Adelaida de la Calle: «Me parece lógico que las universidades se vayan autoabasteciendo»

Harta de escuchar que las universidades son endogámicas, la rectora de la Universidad de Málaga niega que se mire el carné de identidad y que se hagan pruebas a medida. Ante esas acusaciones, De la Calle defiende el «agresivo» sistema de acreditación nacional del profesorado universitario, «porque hace justicia a los mejor preparados». 

¿Cree que el actual sistema de contratación de las universidades hace justicia a los mejor preparados?

Totalmente. El primer paso para entrar en la universidad es como becario y para eso la nota media de expediente debe estar entre el sobresaliente y la matrícula. A partir de ahí, todo son pasos selectivos. ¿Puede haber un sistema mejor? Pues mire, me gustaría hacerlo como los americanos, con una entrevista y un curriculum. A mí me parece un sistema menos agresivo que el nuestro, que tienes que estar constantemente acreditándote para pasar de unos niveles a otros. Pero que nuestro método elige a los mejores, estoy convencidísima.

Pero resulta difícil pensar, tal y como está montado ese sistema, que alguien que se ha formado durante 15 años en un departamento, a través de becas y contratos temporales, no consiga al final la plaza. ¿No se tiende a contratar al profesor que se ha formado en la casa que al desconocido con mejor curriculum?

Es más fácil poder contratar al que ha seguido una trayectoria próxima al propio departamento, porque tiene más conocimiento de causa. Pero eso no quiere decir que no haya igualdad de oportunidades para otro que venga de fuera.¿Es más lógico? Pues sí, porque tienes más proximidad con la persona con la que has estado trabajando, en la que has invertido gran parte del tiempo de su formación y quieres sacarle también rentabilidad, pero eso no quita que esa persona que contratas no pueda ser tan competitiva como los demás.

Entonces, ¿por qué se le ha colgado el sambenito de endogámica a la Universidad? Cuando se la acusa, será por algo, ¿no cree?

Le voy a hacer la pregunta al revés: ¿Es que tenemos que coger a una persona de fuera si es peor que la de dentro? Lo que quiero dejar bien claro es que no tenemos que mirar el carné de identidad de los aspirantes, sino sus capacidades. ¿Que da la casualidad que son mayoritariamente de dentro? Lógico, aquí y en Checoslovaquia. En Alemania, tú te acreditas y a partir de ahí, la universidad te contrata. Allí, te vas a una de fuera porque te ofrece más salario, más becas o más personal para investigar. Aquí no, tú estás en Málaga y te vas a Madrid con los mismos recursos y eso impide aún más la movilidad. Tan competitiva es la gente que se forma en la Universidad de Málaga y permanece en ella, que la que se forma en la Universidad de Sevilla y se queda allí. No hablemos de endogamias, hablemos de que las universidades se van autoabasteciendo a sí mismas, y me parece lógico.

Pero el problema puede surgir cuando es al contrario, cuando el aspirante que viene de fuera sí está mejor preparado que el de dentro y se diseña una prueba con unos requisitos muy concretos para que se quede el de la casa. ¿Siempre va a dar la casualidad que el de dentro es mejor que el de fuera?

Siempre no. Y si es así es porque responde a las necesidades de la propia universidad. ¿Potencio yo a mi departamento en un área en la que ni siquiera tengo equipamiento? La formación universitaria va ligada a otros conceptos, que son la docencia y la investigación. Esto es un valor añadido que da la especialización en las áreas de conocimiento. Hay muchísima gente que ha hecho su estancia postdoctoral, porque ese es un criterio necesario en la acreditación y que contrarresta ese concepto endogámico de que siempre te has desenvuelto en el mismo ámbito.

Pero hacer una prueba que se ajuste a una persona es cuanto menos poco ético ¿no cree?

En las pruebas se valoran los currículos y la exposición del candidato. Previamente se establecen unos criterios de evaluación y los ejercicios son públicos y públicamente tienen que defender su proyecto docente e investigador. Antes de este periodo de crisis hubo un catedrático de la casa que no obtuvo la plaza en la UMA y sí uno de fuera. Eso ocurre, pero no es normal, porque cuando te presentas a esa prueba has demostrado que reúnes todos los requisitos y es muy difícil que no lo hagas perfecto. Es como cuando se juega un partido en casa: tienes más confianza. Pero no busquemos donde no hay, porque si lo que se quiere es desprestigiar al sistema universitario español público, me parece que nos estamos equivocando. Cuando uno sale fuera y comprueba cómo funcionan otros sistemas, se da cuenta de que somos mucho mejores de lo que nos creemos.

