan bien pero son susceptibles a la falta de agua, para crear una nueva variedad más resistente a la sequía.
«Lo primero que nos planteamos en España era conseguir una variedad resistente a la sequía»
«Nosotros nos encargamos de la investigación de los genes para que luego los mejoradores de semillas incorporen esos genes en las plantas; es decir, a raíz de las conclusiones de nuestro estudio daremos pie a que puedan conseguir la mejora de la planta», dice el experto. Consistiría en coger las variedades que ya sabemos que funcionan pero que ante la falta de agua responden regular y modificaríamos los genes responsables para que sean capaces de funcionar con menos agua, según detalla. «Se trata de algo muy importante teniendo en cuenta que vivimos en un país con una falta de agua bastante grande, ya que cuando no llueve se produce un descenso de la producción muy fuerte», señala.
Los cimientos ya están puestos; habrá que esperar para saber si una de las soluciones a los problemas del cultivo del trigo en España tiene su origen en la Universidad de Málaga.
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