Una forma especial de romper barreras
Baloncesto y perros ·
Fundatul, el Proyecto 675, K9 y la Diputación de Málaga crearon un taller para personas con capacidades diferentes en el que impulsar su autonomía a través del deporte y los animalesSecciones
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Baloncesto y perros ·
Fundatul, el Proyecto 675, K9 y la Diputación de Málaga crearon un taller para personas con capacidades diferentes en el que impulsar su autonomía a través del deporte y los animalesEllos no son mejores, ni peores, ni diferentes, son especiales y necesitan que el mundo se dé cuenta. Se emocionan y sonríen como nadie, son una caja de sorpresas y también esponjas, porque al igual que un niño, absorben rápidamente todo aquello que les despierte interés. A su modo, luchan por ser felices, pero aún así, muchos aún siguen prejuzgándoles, sin saber hasta dónde son capaces de llegar.
El Trainning Center de la Academia 675, en Fuengirola, abrió sus puertas el pasado miércoles por una causa de esas que llenan el alma y traen esperanza. Un proyecto interesante, quizá experimental para algunos; un día que todos ellos guardarán siempre en sus corazones. Alrededor de treinta personas con capacidades especiales fueron los protagonistas en una jornada que aunó baloncesto, animales y mucho aprendizaje. Un taller llamado 'Diversidad y vida independiente con la ayuda de perros de asistencia', organizado por Fundatul, la escuela canina K9, la Diputación de Málaga y el Proyecto 675 y que contó con la colaboración del ayuntamiento de Fuengirola.
Todos los afortunados de disfrutar de esta experiencia se conocían entre sí, a pesar de sus diferentes edades y condiciones, y es que pertenecen a Fundatul, una Fundación con sede en San Pedro de Alcántara con una misión muy diferente a otras: trabajar con las capacidades de sus asociados y formarles para impulsar su inserción laboral. De hecho, muchos de los allí presentes ya trabajan en diversas empresas, aunque ese día trabajaron otro tipo de cualidades. «Hacemos muchísimas actividades y hemos visto que, como cualquier persona, ellos son felices con el deporte y que con los perros tienen bastante 'feeling', incluso pueden mejorar sus capacidades sociales y de comunicación», afirma la trabajadora social de Fundatul, Lola Alcántara, emocionada al ver a sus chicos y chicas disfrutar.
Se dividieron en dos grupos y mientras uno se enfocaba en el deporte, el otro lo hacía en los animales. Gracias a varios monitores voluntarios de la academia liderada por Berni Rodríguez, realizaron varios juegos de coordinación, puntería o velocidad, incluso otro en el que pudieron presentarse entre ellos y romper con la vergüenza inicial. Emocionaba ver sus caras de ilusión jugando a quitarse el balón entre ellos, haciendo 'carrerillas'… Aunque nada igualable al momento en el que lograban encestar por sí solos. «Desde la Academia 675 buscamos compañeros de viaje con nuestros mismos valores y de fomentar cosas que pensamos que necesitan un impulso en la sociedad. Yo estaba deseando hacer una actividad en la que juntar mis dos pasiones: baloncesto y perros», cuenta el exjugador del Unicaja e internacional, Alfonso Sánchez, que además, es instructor canino en K9.
Estas siglas corresponden al segundo pilar de este taller: los animales, y concretamente los perros. Una vez acabado el tiempo de baloncesto, los protagonistas del proyecto acudieron a la entrada del pabellón, donde se habilitó un espacio en el que pudieron estar en contacto con varios perros adiestrados de la escuela canina K9, una de las más reconocidas de Málaga por sus labores de formación para perros de asistencia y terapia. No pararon de sonreír los chicos y chicas, que conectaron con los animales como si llevasen una vida con ellos. Los acariciaron, los pasearon y se les enseñó algunas indicaciones y curiosidades para que, el día que estén preparados, puedan cuidar y educar a sus perros correctamente para que sean sus compañeros de vida.
Y para ejemplo de vida, el de una de las instructoras de perros de asistencia de K9, Marta Sainz, con una dolorosa historia de superación detrás. Un día como otro cualquiera, su hija de 12 años sufrió una encefalitis aguda que afectó a su cerebro y la llevaron a pasar un mes en la UCI. Desde entonces, su vida cambió por completo. «Pasó de que me dijeran que no iba a sobrevivir a que sí lo haría pero no sabrían cómo quedaría, quizá con parálisis cerebral. Con una suerte tremenda y gracias al equipo del Hospital Materno de Málaga mi hija quedó en una epilepsia aguda», recuerda, con una fuerza mental impresionante.
¿Cómo entran los animales en todo esto? Ella misma lo relata: «Las noches eran tremendas, porque no sabes cuándo le va a dar una crisis. Fue entonces cuando intenté buscar un perro que asistencia, de los que detectan una crisis, a través del olfato y te alerta. Pero me fue imposible, era caro y había lista de espera. Lo que hice fue dejar el trabajo (era productora de televisión), ir a K9, me formé y me especialicé en perros de alerta médica. Formé a mi pastora alemana de trabajo y ella sacó a mi hija de una depresión terrorífica y ahora está estupenda». Es el fiel ejemplo de la lucha y la esperanza.
Como ella, muchos de los familiares de las personas que disfrutaron con este taller también lloraron, se preocuparon o quizá se lamentaron algún día por ellos. Quizá no por su condición física, pero sí por su supervivencia en una sociedad que todavía pone etiquetas. Ahí radica la importancia de proyectos como este, que a través de del deporte y los animales, fomentan el valor del trabajo en equipo, de la educación, de la vida saludable, y sobre todo, de la autonomía de todos ellos.
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