¿Y no sería más justo una oposición al principio de la carrera investigadora y no a la mitad, en donde ya se han creado filias y fobias indeseables que solo repercuten negativamente en el sistema?

Pero, por favor, ¿entonces, qué profesor universitario estamos creando? ¿Un técnico de la administración civil, que se aprende y se examina de 248 temas, o un profesional que se forma a base de docencia e investigación para llegar a ser un buen profesor universitario? O sea, sería acabar la carrera, presentarse a una oposición y ahora empezar a investigar. ¿Cómo va a demostrar que tiene iniciativas, que es capaz de generar proyectos y producir conocimiento? Para nosotros, el primer tramo es el doctorado y no se pone en valor. A partir de ahí, el investigador empieza a buscar sus proyectos y la financiación, a dar clase, es un conocimiento móvil, cambiante. Es muy difícil de comprender en cualquier sistema universitario mundial, pues sería destruir la formación universitaria.

¿Está de acuerdo con el actual sistema de acreditación nacional que hay para el profesorado?

Sí, yo he participado en él; vemos que hay deficiencias y va haber modificaciones. Todo es mejorable, porque es una estructura viva que se tiene que adaptar a los tiempos.

Ha asegurado que la Universidad lleva a gala mantener el espíritu crítico, entonces ¿por qué se revuelve la institución cuando se le hace una crítica (entiéndase constructiva)?

No es que se revuelva, precisamente porque tiene un espíritu crítico tiene que defenderse. Puedo admitir que me critiquen, pero tengo que defender mis principios. Lo demás es conformismo. No se trata de revolverse, sino de contrarrestar con argumentos el otro planteamiento.

Hablando de los departamentos, difícil tarea reducir su número de aquí a final de año. Algunos no están por la labor, ¿tiene un plan B?

Nos pueden gustar las leyes o no, pero están para cumplirse. Por tanto, si no hay un acuerdo entre departamentos, sí que habrá un plan B para que se cumpla esa ley y se les instará a unirse a otro departamento con el que tiene más afinidad científica. Pero estoy convencida de que habrá acuerdo antes. 

Matrículas gratuitas

Menuda polvareda se levantó hace un año cuando se conoció que los trabajadores de la UMA y sus familiares podían beneficiarse de la matrícula gratuita ¿Se ha planteado eliminar esta bonificación?

Está dentro de la Ayuda Social que la UMA contempla para sus trabajadores. No es la única acción que prevé el capítulo 1 de los presupuestos, pero sí que son incompatibles entre ellas. No tengo el dato exacto, pero no creo que llegue al 1% o al 1,5% de la plantilla.

A día de hoy y a un curso vista de las elecciones al Rectorado ya empieza a haber movimientos de posibles candidatos ¿le preocupa o este asunto ya no va con usted?

Es normal que en cualquier momento empiecen a darse esos movimientos. Por tanto, ni me preocupa ni me ocupa y no porque esté relacionado con si voy a presentarme de nuevo, es que simplemente es algo normal. Aún no tengo tomada ninguna decisión. Hasta primeros de 2016 tengo tiempo, no lo sé ni yo.

¿Cree que en materia de ajustes, lo peor ha pasado?

Sí lo creo, porque dicen que empieza a haber expectativas de crecimiento, pero el paro es tan grande que tardaremos más de los previsto. Al margen de eso, estamos en época electoral y eso hace que todos seamos mucho más buenos.

En ese sentido, el ministro Wert ha suavizado la tasa de reposición. ¿Paliará el actual colapso?

En absoluto, para la UMA suponen solo 15 plazas, porque este año se jubilan 30 profesores. En los últimos tres años, la media estaba en 50 jubilaciones y solo se podían incorporar cinco, porque la tasa de reposición era del 10%. Ahora pasa al 50%, pero sigue siendo insuficiente.