Los exámenes del primer cuatrimestre llenan las bibliotecas de la UMA

Los exámenes ya han comenzado y las bibliotecas de la Universidad de Málaga están a rebosar. Desde las 9.00 horas llegan los primeros estudiantes para centrar toda su energía en el temario. Este es el segundo curso consecutivo que se adelantan las pruebas del primer cuatrimestre para que las recuperaciones sean en febrero, por lo que las bibliotecas tienen que adaptar sus horarios desde la primera semana después de Navidad.

Cuando en esta época te das un paseo por las bibliotecas te puedes encontrar de todo: están los alumnos que siguen apostando por los subrayadores, los folios y los bolígrafos; los que han cambiado al formato tablet y lápiz electrónico, e incluso, los que combinan ambas opciones. Aun así, lo que llevan todos es la energía enfocada en estudiar y sacar el cuatrimestre adelante con los máximos créditos posibles en su expediente. Prepararse para pasar horas y horas en la biblioteca requiere de algún aperitivo para ese descanso entre tema y tema, agua, cargador, bolígrafos extra…

Andrea Flores estudia el segundo curso de Trabajo Social y asegura que pasa mucho tiempo en la UMA: «Vengo por las mañanas, por la tarde y fines de semana. Como en las cafeterías de la Universidad o me compro comida en el supermercado y estoy hasta que ya no puedo más».

La Universidad de Málaga se adapta a la época de exámenes y amplía el horario de la Biblioteca General y de las de las principales facultades. La primera que se incorporó a los horarios especiales fue la Biblioteca General, la cual estará abierta desde las 9.00 horas a 03.00 horas del día siguiente hasta el 15 de febrero. Con este mismo horario estará la biblioteca de la Facultad de Económicas y Empresariales hasta el 28 de enero, los siguientes días hasta el 15 de febrero reducirá su actividad y cerrará a las 00.00 horas. La Facultad de Informática y Telecomunicación ofrece a los estudiantes la oportunidad de estar en sus instalaciones de 9.00 horas a 00.00 horas hasta el 15 de febrero. Esta programación la siguen la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias, pero hasta el 8 de febrero. El resto de bibliotecas mantendrán su horario habitual.

Una de las tendencias que implantó la pandemia de Covid-19 y que sigue utilizándose es la obligación de reservar plaza en las bibliotecas de la UMA durante estas semanas para poder tener un hueco entre todas las opciones que te proporciona. Todos pensaban que cuando terminase la distancia de seguridad, la aplicación Affluences moriría. Sin embargo, aunque antes todos los estudiantes se mostraban reacios a ella, ahora agradecen su existencia; tal y como explica Victoria de Torre: «La verdad que me gusta, el saber que tienes tu sitio reservado te evita el agobio de encontrar una plaza». La utilización de esta aplicación es obligatoria para estudiar en alguna de las bibliotecas que tienen un horario especial y, además, solo pueden usar estas instalaciones los alumnos de la comunidad universitaria de Málaga (algo que no ocurre cuando no es época de exámenes).

La Biblioteca General se convierte en el escenario principal durante estas semanas. En la puerta se escucha: «Diez minutos y entramos» de cientos de jóvenes que salen a lo largo del día para tomarse un descanso que suele alargarse más de ese tiempo estimado. Laura Ocampo, Andrea Flores y Sami Hachemi son algunos de los que estaban en los bancos de los exteriores tomándose un descanso y apuntan que, aunque estén fuera, y siempre prefieran un «ratito más», repasan y hablan entre ellos todo lo que entra en el examen y después entran con más ganas. Hachemi añade que va a la biblioteca cuando ya está preparado con intención de ayudar a sus compañeras en esos momentos porque él estudia hablando y dando paseos, algo incompatible con estar en las bibliotecas.

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Helena Pérez es la primera vez que se enfrenta a unos exámenes finales de la Universidad, ya que está en el primer curso de Marketing. En este caso, para ella también es la primera vez que decide estudiar en la biblioteca porque la convenció su compañera de grado Elena Martín, la cual sí es usuaria habitual.

Aunque a todos les gustaría seguir entre turrones y villancicos, saben que ha llegado el momento de enfocarse en una sola cosa y el mejor sitio es la biblioteca por su silencio y entorno de tranquilidad. Se escapa algún murmullo y alguno se tiene que salir de vez en cuando porque entre varios estallan en un ataque de risa que tiene que silenciarse de cualquier forma, pero casi toda la parte del tiempo lo único que se ven son apuntes pasando de manos y, en alguna ocasión, se escucha un resoplido.

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Cada estudiante tiene sus motivos, pero casi todos coinciden en lo mismo: «En la biblioteca me concentro más que en mi casa». Esta es la frase que más se escucha al preguntar por qué prefieren trasladar todos sus apuntes a la universidad en vez de quedarse en su escritorio en pijama. Andrea Flores: «Si me quedo en mi casa tengo muchas distracciones, tengo la televisión, el móvil, me cambio los calcetines, me pinto las uñas… Necesito ver a gente estudiando para contagiarme del ambiente». Victoria De Torre estudia Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Comunicación y hace hincapié en que en su cuarto no siente presión y pierde la concentración muy rápido.

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Años anteriores, la Universidad de Málaga ha utilizado los aularios como biblioteca por falta de espacio, pero este curso no ha sido así. Esto es algo por lo que se quejan algunos estudiantes de la UMA, ya que no son todas las bibliotecas las que amplían sus horarios y el aforo está muy limitado. Lucía Quero, estudiante de Enfermería: «Antes del día 8 de enero la única que estaba abierta era la Biblioteca General y cuando llegabas a las 9.30 horas ya estaba llena y yo empecé los exámenes el día 9 enero».