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ANDREA JIMÉNEZ
Miércoles, 15 de febrero 2017, 01:13
El año 2016 le ha dejado buen sabor de boca al profesor de Arquitectura de la UMA Javier Castellano Pulido (Granada, 1975). Su estudio profesional, CUAC Arquitectura -creado junto a su socio Tomás García Píriz-, fue elegido el pasado diciembre como una de las diez firmas emergentes con mayor proyección internacional en el certamen Design Vanguard de la revista 'Architectural Record', una prestigiosa publicación con sede en Nueva York. Con este galardón, Castellano ha completado un año en el que ha sumado siete reconocimientos.
uCurrículum Javier Castellano es doctor en Arquitectura y profesor de Proyectos Arquitectónicos en la ETS de Arquitectura de la Universidad de Málaga.
Especialidad Estudio de lugar.
Otros cargos Cofundador del estudio de arquitectura CUAC Arquitectura.
Premios El año pasado Castellano recibió siete reconocimientos profesionales, el último en diciembre, cuando el estudio de arquitectura que dirige junto a Tomás García fue premiado en el certamen Design Vanguard 2016 como uno de los diez más prometedores y con más futuro del panorama mundial de la arquitectura.
-¿Es importante tener experiencia profesional a la hora de dar clase?
-Es fundamental. Pero si es verdad que hay asignaturas donde ese aspecto es más relevante. Yo, por ejemplo, conseguí una plaza en la Universidad de Granada, pero me vine a la de Málaga porque quería impartir la asignatura de Proyectos Arquitectónicos, que es la que verdaderamente me gusta, es vocacional. Y considero que en esta asignatura es muy importante haber construido y tener experiencia. No distingo entre actividad profesional, docencia e investigación. Para mí, cada proyecto es una investigación, que, si tienes vocación, acaba llevándote a la necesidad de transferir ese conocimiento e incorporar a los estudiantes dentro de eso que tú estás investigando. Son como tres profesiones: el arquitecto profesional, el profesor y el investigador. Y todo forma parte de un círculo donde es difícil establecer límites.
-Por lo tanto, no se plantearía dedicarse solo a una de las tres 'profesiones'de las que habla...
-Efectivamente. En mi caso, pienso que se enriquecen unas actividades con otras. Enseñando se aprende, se ponen en práctica los conceptos. Investigando sobre esos conceptos se producen artículos y libros, y eso influye en tu actividad profesional para ganar concursos, pero también para hacer proyectos y construir obras. Cada proyecto tiene una dosis de investigación. En mi actividad es muy importante el estudio del lugar, sobre las personas, la sociedad, la cultura, establecer puentes entre tiempos y territorios... Esto produce obras con las que la gente se puede sentir identificada.
-¿Qué tipo de arquitectura realiza su estudio?
-Para nosotros la arquitectura es como el arte de construir paisajes habitables, desde la estructura efímera más pequeña hasta estrategias para colonizar nuevos territorios o planificar cómo crece la ciudad. Por eso,no nos especializamos en escalas, sino en conceptos. Nos gusta entender el fenómeno de la ocupación y de construcción del hábitat como algo mucho más complejo y más rico de lo que a priori puede pensarse. No existe ciudad sin expresión, y para eso hacen falta varias acciones que no tienen que ver con la construcción física. Nuestro enfoque es especializarnos en esa forma de entender la arquitectura.
-¿Cuál ha sido su mejor proyecto?
-No te puedes quedar con uno, porque hay tanta diversidad de estilos y espacios que es complicado de elegir. Nosotros trabajamos principalmente con el concepto de lugar, la investigación del patrimonio y del paisaje en todas las escalas, incluso paisajes interiores. También trabajamos con la investigación casi psicológica o antropológica de los usos y costumbres de las personas de hoy día. Por ello, hacemos entrevistas muy personales a la gente que va a ocupar ese lugar, y a través de éstas intentamos ponerlo en relación con la historia del lugar. Investigamos mucho sobre el sitio, para saber que había antes y cuál es su historia.
-¿Es algo normal dentro de la profesión tener tan en cuenta este tipo de cuestiones?
-No lo sé. En nuestro caso es muy acentuado, y nos permite trabajar en profundidad y no ser superficiales. Posiblemente, la superficialidad domina la profesión, pero nosotros siempre intentamos llegar a la profundidad de cada problema. Es como un trabajo psicológico. Intentamos que haya una unión entre la persona y el lugar, y nuestro proyecto es ese eslabón perdido. Esa es nuestra filosofía.
-¿Cree que Málaga es un buen referente dentro de la arquitectura?
-Málaga ha mejorado bastante en los últimos años. Yo he notado un cambio a mejor, pero todavía queda mucho por hacer. Se han introducido muchos ejes culturales, esa misma actitud hay que continuarla con otro tipo de actividades, para que la ciudad consiga esa armonía necesaria. Desde la UMA debemos enseñar a los alumnos a conocer mejor la historia del sitio, para trabajar de forma auténtica con los lugares. Una de las cosas buenas de Málaga es la conexión con su puerto, y la apertura internacional que tiene.
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